OPINIÓN

PARA LA LIBERTAD DE MIGUEL HERNÁNDEZ

14 de octubre de 2024 - 11:32
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En unos tiempos en que el concepto de libertad está tan pervertido, es necesario poner en valor la trayectoria de aquellos que trabajaron y lucharon por defender, de verdad, los derechos y libertades colectivos. Por eso en Compromís nos pareció tan importante apoyar la demanda de la familia de Miguel Hernández para anular las sentencias judiciales que lo condenaron a muerte.

El objetivo de esta reclamación es que la justicia y el gobierno reconozcan de manera formal que nuestro poeta más célebre sufrió un juicio injusto e inmerecido por parte de un tribunal franquista. A nivel social ese reconocimiento se produjo hace ya muchas décadas y, es por ello, que precisamente Miguel Hernández se transformó en un emblema en democracia y su figura da nombre a diferentes instituciones de la ciudad.

Pero vivimos tiempos oscuros en lo que respecta a los consensos democráticos y así se vivió en el pleno del Ajuntament d’Elx, donde la moción de Compromís tendría que haber sido aprobada por unanimidad de los grupos municipales, pero sólo contó con el respaldo del grupo socialista.

Vox aprovechó la ocasión para intentar colar un reconocimiento al fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera. Pablo Ruz, en su línea, intentó hacer varios saltos mortales para defender su injustificable postura de no dar apoyo a la demanda. Aunque tampoco es una sorpresa por parte de quien, como responsable de Cultura entre 2011 y 2015, expulsó el legado del poeta de nuestro municipio.

A pesar de ello o de ellos, el poeta de Orihuela tiene el cariño y el reconocimiento de las gentes por las que entregó su vida y por eso desde Compromís seguiremos trabajando para que la justicia limpie también su buen nombre y anule los sumarios con los que se le condenó a muerte. Se trata de dejar para siempre recogido que su arma no fue más que la palabra, que usó de la mejor manera que supo para defender a un gobierno legítimo escogido en las urnas. Y qué mejor que sus versos para ilustrarlo:

Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero / Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma / Son muchas llaves, muchos cerrojos, injusticias: no le atarás el alma / Cadenas, sí: cadenas de sangre necesita / Hierros venosos, cálidos, sanguíneos eslabones / nudos que no rechacen a los nudos siguientes / humanamente atados.

Un hombre aguarda dentro de un pozo sin remedio / tenso, conmocionado, con la oreja aplicada / Porque un pueblo ha gritado ¡libertad!, vuela el cielo /Y las cárceles vuelan.

Esther Díez Valero