Se acaba el año y es hora de hacer balance. Si algo hay que marque con una cicatriz profunda una fecha de este 2024, es sin duda el 29 de octubre.
Ese día nos cambió la vida a todos, sobre todo a las víctimas y a sus familiares. La naturaleza fruto de su acción quiso que nuestra tierra fuera el centro de una de las mayores catástrofes naturales que se recordarán en varias generaciones.
La provincia de Valencia fue arrasada por una DANA que dejó 223 fallecidos, todavía cuatro personas desaparecidas y una herida en toda la provincia que quedará marcada para siempre.
Se habla y lo que queda, de muchos factores clave de esa fatídica jornada, pero hay uno que es indiscutible, las alertas llegaron tarde a la población; la pregunta es inevitable… ¿Cuántas vidas se podían haber salvado si esas alertas hubieran llegado en tiempo y forma a la población?
La ciudadanía participa en política de una manera representativa, las personas eligen en sufragio universal a sus representantes políticos, y éstos son los responsables de elegir a los que nos gobiernan. Los gobernantes tienen la obligación en todos los niveles de asumir la responsabilidad bajo los principios de la honestidad y la ética pública.
Esos principios fueron quebrados el fatídico día y fueron quebrados lamentablemente por el Comandante en Jefe de todos los valencianos y valencianas.
El President de la Generalitat Carlos Arturo Mazón Guixot se borró de la emergencia. No tomando decisiones preventivas, frivolizando sobre los partes meteorológicos y desapareciendo de la circulación en las horas decisivas y transcendentales de la jornada. Cuando los valencianos se estaban ahogando, el primero de los valencianos estaba desaparecido demorando las decisiones que podían haber salvado muchas vidas. Este hecho es indiscutible y objetivo; Mazón ni estuvo ni se le esperaba, el President estuvo ausente en la emergencia dejando tirados y con el agua al cuello a sus compatriotas.
La sociedad valenciana es un clamor, se han producido manifestaciones en el Cap i Casal multitudinarias exigiendo la dimisión del Jefe del Consell. Hay encuestas de todo tipo que indican que el inquilino del Palau tiene la responsabilidad de lo que ocurrió. Pero el Presidente Ausente no asume esa responsabilidad y se ha empeñado en hacer una cruzada errante para resarcir su imagen. Ni su propio partido cierra filas con él, los alcaldes populares de la Comunitat Valenciana no lo quieren en sus localidades (Pablo Ruz en Elche ha pasado de ser el amigo del alma del President, a no querer tenerlo en tierras ilicitanas ni en pintura); el Presidente de la Diputación de Valencia y colega del PP, Vicent Mompó cuestiona cada vez que tiene ocasión, la tardanza de Mazón en llegar al Centro de Emergencias de la Generalitat Valenciana. Hasta el propio Feijóo lo evita, en la pasada Conferencia de Presidentes Autonómicos celebrada en Santander nadie quería arrimarse al presidente valenciano y menos aún los colegas de su formación política.
A punto de entrar en 2025 y con una reconstrucción pendiente de la provincia de Valencia, lo fundamental es ser conscientes que queda muchos por hacer en los 75 municipios afectados todavía en fase de emergencia. Mazón, el Presidente Ausente debe dar un paso al lado y dejar que otra persona asuma el liderazgo del Consell; el PP tiene la propuesta del Partido Socialista para elegir un presidente de carácter técnico que asuma la reconstrucción y que convoque elecciones autonómicas para finales del año próximo.
El pueblo valenciano debe tener la palabra y de momento las palabras son altas y claras: “Mazón dimisión”.