Me crece la barba es el título de la obra que, a modo de antología, recorre diversos poemas para niños y adultos de mano de su autora, la gran Gloria Fuertes, aquella señora que en mi infancia hablaba tan bien y tan pausada, contando lo que parecía eran cuentos cortos, pero con música, y que todos, incluso yo, entendíamos. Gloria decía que su poesía recordaba y se parecía a ella misma, y es verdad, porque su poesía, incluso cuando se aferra a la cruda denuncia de según qué tiempos y realidades, era muy ella. Entendible, transparente, pausada, amable.
Pocos libros de poesía, incluso los que se dicen escritos para niños, dejan un sabor de boca tan identificable y tan sin retórica, tristeza o miedo, como este que os recomiendo, no solo como lectura ágil y hábil para vuestros peques, también, como esa lectura amable que tan bien va como preliminar a un buen sueño. Esta antología recoge un magnifico resumen de poesía que jamás debería de olvidarse pese a su valor, siempre, mucho más popular que de crítica. La obra de esta autora es nostálgica, enamorada, amable, muy de anhelar y de soñar entre murmullos y soledades. En definitiva, su obra podría definirse como atrozmente humana.
No tengan miedo en descubrirla o redescubrirla, la vida está repleta de oportunidades a poco que nos interesemos en tener una segunda, o tercera, puede que, una cuarta, o quinta, o sexta. Sea como sea, en esta vida tenemos tiempo para arrepentirnos de lo que hemos hecho, tanto como de lo que no, pero en este caso (leer a Gloria Fuertes), la dirección sólo pasa por en NO, y eso, créanme, es muy triste.
Como siempre, hagan ustedes lo que a bien les ordene la gana, pero… y ahí lo dejo, lean esta pequeña muestra de lo que entiendo como es un mundo al completo, en un pequeño granito de arroz. Y ya si eso, me cuentas más tarde.
Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.
Gloria Fuertes.