Es evidente que el Elche CF está viviendo uno de sus mejores momentos de la temporada. Es un conjunto con unas prestaciones impresionantes, no hay más que verlo. Las últimas semanas han servido para confirmar que el dinamismo con el que juega, le hace ser un rival temible para los demás equipos. Está con la flecha hacia arriba y con la sexta marcha puesta.

El equipo evoluciona y mejora. Si la falta de gol era su asignatura pendiente, en el último partido marcó tres en cuarenta y cinco minutos. Pero ahora es cuando llega lo más difícil. Es bueno que haya siempre confianza, tanto como que se huya de la euforia. Hay que saber diferenciar. El primer término es fundamental para el futbolista, el segundo vale para el aficionado.

Ver que el Elche CF va por buen camino debe de ser un motivo de alegría para los que viven el momento franjiverde desde fuera del vestuario, pero dentro, la humildad y el trabajo deben ser las palabras marcadas a fuego. Tener fe en lo que se está haciendo es clave, porque se lleva a cabo de maravilla, sin dejar de ser conscientes de que también pueden llegar malos momentos.

Todos los equipos que va a tener ante sí el conjunto de Sebastián Beccacece van a jugarse objetivos en la recta final de la temporada y el Elche CF ya no es el equipo de hace unas jornadas atrás. El respeto hará que cambien los planteamientos y con ellos, las formas de jugar. Va a ser importante que no se renuncie a lo que se ha hecho y haya soluciones ante los problemas.