Esther Díez, portavoz de Compromís en Elche, repasa su trayectoria política, que comenzó en 2011 cuando se incorporó al equipo de comunicación del partido como técnica. Periodista de formación, pasó de desempeñar tareas técnicas a implicarse en la organización diaria del partido, hasta convertirse en la líder de la oposición en el Ayuntamiento. Su trabajo se ha centrado en promover los valores de Compromís: justicia social, ecologismo, feminismo y defensa de los derechos democráticos, combinando la crítica política con propuestas esperanzadoras para la ciudad.
En esta entrevista, Esther Díez analiza la situación actual del gobierno local, que considera un retroceso democrático y social, y alerta sobre la necesidad de situar la vivienda, la igualdad y los derechos ciudadanos en el centro de la agenda municipal.
- Hola, Esther. ¿Cómo describiría su trayectoria en la política hasta ahora?
Al final, el objetivo y en lo que hemos centrado la política en los últimos años es en esos valores de Compromís: priorizar hablar de justicia social, de ecologismo, de feminismo y, en general, defender los derechos democráticos y trabajar para tener un cambio de modelo en el que las personas puedan vivir con mayores garantías y con un proyecto de vida más digno. Creo que en eso he centrado el trabajo, tanto desde el gobierno como desde la oposición en estos últimos cuatro años.
- ¿Cómo llegó a la política y en qué año?
Pues es una cosa curiosa porque yo, en realidad, a Compromís llegué como técnica. Soy periodista de formación, así que me incorporé al equipo de comunicación en 2011. Por suerte, era una formación política con la que compartía mis valores y, además, cuando estás en un partido cuya estructura es más pequeña acabas haciendo un poco de todo, lo que me hizo implicarme también en la organización del día a día. Finalmente acabé en las listas de 2015 y hasta hoy.
Es verdad que mi caso es curioso porque llegué con ese perfil técnico y he acabado de portavoz de la formación, que no es lo habitual. Aunque en este ayuntamiento hemos sido varias periodistas las que hemos acabado en este lado.
- ¿Siempre ha estado en el mismo partido?
Sí.
- Muchos le consideran la líder de la oposición. ¿Se siente así?
Yo creo que lo importante es que tengamos la capacidad de fiscalizar con todos los elementos al gobierno municipal. Esa frase viene de la contundencia con la que siempre nos hemos caracterizado en Compromís y, en particular, aquí en Elx. Consideramos que el rumbo que está llevando esta ciudad, marcado por estas derechas, necesita la contundencia de nuestra formación política para advertir a la ciudadanía de todas esas decisiones erróneas que se están tomando y del mal rumbo que está llevando el ayuntamiento.
Me alegra que puedan poner esa etiqueta, pero lo importante es seguir trabajando con la relevancia que corresponde.
- Antes de la política, ¿a qué se dedicaba profesionalmente?
Como he dicho, soy periodista de formación. Cuando acabé la carrera estuve trabajando: hice prácticas en el diario La Verdad, que ya no existe en la edición local; en la revista de divulgación científica de la Universidad de Valencia; y, antes de estar en Compromís, trabajé en la agencia EFE en la delegación de Alicante. Pasé después a este otro lado de la política, que me permite tener una mirada más global.
El papel del periodista es el de fiscalizar el trabajo de los representantes políticos, y estar ahora en este lado me permite ver la complejidad, entender el alcance de las decisiones, cuántos elementos entran en juego y ver la escala de grises en toda su magnitud.
Me ha enriquecido muchísimo conocer el día a día de la toma de decisiones políticas. Vivimos en un mundo en el que se simplifica mucho la política, pero la gestión, sobre todo la municipal, exige mucho trabajo cotidiano, entender muchas realidades diferentes, poner muchas medidas encima de la mesa y construir una mirada global y una dirección estratégica que asegure los cambios en la ciudad.
- ¿Tiene algún referente político?
Sobre todo, las compañeras y compañeros que me han precedido en mi formación política han sido un referente: personas como Mónica Oltra o Mireia Mollà, que estaban al frente de la formación cuando yo entré y han sido capaces de hacer grandes Compromís a lo largo de todo este tiempo.
