OPINIÓN

IMPRESIONES DE UN PASADO (XVII)


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Pepe Ruiz
06 de octubre de 2024 - 10:19

A colación de una entrevista que me hicieron los miembros de A LO ELCHE PODCAST, me ha venido a la cabeza una serie de recuerdos que me gustaría compartir con todos vosotros. Tenemos que retrotraernos a los años 1997 y 1999.

En aquellos tiempos Elche estaba regido por el alcalde Diego Macià Antón.

En la temporadas 1996-1997 se recupera la división de plata en Baracaldo, nuestro Elche C.F llevaba seis largas temporadas en el pozo de la Segunda División B. El paso por la categoría de plata fue muy efímero ya que se volvió a descender tras una mala campaña. En la temporada siguiente, la 1998-1999, volvimos a ascender en Melilla.

De aquel primer ascenso por tierras vascuences, recuerdo y mucho, a jugadores como Patxi Iru( portero),Héctor (lateral derecho),Juanmi (lateral izquierdo),Paco García (medio defensivo), Eloy Jiménez( delantero) y Enric Cuxart).  En  la fase de ascenso tuvimos que enfrentarnos al Córdoba CF,al Real Club Deportivo de La Coruña B y al Barakaldo CF. Me acuerdo del Elche-Córdoba, al finalizar el partido (0-0), los jugadores rivales y la afición visitante medio celebraron el ascenso, lo recuerdo como hoy, cariacontecido, triste y con alguna que otra lágrima en los ojos.

Tocaba realizar una gesta, que se dieran unos resultados que no dependían de nosotros y tú, ganar, siempre ganar. En el  siguiente partido goleamos a los vascos por 5-1 y el Córdoba perdió en casa 0-4 contra el Depor B. Tocaba jugarse una temporada entera y el sueño y las ilusiones de mucha gente a un partido y encima fuera de casa. Y llegó el 29 de junio de 1997, no recuerdo los autobuses que embarcamos en esa expedición pero debimos ser muchos. Recuerdo que tenía 17 años, estudiaba en el Instituto Pedro Ibarra y tenía como amigo y compañero de fatigas a Daniel Rubio, infatigable seguidor del club de mis amores.

Baracaldo era la típica población norteña e industrial, la recuerdo gris y algo sucia…las doce o trece horas de carretera no nos la quitó nadie, llegamos muy cansados y fuimos directamente a una herrikotaberna, fotografías de asesinos de la ETA, un ambiente oscuro, ese fue el panorama que nos encontramos.

Nos colocaron en un fondo, recuerdo,como miembro de la JOVE ELX, a un compañero que arrió la bandera negra y amarilla del club vasco e izó la bandera de todos, la nacional..os podéis hacer una idea del follón que se montó allí. Y marcó el catalán Cuxart…pensé que me iba a estallar la cabeza. El aficionado Popeye se quedó unos días hospitalizado ya que tuvo una especie de infarto.

Ganamos 0-1 y el Córdoba no pasó del 0-1 en Riazor.  A la vuelta, en el autobús no dejé dormir a nadie de la expedición, cantando el himno como si no hubiera un mañana y repostando el Kiwi Ribes sin alcohol en cada gasolinera que parábamos.

Melilla fue otro cantar,corría el año 1999, recuerdo como si fuera hoy al cancerbero Iñaki Lafuente, al expreso de Bigastro,Benja, Mariano Armentano, Claudio Barragán y aquel que aún no era leyenda, NINO. Esa temporada nos tocó bregar en el Play Off con el Burgos C.F, Universidad Las Palmas y la Unión Deportiva Melilla. Ese año convencí a mi amigo Paco Cabrera, gran forofo del club franjiverde, para embarcarnos en ese viaje. Recuerdo que el partido era entre semana (30 de junio de 1999), miércoles y no se televisaba, por ese motivo y muchos más, y sin dudarlo un segundo, decidimos acompañar a los jugadores a tierras melillenses. No recuerdo el autobús donde se dirigió, lo que sí recuerdo, es que, tras varias horas de carretera nos subimos a un barco que pretendía cruzar el estrecho. Inocente de mí y con apenas cumplidas veinte primaveras, pensé que nos darían un camarote para descansar, cosa que como os podéis imaginar, no ocurrió.

El partido anterior ya fue muy caldeado, remontamos en el coliseo ilicitano, con goles del tiburón Armentano y del pequeño de Vera, su primer gol y en el último suspiro del encuentro. Se rumoreaba que un aficionado del Melilla fue agredido y que nos devolverían esa violencia cuando pisáramos tierras africanas. Una vez desembarcados en Melilla,nos recibieron patrullas de la policía, éstas nos aconsejaron que fuéramos todos juntos y que no provocásemos a la afición local. El Melilla,a esas alturas de la fase de ascenso a Segunda División, no se jugaba nada,  supongo que volaban maletines y había en el ambiente una sensación de revanchismo.

Recuerdo ir al hotel donde se concentraban los protagonistas del partido, allí y sin entradas, un entregado presidente Diego Quiles, nos obsequió a toda la afición con las entradas del partido. Una vez en los tornos, estaba el yerno del presidente y antiguo jugador Carlos Gil con las invitaciones, y un portero cabreado, iba cortando nuestros pases. Éste se quedaba las entradas, me quedé hasta el final y le dije que si podía conservar la mía, a regañadientes y gracias a la insistencia del ex jugador franjiverde, pude quedarme con la que para mí es, hoy en día, una reliquia, no creo que nadie conserve esa entrada.

 Nos ubicaron a todos en uno de los fondos, era tal la lluvia de piedras y de otros objetos que nos lanzaban desde fuera del Estadio Álvarez Claro, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tuvieron que reubicarnos en las gradas de preferencia. Y claro, acomodaron a los aficionados y abonados locales en otros sitios, imaginaros el cabreo imperante, pero todo era para asegurar nuestra integridad física. Y llegó el gol del manisero más universal para los franjiverdes, Claudio, estallamos de júbilo y esperamos el pitido final. Saltamos al verde y manteamos al gran Tolo Plaza, disfrutando  de un nuevo ascenso con los jugadores. Varias horas estuvimos en el verde, en el exterior nos esperaba parte de la afición local algo irascible, y la Policía nos aconsejó aguardar hasta que nos llevaran ellos al puerto con las famosas lecheras. Disfruté de ese ascenso con mucha gente, pero recuerdo a mi tío Vicente Serrano, abrazado a él, eufóricos y con la sensación de haber hecho algo importante.

Ya en el barco y de regreso a la península, os podéis hacer una idea de lo vivido allí, las calles de Elche y nuestra querida Glorieta, debieron ser una gran fiesta, pero me quedo con ese momento de celebración en aguas del mediterráneo, compartiendo una tertulia muy interesante con Santiago Gambín y mi querido Pepe Morago.

Elche volvía al lugar que se merecía, al fútbol profesional… SALVE ILICI AVGVSTA.