HISTORIA

Lico cumple 81 años: la leyenda que estuvo a punto de dejar el fútbol y acabó marcando una era en el Elche C.F.


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Daniel Ruiz Perona
06 de julio de 2025 - 11:39

José Antonio Morante Gutiérrez, conocido por todos como Lico, celebra hoy 81 años de vida. Su nombre es más que el de un futbolista: es parte de la historia viva del Elche Club de Fútbol. Pero lo que pocos recuerdan es que, antes de todo, Lico estuvo a punto de dejarlo todo.

Nacido en Rafal (Alicante) en 1944 y criado en el barrio de Carrús, su infancia transcurrió entre el balón y la necesidad. Su padre trabajaba en tres oficios para sacar a la familia adelante, y el joven José Antonio se debatía entre ayudar en casa o perseguir un sueño que parecía inalcanzable. A punto estuvo de marcharse a Alemania para trabajar, pero el fútbol lo llamó justo a tiempo.

Tras brillar con el Betis de Elche y con el juvenil del Elche CF, su talento le abrió las puertas del Deportivo Ilicitano, donde deslumbró desde el primer partido. No fue un camino inmediato: su debut en el primer equipo se hizo esperar, pero cuando llegó —un Elche-Pontevedra en 1965, primer partido televisado en Altabix—, todo cambió.

Como jugador, pasó de extremo habilidoso a mediocentro cerebral. En la mejor etapa del Elche en Primera División, Lico fue clave. Su entrega, visión de juego y calidad técnica lo convirtieron en un fijo, y su buen hacer le valió la llamada de la selección española.

De ahí, su carrera lo llevó al Espanyol y al Valencia, donde vivió tardes europeas, títulos, finales de Copa y momentos memorables. En Mestalla alcanzó su madurez deportiva y, por fin, el debut oficial con la selección absoluta. Pero lejos de perderse en la élite, Lico mantuvo siempre los pies en la tierra.

Con más de 30 años, optó por un camino poco habitual: regresar al fútbol modesto y, finalmente, al club que lo vio nacer. En 1983, con 38 años, se enfundó de nuevo la franja verde, cerrando un círculo que pocos pueden contar.

Como entrenador, siguió vinculado al Elche en múltiples etapas. Dirigió al Ilicitano, fue segundo entrenador en el ascenso a Primera y, en 1989, tomó las riendas del primer equipo tras la salida de Evaristo Carrió. Más tarde, vivió una etapa exigente en el Albacete, y volvió al Elche para intentar, dos veces, devolverlo a la élite. Aunque el ascenso se escapó, su vínculo con el club jamás se rompió.

Hoy, Lico no es solo una leyenda: es el referente de una forma de vivir el fútbol. La de la entrega, el compromiso, la humildad y el orgullo por unos colores que nunca abandonó. Su historia es un espejo donde mirarse: la del niño que casi se marcha a trabajar al extranjero y que acabó escribiendo, con tinta verde y blanca, una de las páginas más bellas del fútbol español.

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