Juan Parres Carrazoni recuerda con cariño su etapa como futbolista del Elche CF. Su gran salto llega con 16 años, debutando en el primer equipo del Elche C.F. en un partido de Copa frente al Gerona. Tras un breve paso por Crevillente, regresa al primer equipo, pero adaptarse al fútbol profesional no es fácil: un joven de 19 años debía hacerse un hueco en un equipo que luchaba por Primera. Evaristo Carrión confía en él y, en la temporada 80/81, disputa 24 partidos con la elástica franjiverde. Justo en su mejor momento, el servicio militar lo aleja del césped y se pierde aquel fatídico Elche-Cádiz. Tras pasar por Levante, Compostela y varios equipos de Segunda B, vuelve a Elche para dedicar doce años a entrenar a las jóvenes promesas, dejando en todos los que lo vieron jugar el recuerdo de un fútbol elegante.
A lo largo de la entrevista, repasa los desafíos que enfrentó, las decisiones que marcaron su trayectoria y el profundo vínculo que siempre mantuvo con la afición franjiverde. Carrazoni también reflexiona sobre su estilo de juego, los entrenadores y compañeros que más le marcaron, y comparte un mensaje de esfuerzo y constancia para los jóvenes que sueñan con vestir algún día la camiseta del club ilicitano.
- ¿A qué se dedica actualmente Carrazoni?
Ahora mismo estoy trabajando en un almacén de alimentación.
- ¿Cómo se produjo su llegada a la cantera del Elche?
Estaba en un equipo local y nos seleccionaron a unos cuantos jugadores para hacer las pruebas para pasar al Infantil del Elche. Fui, hice las pruebas y me quedé en el club.
- ¿Qué sintió al debutar con la camiseta franjiverde?
Cuando debuté con 16 años fue algo inesperado, lógicamente no te esperas debutar tan joven. Y bueno, fue una alegría poder representar a tú equipo de fútbol. Un sentimiento de estar ahí flotando porque nunca te lo podías esperar a esa edad. Y todo muy bien.
- Usted ganó con el Elche Juvenil el prestigioso Torneo Europeo de Ginebra. ¿Cómo fue y cómo vivió ese momento?
Aquello fue muy bonito porque fuimos a jugar a Ginebra. Éramos un equipo de pequeña estatura. Sólo destacaban ahí tres jugadores que eran los más altos. Y cuando llegamos a Ginebra, la persona que nos recogió, que se encargaba del torneo, pensó que se habían equivocado en invitarnos.
Después empezamos a jugar, técnicamente éramos muy superiores a todos los equipos, que además eran mayores. El torneo creo recordar que era sub-20 o sub-21 y nosotros teníamos la mayoría 17 o 18 años.
El primer partido contra el París jugamos muy bien y ahí ya la gente empezó a darse cuenta del potencial técnico que teníamos. Después contra el Grasshopper suizo empatamos, que era un equipo muy batallador, con dos jugadores que corrían muchísimo y eran muy difíciles de parar. Contra el Eintracht de Frankfurt ganamos 0-1, creo recordar. Un equipo muy alemán, con mucha fuerza y con mucha disciplina. Y terminamos ganando la final. De ir de pardillos a quedar campeones, jugando como jugamos, fue maravilloso.
- ¿Piensa usted que muchos de sus compañeros de aquel equipo juvenil tenían calidad para jugar en el primer equipo?
Claro que sí. Bueno, Campello ya estaba en el primer equipo. Alcañiz estaba allí entrenando con ellos, que jugó también algún partido. De los que éramos del Elche Juvenil también debutó Horacio, que estuvo un año con el Elche. Pina estuvo también un año, Quesada también estuvo. Y hubo dos o tres jugadores que podrían haber estado ahí.
Al final, en esos momentos jugar en el Elche era muy complicado. Hay que tener en cuenta que era un equipo que estaba en Primera, y estaban todos estos jugadores de gran nivel como Trobbiani, Gómez Voglino, Montero, Emilio Esteban… En fin, había un elenco muy importante.
