La Plaça de Baix de Elche se convirtió en el epicentro de un espectáculo sonoro vibrante durante la segunda edición de la Tamborrada, un evento que atrajo a cientos de personas ansiosas por disfrutar de la tradición y la música de las bandas de tambores de diversas cofradías en esta Semana Santa.

El ambiente festivo y la energía contagiosa inundaron las calles mientras los sonidos de los tambores resonaban en el aire. Participantes y espectadores se sumergieron en la experiencia única que ofreció este encuentro, superando en participación a su edición anterior, celebrada en 2023.

Las distintas cofradías aportaron su talento y pasión a la Tamborrada, creando un ambiente de unidad y celebración. La diversidad de ritmos y estilos musicales enriqueció aún más la experiencia, cautivando a todos los presentes y dejando una huella imborrable en la memoria colectiva de la ciudad.

La Tamborrada no solo es un evento cultural, sino también un símbolo de la identidad y la tradición de Elche. Con su éxito en esta segunda edición, se consolida como una celebración anual esperada por todos los habitantes y visitantes de la ciudad, prometiendo seguir creciendo y emocionando en los años venideros.

El estruendo de los tambores colmó la plaza al mediodía, cuando el alcalde, Pablo Ruz, junto al presidente de la Junta Mayor, Joaquín Martínez, y la edil de Festejos, Inma Mora, dieron el primer toque. Entonces, la magia se desató y comenzó un estruendoso espectáculo que duró cerca de una hora, en el que participaron multitud de bandas de cofradías y hermandades de Elche.

Este año se ha notado una evolución en el evento, que se incorporó en la Semana Santa de 2023. Se percibió una mayor coordinación, ya que los propios músicos se reunieron en varias ocasiones para ensayar un toque conjunto. José Cristobal Varó, secretario de la Negación de San Pedro, “El Gallo”, reconoció que hay más organización en comparación con años anteriores.

Un indicativo de que la cita pueda consolidarse en futuras semanas de Pasión es la gran participación infantil y la presencia de padres que llevaron a los más pequeños de la casa con tambores de juguete para que también se divirtieran. La Tamborrada se erige así como una tradición arraigada que fortalece los lazos comunitarios y enriquece el patrimonio cultural de Elche, proyectando su esencia más auténtica a través de los ritmos vibrantes de sus tambores.