La RAE entiende por patria a la “tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”. En los tiempos que corren y estamos viviendo en nuestro país, el concepto patriótico se ha visto diluido por el resurgimiento de los nacionalismos periféricos o separatistas. Por supuesto que soy nacionalista, pero en este caso de tipo unificador. Considero que a los españoles nos unen más cosas de las que nos diferencian. Compartimos un escenario geográfico, una lengua, una cultura y un pasado común. Somos, junto a Inglaterra y Francia, el país más antiguo de Europa, y a veces, parece que hay que recordarlo. Desgraciadamente, el elemento anti España está ganando adeptos bajo la observancia del gobierno y de las subvenciones. Hay gente que piensa que España nació bajo el régimen franquista o que fue el propio Franco quien ideó uno de nuestros mayores símbolos, nuestra enseña nacional. Ocurre lo mismo con nuestro Himno Oficial, surgido en el último tercio del siglo XVIII, se ha convertido en motivo de enfrentamiento entre los españoles, llegando a ser vilipendiado cuando el Barça de Laporta o el Bilbao de Uriarte, acceden a una final de la Copa de Su Majestad el Rey.
Los símbolos son importantes en una sociedad, nos vinculan con un grupo humano, siempre me viene a la memoria el yugo y las flechas. Aparecen incluso en las fachadas de muchas iglesias (Santiago Apóstol, Orihuela). Estos símbolos dan mucho juego ya que Falange Española ( FET de las JONS) decidió asumirlos como propios. Pues bien, estos símbolos representan a Fernando(flechas) y a Isabel (yugo), recordar que este nombre antiguamente se escribía con “y”. Imagínense la cara de estupefacción que se le queda a uno cuando dicen que quiten unos símbolos franquistas de una iglesia del siglo XV o XVI. A veces la memoria histórica se convierte en desmemoria, uno cada vez entiende con mayor motivo el tema de “dato mata relato”.
Los símbolos para una sociedad democrática deben estar bien asentados, cuando se duda del papel de la Monarquía, del Ejército o de la propia Constitución, estamos tambaleando los cimientos de nuestra sociedad. Uno puede ser republicano, pacifista o no respetar la Constitución, pero debe entender que vive en el Reino de España, que nuestros soldados desempeñan una labor importantísima en la defensa de nuestro territorio y que la Carta Magna es la obra colectiva más importante que hemos llevado a cabo los españoles en los últimos cuarenta y siete años.
No se debe tolerar la quema de la enseña nacional, no se puede admitir que se silbe el himno de todos los españoles con el pretexto de la libertad de expresión y menos aún, se debe escenificar el ahorcamiento o la guillotina de un Jefe de Estado.
Una sociedad que asume eso como progresista y democratizador, es una sociedad condenada al enfrentamiento y a la polarización, por mucho que la reforma del Código Penal despenalice las injurias a la Corona o al Ejército.
Uno puede estar en contra de alguien o de algo, pero de ahí al insulto, la violencia o el fomento del odio, hay un camino bastante peligroso que nos puede recordar a tiempos pasados. Al principio del artículo les hablaba de la patria, quiero acabar disertando sobre la patria chica, nuestro Elche amado. Y nuestro pueblo también tiene unos símbolos que se deben respetar, nos guste o no.
En el respeto y en la educación está el límite que nos separa del mundo animal. Elche cuenta con el Misteri, el Palmeral, nuestra Dama de Elche, nuestro calzado, nuestras Romerías ( Venida de la Virgen, San Antón y San Crispín ). Elche tiene un Himno que muy pocos conocen, tenemos una bandera, una imagen corporativa y unos patrones ( San Agatángelo y Nuestra Señora de la Asunción). Si de bien pequeños no nos enseñan a amar lo nuestro, a sentirnos orgullosos de nuestro legado, de quienes somos …¿qué podemos esperar del futuro? Seremos una sociedad sin alma, sin identidad y sin ese sentimiento de pertenencia que tanto me gusta. Sí, soy ilicitano y amo a Elche por encima de todas las cosas.
Este fin de semana y más allá de las lluvias, Elche ha vuelto a estar en el foco de la noticia. La Selección Absoluta ha venido a jugar al Coliseo Ilicitano, hemos tenido el Oasis Fest, hemos celebrado la Fireta del Camp d’ Elx y hemos homenajeado a la Virgen del Pilar, a la Guardia Civil y a la Roja y Gualda.
El acto institucional celebrado en el corazón del palmeral ilicitano para el Día de la Hispanidad, me pareció sublime. No solo fue una celebración institucional sino como muy bien dijo Iván Hurtado, “una declaración de amor a España y a su gente”. También quiero remarcar la interpretación magistral en el arte del Bel Canto de José Manuel Guinot Pascual. Bajo los acordes de Bella Enamorada y Te quiero, morena, encandiló al público asistente. Un tenor que empieza a despuntar y le auguro un futuro bastante prometedor.
Quiero acabar con una cita que hizo en dicho acto el alcalde Pablo Ruz, parafraseando a San Agustín dijo que “la esperanza es el sueño de los hombres despiertos”. “Y los españoles, cuando soñamos, soñamos a lo grande”.
¡¡Viva España y Viva Elche!!