- ¿Usted ha sido el jugador más joven canterano en debutar en Copa con 16 años? ¿Cómo fue su debut?
Lo primero que comentaré es que para mí fue una sorpresa, porque cuando salí del instituto me recogió Arturo Mata, que estaba muy vinculado al Elche Juvenil, y me dijo que nos íbamos a ir a Santa Pola. Que cogiese un pijama, que iba a dormir allí para jugar un partido.
Y yo, sinceramente, hasta que no llegué a Santa Pola no sabía que el partido era de Copa. Y allí en la mesa estaban varios jugadores del primer equipo que me lo hicieron todo muy fácil.
A partir de ahí, pocos recuerdos… de ir al estadio, hacerlo como siempre, una hora antes, estar ahí con los compañeros. Y después el debut, que como he comentado antes, fue con nervios, lógicamente cuando ya me di cuenta realmente de lo que era. Porque estar ahí, en ese estadio, con esos jugadores que eran de Primera con muchísima calidad, es un sueño.
- Usted vivió la temporada del famoso partido del Cádiz, pero tuvo que marcharse a hacer el servicio militar. ¿Cómo vivió ese momento?
Ese momento lo viví. Yo juraba bandera ese mismo día, en Cáceres, y cogí el avión desde Madrid, me fui de Cáceres en coche hasta Madrid, y en Madrid cogí el avión hacia Elche.
Antes de embarcar al avión vi que en una tele estaban poniendo el partido. Vi que el Elche iba 1-1, pensaba que ya era el resumen, pero no vi que al final terminó 1-2. Y yo estaba convencido de que habíamos subido.
Bajé en el aeropuerto, me vine para Elche, para el centro, pensando en vivir una gran alegría. Y me encontré con Company, que estaba en esa temporada en el Elche, me contó lo que había pasado, la verdad que fue un chasco. Pero bueno, esto es el fútbol y hay que asumir estas cosas.
- Se ha especulado mucho sobre el partido del Cádiz, en el que se dijo que hubo jugadores que se vendieron. ¿Cuál es su opinión al respecto, teniendo en cuenta que ya han pasado los años y han prescrito los hechos?
Bueno, se comentaba de Campos, el portero. Yo tenía mucha amistad con Campos, me llevaba muy bien con él. Lo que hice al día siguiente fue, vine domingo, y el lunes me acerqué a su casa a ver cómo estaba.
El chaval estaba roto, deshecho, llorando, porque me comentaba que le culpaban a él, que le habían dicho que se había vendido. Yo estaba completamente seguro de que no era así, por lo que lo conocía.
Además, él venía del Betis, era el segundo de Esnaola. Y cuando vino aquí al Elche tenía un buen contrato por subir con el Elche a Primera. Y lo que él deseaba era jugar en Primera.
Así que no creo en eso. No creo que Campos hiciera nada, pondría la mano en el fuego por él.
- ¿Cuál considera que fue su mejor partido con el Elche?
Es difícil recordar ahora. Pero sí que es verdad que he jugado con el Elche dos buenos partidos precisamente contra el Castellón. Uno fue aquí en Elche y otro en Castellón. Me salieron dos partidos muy redondos. En Elche hice un gol también, pero ya no sólo por el gol, sino porque ese partido se me dio muy bien. También he tenido otros partidos donde he jugado muy bien, pero no los recuerdo. Sí que sé que en esa temporada del Cádiz tuve partidos muy buenos, eso sí lo tengo claro.
Puedo comentar una anécdota de un partido, que no recuerdo cuál fue. Evaristo Carrió me cambió en la segunda parte, y parece que lo estaba haciendo muy bien, porque los aficionados empezaron a pitarle. Y cuando se acercó Chomin, que era un compañero, me dijo que saliera y me hiciera el cojo para que no hubiese más follón. Y me salí haciendo el cojo. Al día siguiente creo que fue, un periódico puso: “El cambio de la cojera de Carrazoni, puro teatro”.
- ¿Qué valoración hace sobre su paso por el Elche CF?
