La motivación en un jugador siempre debe de ser la misma, independientemente de su pasado y experiencias cuando se enfrenta a un equipo en el que ha jugado. El regreso de Sergio León al Martínez Valero el próximo domingo, vistiendo la camiseta de la SD Éibar, tras haber abandonado hace poco más de tres semanas el Elche CF, no debe suponer un plus para un profesional que, ya de por sí, salta al césped siempre a darlo todo.

Es cierto que la salida del delantero cordobés del Elche CF está marcada por un halo de rareza que sólo el futbolista y Sebastián Beccacece, podrán explicar. El jugador llegó con la temporada avanzada, empezó marcando, pero, a partir de su lesión, se apagó. Un entrenador no se tira piedras sobre su propio tejado, menos aun cuando se trata de poder disponer de un futbolista de las cualidades de Sergio León.

Si Beccacece tomó una decisión, algo que desconocemos debió de pasar, pero siempre quedará entre ellos. Lejos de cualquier tipo de conflicto, posible o no, o el simple hecho de que el delantero no encajase en la idea de juego del entrenador argentino, lo que queda claro es que, en el fútbol a estos niveles, la predisposición mental para afrontar un partido siempre debe de ser la misma ante cualquier partido.

El único que sabe si volverá al Martínez Valero con ánimo de revancha es Sergio León, porque él es el quien ha vivido en sus carnes toda la situación. No me cabe ningún tipo de duda de que lo hará como siempre, motivado como profesional que es para sumar una victoria para su equipo. Ya lo ha hecho cuando ha jugado contra el Elche CF, la última vez con la camiseta del Real Valladolid, y otras tantas. Esperemos que no tenga su día.