Es cierto que el resultado enmascara, disfraza y maquilla lo que verdaderamente ocurre en un partido de fútbol. A veces lo minimiza y otras lo pondera sin tener en cuenta el juego. Ayer el Elche y el Espanyol empatan, pero a mí, como entrenador y aficionado, me encantó el partido. Fue un encuentro de segunda división, pero perfectamente podría haber pasado por uno de primera, con dos equipos que fueron a ganar desde el principio, que cada vez que tenían la posesión procuraban que ocurrieran cosas en la portería rival.

El de ayer fue un partido emocionante hasta el último minuto. La idea de ambos equipos era controlar el juego con el balón, con presencia y presión alta cuando sacaba el portero rival. Me gustó la alternancia con balones a la espalda cuando se hacía difícil salir desde atrás. Desde mi punto de vista, si alguien hizo más méritos que el otro para ganar, ese fue el Elche Club de Fútbol. Tuvo más balón en campo contrario y generó más ocasiones de peligro y de gol que el Espanyol. Lo que está demostrando el equipo franjiverde es que sin ninguna duda es un equipo fiable y que rara vez es superado por sus rivales. Es un firme candidato para el ascenso.

Y recordad: ¡esto es solo fútbol!