Ahora me gusta mirar hacia adelante. Por ejemplo, el nuevo alcalde de Nueva York, Mamdani, nos esperanza a mucha gente porque recuerda la importancia de hacer política en positivo. Compromís, desde sus orígenes, trató de aunar la contundencia en la crítica política con la capacidad de hacer propuestas esperanzadoras.
Creo que a la izquierda a nivel global le toca beber de ese estilo, porque en este mundo crispado estamos más centrados en la disputa que en recordar que lo importante es generar esperanza. En estos días me ha ilusionado mucho ver su ascenso casi meteórico y cómo ese trabajo de base ha llegado a los diferentes barrios. Ahora mismo sería un referente para mí, por cómo ha resituado el debate de manera muy clara en un contexto tan complejo y siempre en positivo.
- ¿Qué hace en su tiempo libre fuera de la política?
No tengo mucho tiempo libre porque tengo dos hijos pequeños, así que ahora mismo mi vida la absorben ellos. Como hobby, de pequeña canté en la Escolanía del Misteri, y cantar fue un hobby muchos años. Ahora no puedo dedicarle tiempo pero me gustaría volver. También tengo cosas pendientes, como aprender a tocar el piano, que me encantaría si en algún momento puedo parar un poco y dedicarme ese tiempo.
Me gusta mucho hacer yoga porque tengo la espalda mal y me relaja; es algo que hace falta cuando te dedicas a trabajos tan estresantes porque te permite parar, centrarte y reconectar contigo misma.
Y luego tengo una pasión que siempre quiero explorar, que es el tema de cultivar plantas y flores. Tengo que mejorar, porque de momento no tengo mucho éxito, pero me gustaría dedicarme algún día a un trabajo manual así. Me encanta ir a floristerías y ver cómo trabajan y me estoy formando un poco, con la esperanza de dedicarle más tiempo en el futuro.
- ¿Cuál ha sido su mejor momento en la política y cuál el peor?
Voy a empezar por algunos de los peores. La ruptura del primer gobierno en 2016, con Ilicitanos por Elche, fue difícil para mí. Gestionar esas tensiones internas en una legislatura convulsa, con tres formaciones políticas, fue complicado. Que ese primer gobierno se rompiera me afectó porque veníamos de una etapa de mucho diálogo para tener un gobierno progresista que luego pudo continuar, y esa es la parte positiva.
Otro mal momento fue que en la legislatura entre 2015 y 2019 no se pudieran desarrollar las obras de la Corredora porque estábamos en minoría, éramos Partido de Elche, Partido Socialista y Compromís; y las derechas no querían que se hicieran. Fue una pena porque llegábamos ya tarde respecto a otras ciudades. Pero eso conecta con uno de los mejores momentos: haber llevado a cabo esas obras, muy demandadas durante décadas, y ver la transformación que supusieron, a pesar de todas las críticas, y ver ahora cómo la ciudadanía las valora y las siente suyas. Es una de las cosas que me llevo y más alegría me da.
También me llevo como algo muy positivo la gente que conoces. Estar aquí te permite entender los problemas de muchas personas, relativizar tus vivencias y empatizar. Y tengo un recuerdo muy especial del nombramiento de Francis Mojica como Hijo Predilecto. Me pareció poner la sensatez, la racionalidad, la bondad y la humildad en el centro de la ciudad. Es una figura de la que tenemos muchísimo que aprender y es una suerte que sea ilicitano.
Los carriles bici también conectan lo bueno y lo malo. Haber impulsado esa pequeña revolución de la movilidad fue muy satisfactorio, y uno de los peores momentos fue cuando se desmantelaron. Pero incluso ahí salió algo positivo: el movimiento ciudadano que se movilizó para defenderlos. La política es un juego de tensiones, y muchas veces la misma situación tiene dos caras: lo negativo cuando algo no sale y lo positivo cuando se hace realidad.
- Si fuera alcaldesa de Elche, ¿cuál sería su primera medida?
En este momento, desde luego, sería aplicar políticas de vivienda, como por ejemplo regular los precios del alquiler. De hecho, fue la primera moción que Compromís presentó cuando comenzó la legislatura, pero Partido Popular y Vox votaron en contra. Después hemos presentado toda una batería de propuestas destinadas a mejorar el acceso de las familias ilicitanas a una vivienda digna, que además es un derecho constitucional, y siempre nos hemos encontrado con la negación inexplicable de Pablo Ruz y de Vox.
