Iker Losada está en ese punto en el que un jugador dice basta. Sabe que no cuenta para el Betis, que los minutos no caen del cielo, y que la vida está para jugarla. Así que ha puesto a sus agentes a moverse y en la ciudad deportiva verdiblanca no le han cerrado la puerta, más bien se la han abierto con gusto.
La reunión de esta semana con la dirección deportiva del Betis fue clara: libertad para encontrar destino. Y hay dos clubes que han olido sangre y se han lanzado a por él. Uno es el Levante. El otro, el Elche. Y los franjiverdes, con Eder Sarabia al mando, no quieren dejarlo escapar. El técnico lo ve como un perfil ideal: media punta con clase, descaro, pausa y último pase. Un tipo que te puede cambiar un partido si lo colocas en el lugar justo. Y él, que no es tonto, sabe que en el Martínez Valero tendría una alfombra roja para demostrar lo que vale.
Empezó en su pueblo, Catoira, rompiéndola desde niño. El Celta se lo llevó a casa y ahí empezó a labrarse el nombre. En juveniles arrasó con 13 goles en la División de Honor y pronto saltó al filial. En 2019, con solo 18 años, debutó con el primer equipo celeste… ante el Real Madrid. Y marcó. Así, sin avisar. Primer jugador del Celta nacido en el siglo XXI en mojar en Primera. Y lo hizo contra el rey del fútbol español. Palabras mayores.
Luego vinieron curvas. Bajó al B, trabajó en la sombra, y en 2023 firmó por el Racing de Ferrol. Temporadón: 9 goles y 7 asistencias en Segunda. Eso le valió para fichar por el Betis en julio de 2024, pero su historia en Heliópolis ha sido todo menos feliz: 10 partidos, tres como titular, 333 minutos, cero goles, cero asistencias. Invisible.
En enero volvió cedido al Celta, su casa, para recuperar sensaciones. Jugó 12 partidos, solo cuatro desde el arranque, pero dejó algo más: un gol, dos asistencias y la sensación de que no está acabado, ni mucho menos. Suma 22 partidos oficiales en la 2024-25, con 1 gol y 2 pases de gol. No son cifras de estrella, pero sí de alguien que aún tiene mucho fútbol en las botas. Solo necesita minutos. Y alguien que apueste de verdad por él.
Todo apunta a que los próximos días serán clave. Losada ya ha dado el primer paso. Ahora, solo falta elegir destino. Pero una cosa está clara: donde aterrice, va a pelear por volver a ser ese chico descarado que una vez le marcó al Madrid sin pestañear.
El Betis ya ha dado luz verde para que resuelva su futuro, y en la planta noble del Martínez Valero están listos para cerrar su incorporación.