Desde mediados del pasado mes de noviembre en el que se volvió a investir como Presidente del Gobierno a Pedro Sánchez, España vive en una esfera de anestesia. Absolutamente toda la actividad legislativa, que corresponde a las Cortes Generales, ha estado supeditada a la voluntad de un prófugo de la justicia, investigado por terrorismo y al que se le conocen relaciones con el invasor Putin.

Reza el artículo 14 de nuestra Constitución de 1978 que “los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Para este Gobierno, ha quedado demostrado que la igualdad de los españoles ante la Ley es cosa del pasado. Lamentablemente, parece que no solo la igualdad ante la Ley, sino todo viso de igualdad.

Pero, nuestros jóvenes estudiantes, más de 4.000 en Elche en el pasado curso, que van a enfrentarse a la prueba de acceso a la universidad sí creen en esta igualdad. Recientemente hemos conocido una encuesta en la que el 81% de los jóvenes pide un examen de acceso a la universidad común en toda España. Incluso, según la encuesta, más de la mitad de los votantes de los partidos que conforman este Ejecutivo, PSOE y Sumar, también reclaman la misma prueba en toda España.

Esta reivindicación de los jóvenes (178.000 firmas se presentaron en el Ministerio de Educación y Formación Profesional en 2019 reclamando una prueba de acceso común en todas las Comunidades Autónomas) quiere ser una realidad en las autonomías gobernadas por el Partido Popular. Porque creemos que todos somos iguales en derechos y obligaciones y no debería haber un examen diferente, con sus ventajas o desventajas, en función de cada territorio.

Evidentemente, es un camino largo que necesita de trabajo, voluntad y entendimiento entre las comunidades, pero desde luego es un camino que merece la pena ser recorrido. Pero este Gobierno se niega a apoyar esta iniciativa, que ya se aprobó con el Real Decreto Ley 5/2016 y se aparcó por la promesa de un Pacto de Estado por la Educación que el PSOE abandonó.

Lamentablemente, son sueños lo que nos queda a los españoles por vivir en materia de igualdad de derechos y obligaciones. Es un sueño, lo que queda de la Constitución Española que tanto trabajo y generosidad costaron a nuestros antecesores. Es un sueño a realizar que el Gobierno de Pedro Sánchez trabaje por el bienestar de todos, sin levantar muros entre españoles, independientemente de dónde vivan.