Esta semana, Joaquín Rocamora apuntaba en la rueda de prensa previa al partido que la temporada «ya era de sobresaliente» y ganar la liga sería «el cum laude», pero no ha sido posible. El Elche necesitaba ganar para forzar la prórroga y ha estado muy cerca, pero Bera Bera resistió. La cita de hoy prometía, y el Esperanza Lag ha respondido, como siempre. Las guerreras ilicitanas se lo han dejado todo, pero se han quedado a las puertas de despedir la temporada con matrícula de honor.

Partidazo a la altura

El ambiente, el escenario y lo conseguido previamente fueron factores para que el Elche se dejara la piel y saliera con la moral por las nubes. Y si bien es cierto que el inicio costó, a partir del ecuador de la primera mitad las guerreras ilicitanas se levantaron, manteniendo una ventaja de dos goles mediante se iban cumpliendo los parciales de cinco minutos, llegando al descanso cuatro tantos por encima de Bera Bera.

Tras el paso por vestuarios esa ventaja se fue manteniendo mediante la intensidad crecía tanto en el terreno de juego como en las gradas, que hacían de jugadoras extra para el equipo ilicitano. No obstante, llegados los últimos diez minutos, el conjunto visitante ‘despertó’ y endosó al Elche un parcial de 1-4 del que las ilicitanas no pudieron levantarse. Aún así, el equipo de Joaquín Rocamora mantuvo vivo el encuentro hasta el final y se quedó a un único gol de forzar la prórroga. Tras esta derrota, el mensaje que queda no es conclusivo, si no todo lo contrario. El legado que han dejado estas jugadoras y este cuerpo técnico perdurará en una temporada en la que se ha escrito una página histórica del deporte ilicitano. Esto no ha hecho más que empezar.