Martínez finalizó la prueba con un tiempo de 2:06:15, a 2 minutos y 41 segundos de la neerlandesa Sharon Van Rouwendaal, quien se adjudicó la medalla de oro. La nadadora realizó una impresionante remontada desde el puesto décimo séptimo, acercándose considerablemente al codiciado diploma olímpico.
El río Sena presentó un desafío adicional, con problemas de contaminación y corrientes complicadas que afectaron a todos los competidores. Los reportes indicaron la presencia de cadáveres de roedores en el agua y preocupaciones sobre la calidad del río, lo que hizo que la prueba fuera aún más exigente. A pesar de estos obstáculos, Martínez demostró una notable fortaleza y habilidad.
La competición se llevó a cabo con la incertidumbre sobre si las finales de aguas abiertas se realizarían en el Sena. La prueba comenzó a las 07:30 horas con 24 nadadoras en liza, incluyendo a Martínez y a María de Valdés, quien finalizó en la décimo séptima posición. Desde el inicio, las australianas Moesha Johnson y Kelsey Gobecka dominaron la primera vuelta, seguidas por las italianas Ginevra Taddeucci y Giulia Gabrielescchi. Martínez y Valdés comenzaron en posiciones medias, con Martínez en el puesto 19 y Valdés en el 15.
Las corrientes del Sena y la necesidad de nadar en fila india cerca de las paredes del río complicaron la visibilidad para el público. Las competidoras tuvieron que adaptarse a la situación, navegando en condiciones que limitaban la visibilidad del espectáculo acuático.
Un factor decisivo fue el avituallamiento, que resultó crucial para las estrategias de carrera. La neerlandesa Van Rouwendaal, junto con Johnson y Taddeucci, se desmarcaron en la segunda vuelta, mientras que Martínez y Valdés lucharon por mantener sus posiciones en el grupo medio. A medida que se acercaba el final, el grupo líder, que también incluía a la brasileña Ana Marcela Cunha, se desintegró en la recta final, con Van Rouwendaal ganando la medalla de oro con un tiempo de 2:03:34.2, seguida por Johnson y Taddeucci.
Ángela Martínez, con su décima posición, logró un resultado sobresaliente dada la dificultad del evento y su juventud. Aunque no superó el récord histórico de la nadadora española Erika Villaécija en Londres 2012, su actuación ha sido ampliamente reconocida. María de Valdés, por su parte, quedó en la 17ª posición, enfrentando también los desafíos del evento. A pesar de los problemas con el río, la actuación de ambas nadadoras destaca por su valentía y habilidad en una competición tan exigente.