Mi experiencia en el Elche fue muy feliz y enriquecedora los dos primeros años sintiéndome muy querido por los aficionados y los directivos que conocí, además de excelentes compañeros.
En la tercera, a las dos jornadas de empezar la Liga sabía que no iba a contar conmigo el entrenador, como así fue, en Navidad un trabajador del club me comunicó de que el Palencia me quería y dije de irme cedido y de malas maneras me dijo que no.
No supe gestionar lo que me estaba ocurriendo después de los dos buenos años anteriores y caí en un pozo del que no supe salir. Con el tiempo me enteré el porqué de lo que me ocurrió y no lo puedo entender y poca gente lo entendería.
Fue una etapa relativamente corta, estuve tres años. El primer año fue muy bueno. El segundo, cuando vine del servicio militar, estuve un año sin jugar. Pero bueno, estuvo bastante bien.
Hubo una serie de historias que más vale dejar ahí. Pero sí que es verdad que creo que no lo hice tan mal durante esos años, porque hay a gente que parece ser que les dejé huella con mi manera de jugar.
Entonces creo que fue positiva, porque creo que la afición, en su momento, cuando jugué, disfrutó con mi juego. Y hasta ahí te podría decir. Ojalá hubiera sido más larga, pero bueno, como te digo, el fútbol era así.
- ¿Qué recuerdo guarda de la afición del Martínez Valero?
Muy bueno, yo me he sentido siempre muy querido por la afición. Pero no sólo del Martínez Valero, sino ya cuando era juvenil. Cuando yo era juvenil y jugábamos en Altabix, yo notaba el calor de la afición conmigo.
Y cuando jugué en el Elche igual. Siempre hay algún aficionado a quien no le vas a gustar, eso está claro y hay que respetarlo también. Pero en un porcentaje muy alto, creo que la afición del Elche siempre ha estado conmigo.
- ¿Quién fue el entrenador que más le marcó en su etapa en el club?
Quizás fuese Evaristo Carrió, el entrenador que tuve en la temporada del Cádiz. Fue un entrenador que también me lo puso difícil, porque cuando no contaba conmigo fuimos a jugar dos partidos fuera, uno contra el Rayo Vallecano y otro contra el Oviedo.
Me cogió en el ascensor y me dijo: “Mira, te voy a dar estos dos partidos. Y si juegas y lo haces bien, seguirás. Y si no, despídete, te irás al filial”.
Me lo puso muy difícil. Contra el Rayo me salió un partido normalito, jugué media parte. Y contra el Oviedo me salió de categoría, y a partir de ahí ya empecé a jugar.
Incluso en su momento, yo le dije que me iba a ir al servicio militar. Cuando no contaba conmigo no me hizo ni caso, y la segunda vez se lo dije, se cabreó conmigo porque me dijo que no le había dicho nada. Lo que pasa es que yo tampoco entré a decirle nada sobre este tema.
Pero con todas estas movidas, para bien y para mal, creo que ha sido el que al final me dio totalmente su confianza y con el que más pude desarrollar mi juego.
Luis Carriega también me marcó, para mí fue un gran entrenador.
- ¿Cuál fue el mejor compañero de equipo con el que jugó?
El mejor como persona para mí ha sido Castroverde. Me he llevado muy bien con él, teníamos mucha afinidad.
Y después, como jugador, para mí ha sido Kostic, que tristemente falleció. Para mí era un jugador técnicamente insuperable y con una visión de juego muy buena.
También, desgraciadamente, en el Elche juvenil, cuando estábamos en esa etapa tan buena, tuvimos la desgracia de que falleció Alberola en un accidente de tráfico. Fue un chaval que era un gran jugador y, ya digo, hubiera sido un gran jugador. Él estaba ya entrenando en el Elche y la verdad es que no quiero dejar de reconocer que era un gran jugador y también una gran persona.
- ¿Cómo vivió los momentos más difíciles de su carrera en el fútbol?
En los últimos meses con el Elche lo pasé muy mal porque me di cuenta muy pronto de que no iba a contar Cayetano conmigo. Hiciera lo que hiciera, y efectivamente no me equivoqué. Y sí que es verdad que me vine abajo, no supe gestionar el momento tan difícil que sabía que iba a vivir.