Ellos entienden la vivienda como un bien de mercado que debe regirse por la ley de la jungla, mientras que nosotros defendemos que es un derecho básico sobre el que hay que aplicar todas las políticas públicas posibles para garantizarlo.
- ¿Cómo valora el gobierno de Pablo Ruz?
Nuestra lectura es negativa. Más allá de cuestiones simbólicas, hay datos objetivos que avalan esta visión de Compromís. Para empezar, estamos hablando de un alcalde que ha duplicado la deuda municipal, que está gastando en lo superfluo y no destina el dinero público a lo importante, como políticas de vivienda, políticas sociales o medidas transformadoras para la ciudad. Incluso aquellos proyectos que anunció no han llegado a ser una realidad.
Después, tenemos un alcalde que basa su acción en la mentira. Un ejemplo son sus promesas sobre los impuestos, aseguró que iban a bajar y la realidad es que ahora una persona en Elche paga más impuestos y tasas que cuando él llegó. Que haya querido jugar al engaño con esto me parece muy grave en términos democráticos.
Hay otra parte que me preocupa mucho: el ataque directo a los derechos de las personas. Este gobierno está recortando en políticas de igualdad, en políticas LGTBI, vota en contra de todas las propuestas que presentamos en materia de memoria democrática e incluso que entre a hacer un conflicto en algo que en esta ciudad siempre ha convivido con normalidad, como la existencia de dos lenguas. Son retrocesos profundos en la calidad democrática y en el bienestar del día a día de ilicitanos e ilicitanas, que desde luego, nosotros vamos a revertirlos a partir de 2027 otra vez.
- ¿Considera que han hecho algo bien?
Hay medidas que pueden considerarse positivas, por ejemplo el bus a las pedanías. Se lo reconozco, porque a nosotros nos habría gustado llegar más lejos en legislaturas anteriores si el Partido Socialista lo hubiera priorizado como debía. Pero al menos es una medida que está bien.
En el caso del palmeral, se han tomado algunas medidas de gestión de los huertos y del cultivo que son positivas, aunque desde Compromís insistimos en que falta una estrategia global. Nos preocupa que la prioridad de Pablo Ruz haya sido modificar una ley para flexibilizar la urbanización de los huertos, y eso sí es muy preocupante.
Por supuesto, cualquier gobierno hace cosas buenas en el día a día, pero la lectura general es negativa. Además, quiero recordar que muchas de las actuaciones más importantes de las que Pablo Ruz presume, como el Mercado Central, nuevos carriles bici, el intercambiador de Doctor Caro, la pasarela de Altabix, las obras del Plan Edificant, etc… Son una realidad gracias al trabajo del anterior gobierno de izquierdas, que prácticamente se lo dejó servido en bandeja y él solo ha continuado.
- ¿Qué destacaría de su tiempo en la gestión local y cuáles son los peores errores de Ruz y su equipo?
Creo que lo más importante de Compromís es haber dejado en marcha ayudas importantes para la ciudad que han venido para quedarse: ayudas al IBI, ayudas a la rehabilitación de viviendas… Son medidas que este gobierno del Partido Popular ha tenido que continuar porque sabe que funcionan.
La transformación de la ciudad también ha sido clave. Hemos impulsado una revolución en términos urbanísticos y de movilidad que nos ha situado en la línea de otras ciudades españolas que llevaban años trabajando en estas cuestiones, modernizando el municipio.
Respecto a Pablo Ruz, insisto, hablamos de las grandes ausencias, que están en las políticas de vivienda y los retrocesos en igualdad, derechos LGTBI y derechos democráticos en general. Me preocupa especialmente su deriva hacia gestionar el ayuntamiento como si fuera su casa particular. Cuando digo que es un ególatra no insulto a la persona, sino que cuestiono una forma de gestionar que pone su figura en el centro, espectacularizar lo que le rodea y genera humo. Vemos cómo detrás de tanto vídeo y tanto anuncio no hay ninguna realidad.
