A medida que nos acercamos a la recta final del año, Elche se encuentra en un momento decisivo de su desarrollo urbanístico. Proyectos fundamentales como el Mercado, el Centro de Congresos, el Tram, la Ronda, y la nueva sede de la Diputación se perfilan como elementos imprescindibles para la modernización y crecimiento de nuestra ciudad. Son muchas las obras que aún están por delante, pero todas ellas representan una oportunidad para hacer de Elche una ciudad más habitable, eficiente y atractiva, tanto para los ilicitanos como para los visitantes.

Es innegable que estos grandes proyectos marcarán un antes y un después. Sin embargo, el camino no será fácil. Habrá obstáculos, como en toda gran transformación urbana, pero confío plenamente en que el gobierno liderado por Pablo Ruz sabrá sortearlos y convertir estos retos en realidades tangibles. Su visión para Elche está clara, y su compromiso con la ciudad parece inquebrantable. Su administración ha demostrado, en tan solo un año, que tiene la voluntad de llevar a cabo las reformas necesarias para que Elche se coloque en el mapa como una ciudad moderna y funcional.

Además de los grandes proyectos, no podemos pasar por alto los pequeños detalles que también están cambiando la cara de la ciudad. La mejora de los barrios, la renovación de aceras, la plantación de árboles y el cuidado de las zonas verdes son avances que, aunque parezcan modestos, son igualmente vitales para el bienestar de quienes vivimos aquí. Estas acciones no solo embellecen la ciudad, sino que también mejoran la calidad de vida de sus habitantes, algo que llevaba años siendo una asignatura pendiente.

Solo ha pasado un año desde que comenzó esta nueva etapa, y ya se notan los primeros frutos de esta gestión. Si se mantiene este ritmo de trabajo, en los próximos tres años veremos una transformación completa. Estoy convencido de que cuando esta legislatura llegue a su fin, Elche estará lista para una nueva etapa de consolidación, en la que podamos presumir del gran cambio que se habrá logrado.

Por supuesto, el camino no estará exento de dificultades, y es previsible que surjan complicaciones. No obstante, las ganas, el trabajo constante y la ilusión del equipo municipal, con nuestro alcalde al frente, son las mejores garantías de que este cambio será una realidad. Es momento de empezar a mirar nuestra ciudad con orgullo, porque aunque queda mucho por hacer, ya tenemos muchos motivos para sentirnos satisfechos.

Elche está cambiando, y ese cambio es solo el principio de una ciudad que avanza con paso firme hacia un futuro mejor.