Porque ya digo que esa pretemporada la hice muy buena, la mejor de todas. Y lo pasé muy mal, porque llegó un momento en que estaba de capa caída, caí en un hoyo y no salí de él.
- ¿Cuál fue su mayor alegría como futbolista?
Yo soy ilicitano, así que representar a tu pueblo. Y ya digo, más cuando sabes que un porcentaje muy alto de la afición está contigo. Entonces esa ha sido mi mayor alegría.
- ¿Tuvo ofertas de otros clubes importantes durante su carrera?
Cuando fuimos a jugar a Suiza, que tenía entonces 17 años, un empresario español se acercó y me dijo que quería llevarme a jugar a Francia. Y le dije que no. Yo ya había debutado con el Elche y mi ilusión era continuar en el Elche, lógicamente.
Después, cuando el Elche me cedió al Crevillente al terminar juveniles, su presidente, que era vicepresidente del Elche, me comentó que había una oferta del Valencia. Pero no para jugar en el primer equipo, sino para ir al Mestalla. Y me dijo que hiciera lo que yo quisiera.
Entonces yo le comenté que no, que lo que quería era estar en el Elche.
- ¿Cómo describiría su estilo de juego?
Yo creo que era un jugador técnico, veía bien el fútbol, y ya lo ha dicho mucha gente. Incluso Santiago Gambín, es el que mejor me ha definido en muchas de las entrevistas que ha hecho sobre mí. Y también es otra persona, junto con Arturo Mata, que me dejaron mucha huella dentro del mundillo y me ayudaron mucho.
Me definiría como un jugador técnico, con visión de juego, le pegaba bien con los dos pies. Incluso tengo una anécdota de hace relativamente cinco o seis años: vi a un señor y me dijo: “¿tú eres Carrazoni?”. Y le dije que sí. Y me dijo: “¡Qué bien le pegabas con la izquierda!”. Y le dije: “No, yo era derecho”. Y se molestó conmigo porque creía que le estaba tomando el pelo. Y le dije: “No, yo soy derecho. Lo que pasa es que me ponían en banda izquierda porque lo hacía bastante bien con la izquierda”. En fin, creo que no lo hacía mal.
- ¿Quién fue su gran referente en el mundo del fútbol?
A mí hay dos jugadores que me han gustado mucho. No es que dijera que fueran mis grandes referentes, pero sí que me gustaban mucho: Johan Cruyff, como jugador extranjero, y después Marcial Pina. Dicen que hasta me parecía a Marcial Pina, finos y con esa magia. Así que, ya digo: Johan Cruyff y Marcial Pina.
- ¿Cree que su trayectoria habría cambiado si hubiera jugado en otro contexto o en otro equipo?
Posiblemente sí. Eso no se sabe. Simplemente creo que hubiese cambiado si hubiesen sido, entre comillas, un poco más generosas las personas que me pusieron zancadillas.
Porque al final, a lo largo de la vida te vas enterando de cosas y dices: “Pues si estas personas a lo mejor hubiesen sido de otra manera, me hubiesen salido mejor las cosas”.
Incluso puedo decir que yo, por ejemplo, cuando terminé el último año, hablé con una persona que era del Elche y le comenté que me iba a Italia. Me hacía falta un dinero de la ficha para ciertas cosas. Y le dije: “No me paguéis ahora toda la ficha, pero sí pagarme un poquito que me hace falta”. Y me contestó: “No te preocupes, en dos semanas te llamo. Voy a hablar con los directivos de Italia y te digo cosas”.
Pasaron las semanas, no me llamaba, y cuando lo llamé le dije: “Mira, no me has llamado y es por el tema del dinero. A ver si me podéis pagar algo, que el resto ya me lo paguen cuando puedan”.
