Recientemente he tenido el placer de leer el libro de poesía “La raíz del azahar”, segunda publicación de Agustín Cordoba Garcia, un ilicitano del barrio de Carrus grandote, grandote y que, pese a ello, apenas le entra el corazón en el pecho. Se trata de un libro que se lee, sin prisa, en menos de una hora. Esta escrito a modo de historia con el añejo y romántico sabor de un diario bien hilado desde el punto de vista de dos sentimientos que se cruzan a distintas distancias. Lo definiría como un libro sincero, repleto de esa amarga y amable angustia que se mastica a solas, cuando nadie nos observa, cuando nadie nos escucha.
Recomiendo su lectura a todo amante de la buena poesía, del vivir sin fronteras cada uno de los sentimientos cuando estos se presentan, se les esperara, o no. La raíz del azahar es como ese primer y gran trago a una cerveza sin estar acostumbrado a ella. Fuerte, intenso, con ese sabor que sin parecerse a otros que has dado antes, sabes que lo repetirás con agrado a poco que tengas la ocasión.
En este, su segundo libro. Agustín ha dejado claro que los sentimientos pueden vomitarse, arrancarse, a buenas o malas, del tuétano. Y lo hace con gusto y elegancia, es un poeta que nadie debería de perderse, y este, un libro que, por su enorme carga sentimental, nos hace transitar por una especie de senda yerta y desnuda de todo, pero repleta de tiempo, de pena y de nostalgia. A mí, tal vez por las dos faltas que en menos de un año me ha tocado padecer, la lectura de la raíz del azahar me ha removido de la piel a las tripas. Pero estoy seguro que incluso sin esas faltas, la empatía a la que invita su lectura, no dejara indiferente a nadie.