HISTORIA

La leyenda de Arconada empezó contra el Elche: el día del jersey verde en Atotxa

En septiembre de 1975, el joven portero debutó en Liga ante el conjunto de Marcel Domingo. La confusión con su camiseta, idéntica a la franjiverde, marcó el inicio de una carrera legendaria.
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Iván Hurtado
07 de septiembre de 2025 - 12:10

El 7 de septiembre de 1975, en Atotxa, se escribió una página inesperada de la historia del fútbol. La Real Sociedad goleó al Elche por cuatro a cero, un resultado doloroso para los franjiverdes, pero lo que de verdad quedó en la memoria fue el estreno liguero de un portero que acabaría siendo mito: Luis Miguel Arconada.

La imagen de aquel debut todavía se recuerda con nitidez. El guardameta salió al césped con un jersey verde, exactamente del mismo color que vestía el Elche aquella tarde. La confusión no fue inmediata y el árbitro López Cuadrado le ordenó cambiarse. Lo hizo por una camiseta azul, le obligó a cambiarlo tras el primer gol donostiarra y, desde entonces, su figura se volvió inconfundible. Fue su primera lección de personalidad en el fútbol grande: nada podía descolocarle.

El partido se resolvió con claridad para los donostiarras. Idígoras adelantó a la Real en una jugada de libre indirecto dentro del área. Poco después, Muruzábal transformó un penalti y dejó el encuentro encarrilado antes del descanso. La segunda parte apenas había comenzado cuando Diego cabeceó el tercero, e Idígoras completó la goleada aprovechando una acción de Uranga que descolocó a la zaga ilicitana.

El Elche, entrenado por Marcel Domingo, presentó en Atotxa a Díez en portería, con Indio, Benítez, Bonet y Dominichi en defensa, un centro del campo con Félix, Montero y Cano, y en la delantera a Gómez Voglino, Sitjà y Rubén Cano. La Real, dirigida por Rafa Iriondo, apostó por Arconada bajo palos, acompañado por Murillo, Kortabarría, Olaizola, Celayeta, Zamora, Idígoras, Diego, Uranga, Amuchástegui y Muruzábal.

Más allá del resultado, los franjiverdes se encontraron frente a un guardameta que no volvió a soltar la portería realista. Arconada disputó más de quinientos partidos oficiales con la Real Sociedad, conquistó títulos históricos, fue capitán de la mejor generación txuri-urdin y defendió la camiseta de España en grandes torneos internacionales. Para muchos, junto a Iker Casillas, es el mejor portero de la historia del fútbol español.

Pero su huella fue más allá de los títulos. Fue el mito de una generación que cambió la forma de mirar la portería. En los patios y en las calles, los niños ya no querían ser quienes marcaban los goles, sino quienes los paraban. Al lanzarse al suelo, gritaban su nombre: “¡Arconada!”.

La afición del Elche puede recordar aquel 7 de septiembre con cierto dolor deportivo, pero también con el orgullo de haber sido testigo del nacimiento de una leyenda. Ese día en Atotxa, mientras el marcador señalaba una goleada, comenzó una historia que todavía hoy emociona a los amantes del fútbol.

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