Y me dijo: “Lo que tienes que hacer es denunciar al Elche”. Y me quedé muy frío. Y lo hice. Esto sí que no tenía que haberlo hecho, y lo hice. Y después ya te enteras de ciertas cosas y ves que te han puesto palos en las ruedas. Pero bueno, no era a mí solo: he estado hablando con compañeros de la cantera del Elche y también les ha pasado.
Al final, el Elche es una cosa, y las personas que trabajan para el Elche y que te encuentras ahí son totalmente distintas al Elche. El sentimiento es ese: cuando la afición canta y tienen esa alegría de cuando marcan un gol, eso es el Elche.
- ¿Cómo fue el día en que decidió colgar las botas?
Cuando salí del Elche estuve en el Levante y en el Compostela, y me encontraba bien. Pero después empecé a tener una serie de lesiones musculares por pisar mal. Y entonces no era como ahora. En los clubes en los que estaba tampoco tenían los médicos que tienen ahora ni todo ese poderío que hay para que se preocupen por ti.
Y después, te retiras con pena, lógicamente, pero ya era mi hora y me quedo con lo bueno.
- Tras retirarse, ¿ha seguido vinculado al fútbol de alguna manera?
Sí, estuve entrenando en el fútbol base del Elche durante nueve años. También digo lo mismo, una cosa es el Elche y otra cosa son las personas que llevan en ese momento el fútbol base. Y sí que tuve algún problema que otro por intentar hacer las cosas lo mejor para los jugadores. Un trabajador vinculado al fútbol base quería que pusiera al hijo del jefe de un ex jugador, titular si o si y no lo hice y tuve problemas hasta que algún directivo se enteró y pude entrenar con tranquilidad.
Yo siempre he tenido mi criterio, siempre he pensado en hacer lo que tengo que hacer, porque al final te van a echar de todas maneras. Creo que tienes que hacer las cosas como realmente las sientes, aunque te equivoques, porque no vas a acertar con todos. Pero siempre desde la buena fe, no haciendo lo que quieran los demás.
- ¿Ha sido difícil su vida tras el fútbol?
La vida del futbolista es diferente. Pero después yo siempre he sido una persona de pelear y de levantarme. Tampoco ha sido tan duro, hay gente que lo ha pasado mucho peor que yo. He tenido momentos malos, pero también momentos muy buenos, y siempre trato de quedarme con lo positivo. El fútbol me ha dado la oportunidad de conocer a muchas personas.
Por ejemplo, dentro del club me quedo con gente como el utillero Gregorio o el delegado Genaro. Y fuera, me permitió trabajar en Puma, donde me sentí muy bien hasta que la empresa se trasladó a Barcelona. Todo eso me lo dio el fútbol. Lo peor habría sido hundirme y pensar que no había más vida después de ser jugador, pero la hay, está la familia y hay muchas cosas buenas.
Gracias al fútbol conocí a Marcial Pina,Pazos, etc, personas muy amables conmigo.
- ¿Qué opinión tiene del fútbol actual en comparación con el de su época?
Quizás físicamente sí que es verdad que ha evolucionado mucho, pero en mi época también se veía muy buen fútbol. Ahora también, claro, pero yo disfruté mucho de aquel fútbol técnico, de calidad. El primer año en el Elche, por ejemplo, teníamos un gran equipo, y en los demás también. Pero sí, lo que más ha cambiado es el aspecto físico.
- ¿Qué mensaje mandaría a los jóvenes que sueñan con debutar en el Elche?
Siempre les he dicho lo mismo: que estudien. Porque el fútbol se termina. Y no solo porque un día se acabe la carrera, sino porque una lesión grave puede cortar todo mucho antes de lo que uno cree. Eso sí, también deben luchar por su ilusión y no permitir que nadie se la quite. Si sueñan con llegar al Elche o con ser futbolistas, deben pelear por ello.
- ¿Qué le diría hoy a la afición franjiverde que le recuerda con cariño?
Yo también me acuerdo de ellos y que siempre me han hecho sentir muy bien.
- ¿Cuál es el sueño que le queda por cumplir fuera de los terrenos de juego?
Ver a mi gente bien, que estén todos bien. Y mis amigos también, claro. Además, que la afición disfrute del Elche.