Una de las peores decisiones que ha tomado es renunciar a los 43 millones de euros que la Generalitat Valenciana debía a Elche, que ya estaban presupuestados en 2023. Pablo Ruz renunció a ese dinero de manera absolutamente injustificada.
- Sobre la DANA, ¿quién cree que fue el responsable?
Como miles de valencianos y valencianas, creo que Carlos Mazón era el principal responsable. Primero, porque las competencias de emergencia están delegadas a la Generalitat Valenciana, como además reconoce la jueza que instruye la causa. Tal como han reclamado cientos de miles de personas a lo largo de este año, considero que su dimisión estaba absolutamente justificada. Me parece una vergüenza cómo se fue la semana pasada sin asumir ningún tipo de autocrítica.
Desde Compromís lo que pedimos es que haya elecciones después de un caso de esta gravedad, en el que la ciudadanía ha cuestionado al candidato del Partido Popular. Es momento de que sea la ciudadanía quien decida. El Partido Popular y Vox yo creo que han quedado invalidados para elegir a otro presidente, así que exigimos que se convoquen elecciones.
- ¿Tanto Mazón como su gobierno podrían haber hecho algo más?
Desde luego. Empezando por no reírse ni burlarse de las previsiones de la Agencia Meteorológica, por ejemplo. Hemos puesto el foco en la comida, y es lógico que un presidente ante una alerta roja no deba estar en una comida ajeno, o peor aún, consciente de lo que estaba ocurriendo pero sin tomar ninguna precaución. Es gravísimo que no se enviara la alerta, y todos somos conscientes de que eso costó la vida a decenas de personas.
Pero creo que hay un problema más de fondo. Lo que ocurrió tiene relación con que el PP y Vox son negacionistas climáticos. En lugar de activar todos los mecanismos necesarios ante una alerta roja, actuaron como si no pasara nada, porque se mueven en un paradigma que cuestiona la ciencia, trata de invalidar los avisos de las agencias acreditadas para ello e incluso cuestionan ese tipo de alarmas. No olvidemos este debate de fondo, que nos ha traído hasta aquí y ha tenido un efecto fatal en la muerte de 229 personas.
- Si en Valencia se pide la convocatoria, ¿debería ocurrir lo mismo en el gobierno nacional de Pedro Sánchez?
Creo que no se ha dado un hecho como el ocurrido en territorio valenciano, donde ha habido una clara falta de diligencia y responsabilidad por parte del president, lo que ha obligado a las formaciones políticas a elegir otro candidato y a reclamar elecciones.
En el Gobierno de España hay un gobierno democráticamente elegido, que debe alcanzar acuerdos para sacar adelante leyes, y eso también forma parte de la democracia. Considero que este gobierno de izquierdas tiene que continuar. Objetivamente, se han conseguido muchos avances, sobre todo teniendo en cuenta que han sido los primeros gobiernos de coalición. Y se nota la diferencia cuando la izquierda alternativa, primero Podemos y después Sumar, forma parte de esos gobiernos y logra que las políticas vayan mucho más allá.
- Vox está ganando fuerza en jóvenes y barrios obreros. ¿Qué opina de este fenómeno?
Hay varios factores que hay que poner encima de la mesa. Por un lado, la situación de crisis global en la que vivimos. Ante esa crisis, lo humano es replegarnos hacia lo conocido, y es más cómodo que alguien te diga que vas a volver a vivir como hace 20 años. Pero ese discurso es falso. Las derechas prometen una realidad que no va a llegar, algo que se demuestra cuando gobiernan. ¿Por qué se han salido de los gobiernos autonómicos? Porque cuando forman parte de ellos es imposible ejecutar lo prometido en campaña, ya que muchas de sus propuestas no tienen ni pies ni cabeza.
Es un tipo de política con un discurso fácil, pan para hoy y hambre para mañana. Se evidencia enseguida que es insostenible lo que prometen, algo que también ocurre a nivel local. Y creo que estamos en ese momento que ante las crisis globales, ese discurso simplista penetra con más facilidad que otro más responsable que propone cambios necesarios para mantener el bienestar y centrar la política en la gente normal y no en los poderosos.
