OPINIÓN

Depuración Y Limpieza Intestinal


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Ángela María Lafuente
27 de junio de 2024 - 11:31

La salud intestinal es un pilar fundamental del bienestar general.

Mantener un intestino limpio y equilibrado es crucial para una buena digestión, una absorción eficiente de nutrientes y un sistema inmunológico fuerte.
La depuración y limpieza intestinal, seguida de la repoblación de bacterias beneficiosas, puede mejorar significativamente la salud digestiva.

Este proceso consta de cuatro fases que deben realizarse de manera correcta para obtener los mejores resultados:

La primera fase es la depuración del hígado. Antes de comenzar cualquier proceso de limpieza intestinal, es importante preparar el cuerpo adecuadamente, lo que incluye la depuración del hígado. Este órgano es crucial para la eliminación de toxinas del cuerpo. Consumir alimentos que apoyen la función hepática, como la alcachofa, el té verde, y vegetales crucíferos como el brócoli puede ser beneficioso. También se pueden incluir plantas como el cardo mariano y el boldo, que son conocidas por sus propiedades hepáticas. Durante esta fase, también es aconsejable reducir el consumo de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas, ya que estos pueden dificultar el proceso de limpieza.

La segunda fase es la limpieza intestinal. Durante esta fase, se busca eliminar toxinas y residuos acumulados en el intestino, lo cual puede ayudar a aliviar problemas digestivos como el estreñimiento y la hinchazón. Alimentos ricos en enzimas digestivas en especial los vegetales en crudo y las siguientes frutas: la piña, papaya, mango y kiwi ayuda a poder digerir mejor los alimentos. También tenemos hierbas con propiedades antibióticas ayudan a equilibrar la flora bacteriana: ajo, jengibre, orégano, tomillo, romero, cúrcuma, canela, clavo y menta.

La tercera fase es la repoblación del intestino con bacterias beneficiosas. Después de una limpieza intestinal, es vital reintroducir bacterias saludables en el sistema digestivo para restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal. Esto se puede lograr mediante el consumo de alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y otros probióticos. Una microbiota equilibrada no solo mejora la digestión, sino que también fortalece el sistema inmunológico y puede influir positivamente en el estado de ánimo.

La cuarta y la última fase es el mantenimiento. Mantener un intestino saludable requiere un compromiso continuo con hábitos alimenticios saludables y un estilo de vida activo. Incorporar una dieta rica en fibra, mantenerse hidratado, y continuar consumiendo alimentos ricos en probióticos son prácticas esenciales. Además, el manejo del estrés y la actividad física regular contribuyen al bienestar intestinal a largo plazo. También es beneficioso seguir apoyando al hígado con una dieta equilibrada y evitando el exceso de alcohol y otras toxinas.