OPINIÓN

El circo de Amadeo de Saboya


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Daniel Rubio
07 de febrero de 2025 - 11:42

La semana ha estado marcada por un doble pleno que no hace más que evidenciar el espectáculo en el que se ha convertido la política, tanto a nivel nacional como local. Es desalentador observar cómo nuestros representantes, en lugar de debatir ideas con rigor y defender a los ciudadanos desde sus convicciones, se refugian en la disciplina del partido y convierten el pleno en un escenario de enfrentamientos teatrales. Esto no es lo que buscan los ilicitanos.

El caso del PSOE en Elche es especialmente llamativo. Durante mucho tiempo, el partido ha demostrado ser una formación con estrategia clara y una fuerte conexión con la ciudadanía. Sin embargo, en estos momentos da la sensación de que esa solidez se tambalea. La duda sobre si Héctor Díez será finalmente el candidato a las municipales empieza a instalarse, algo que hace apenas unos meses parecía impensable. La oposición socialista, que cuenta con una estructura potente y dedicaciones exclusivas como pocas veces se han visto, no está logrando capitalizar su papel de alternativa.

El episodio de la moción contra el yihadismo es un ejemplo claro. Puede que fuera una trampa del Partido Popular, pero lo cierto es que el PSOE cayó de lleno en ella.
Tampoco la alternativa principal para gobernar la ciudad puede mandar callar al público. La necesidad de emitir un comunicado horas después no hace más que reforzar la idea de que la estrategia no está bien definida. No es fácil justificar un voto en contra en un tema tan sensible, y la confusión que han generado es evidente.

Por otro lado, aunque es innegable que Héctor Díez, Mariano Valera y Patricia Macià están trabajando, la sensación es que no hay una línea común de partido, ni un mensaje claro que ilusione o genere confianza. Recurrir constantemente a críticas sobre las luces de Navidad o a debates identitarios no parece el camino para recuperar terreno. La gente quiere soluciones concretas: calles arregladas, servicios eficientes y respuestas a sus problemas diarios. Y ahí es donde el PSOE de Elche está fallando.

Si hay algo en lo que sí han acertado es en la reivindicación del Palacio de Congresos, una promesa de la Diputación que avanza con una lentitud exasperante. Ese es el tipo de oposición que se espera: exigir lo que le corresponde a la ciudad, marcar prioridades y presionar para que se cumplan los compromisos. Sin embargo, puede ser que algún sindicato o alguna asociación se manifieste en contra de la oposición por reclamar lo que a Elche le corresponde. Parece surrealista, pero lo hemos visto antes: sindicatos manifestándose en contra de la oposición, aunque luego ni siquiera fueran ellos realmente.

Aún hay tiempo para corregir el rumbo, pero la estrategia debe cambiar. Elche y el PSOE lo necesitan.

El Partido Popular, a pesar de haber ganado estratégicamente en estos plenos, cometió errores que no debe volver a cometer. El alcalde, al delegar la presidencia del Pleno al inicio de la legislatura, buscó evitar tener que asumir el papel de “malo”, algo necesario en ocasiones para mantener el orden. Sin embargo, lo que sorprende es que ahora se haya visto arrastrado a confrontaciones, bajando al fango político y entrando en un cuerpo a cuerpo que no le corresponde. Al hacerlo, cometió errores, dejando frases malinterpretadas o descalificaciones en las que no debería caer el alcalde. Un líder municipal debe estar por encima de esas disputas.

Esperemos que nuestros representantes políticos, todos, aprendan y realmente se enfoquen en lo que los ilicitanos necesitan. Pero, mientras tanto, seguiremos expectantes viendo el circo político: cómo los trapecistas suben y bajan, los ilusionistas hacen desaparecer promesas y el público, por desgracia, siempre aplaudiendo a los suyos, pero nunca dejando de pagar la función.

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