Además, Vox es hábil ocultando lo que realmente hace: políticas para los poderosos de siempre. Venden un discurso fácil que cala en otros sitios, pero si miramos el fondo, están haciendo lo mismo que siempre han hecho las derechas. En cuanto tocan un gobierno, lo aplican de inmediato; en la Generalitat ya vimos sus principales medidas: bajar impuestos a los ricos.
- ¿Cree que su grupo y otros similares están creciendo entre jóvenes y barrios de trabajadores?
Tenemos que hacer autocrítica y pensar qué está ocurriendo para que estas personas estén apoyando a la extrema derecha. No debemos caer en la autocomplacencia. El gobierno de izquierdas, a nivel estatal, está desarrollando medidas laborales, económicas y de protección social, etc. Pero hay que entender que no están siendo suficientes. Si estas personas ven retrocesos en su capacidad adquisitiva, en la cesta de la compra o en el acceso a la vivienda, significa que las políticas no están siendo tan efectivas como deberían. Habrá que replantear qué mecanismos más deben activarse para mejorar la vida de estas personas.
- Sobre la vivienda, ¿qué haría para que los jóvenes accedan a ella y cuál es su opinión sobre la ocupación?
La ocupación es más un fenómeno que algunos quieren alimentar que una cuestión real. Según los datos, no es un problema en nuestra ciudad. Desde Compromís hemos planteado frenar los precios del alquiler, algo fundamental. En los últimos tres años el precio de la vivienda se ha duplicado, y eso es insostenible. La Generalitat debe declarar zonas tensionadas, como permite la ley estatal, y regular los precios. El Ayuntamiento debe activar ayudas de al menos millón y medio de euros para apoyar no solo a familias vulnerables, sino también a familias y personas normales que no pueden asumir el alquiler, es algo que nos parece fundamental.
También hemos propuesto la ordenación de los alquileres turísticos. Es un fenómeno que en nuestro municipio se da cada vez más. De hecho, en la zona de playa somos uno de los municipios con mayor porcentaje de viviendas destinadas a uso turístico, hasta el 70%. Esto impacta en el precio del resto de la ciudad. El Partido Popular también ha votado en contra.
Además, hemos puesto otras medidas encima de la mesa. La ley autonómica de vivienda dice que los grandes propietarios, quienes tengan 10 o más viviendas, deben ponerlas en circulación o pagar un impuesto. Hemos pedido a la Generalitat que aumente la inspección para garantizarlo, y el PP y Vox también han votado en contra. Incluso hemos pedido algo tan básico como una mesa de vivienda con todos los actores implicados: federaciones de asociaciones vecinales, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, sindicatos, entidades financieras, la universidad, promotores… y Pablo Ruz nos ha dicho que no. Me parece una irresponsabilidad no tener una mínima estrategia de vivienda en 2025 con la situación que tenemos. Hay muchas medidas, Compromís las ha planteado, y PP y Vox han votado siempre en contra.
- ¿Cuáles son los proyectos más urgentes para Elche según su visión?
Nuestra prioridad es la vivienda. Pero también queda una transformación necesaria en términos de adaptación a la emergencia climática y de modernización del municipio. Aunque la capacidad del Ayuntamiento es limitada, debe aplicar políticas que compensen el encarecimiento de la vida, algo que nos afecta a todos. Deben impulsarse ayudas para afrontar el inicio del curso y avanzar hacia el acceso gratuito al material escolar o al comedor.
También hay que compensar la subida del precio de la compra ampliando los servicios públicos en esta ciudad, y garantizar que acceder a instalaciones deportivas u otras infraestructuras no dependa del dinero, sino que sea una prestación básica del Ayuntamiento, y lo mismo con el transporte.
- ¿Dónde se ve en la próxima legislatura?
Todavía es pronto para hablar de eso; queda un año y medio todavía. En todo caso, estaré donde mis compañeros y compañeras consideren que puedo ser más útil. Lo importante es el proyecto político y decidir colectivamente dónde estamos mejor quienes lo estamos liderando o qué personas deben incorporarse. De momento estoy centrada en el municipio, en lo que queda por fiscalizar en este año y medio de este gobierno del retroceso, y en eso voy a seguir.






Iván Hurtado











