Mourad Daoudi es un tipo de delantero que basa su rendimiento en el poderío físico que sus cualidades le han concedido, sin embargo, y desde su paso por el CD Alcoyano en donde fue su entrenador durante dos temporadas, también ha crecido mucho en las últimas campañas, con su cesión en Burgos y experiencia en Segunda División, en otros aspectos del juego.
Sebastián Beccacece encuentra en su estilo de juego dos claves por las que, a pesar de que no marcó gol hasta el pasado viernes con la camiseta franjiverde en la Liga Hypermotion, ha demostrado su confianza durante este tramo de curso. El primero, porque en fase ofensiva, con la salida de balón desde portería propia, necesita la figura de un delantero corpulento que fije la línea defensiva rival.
Su presencia hace que sea una amenaza y el contrario se sienta más condicionado a la hora de saltar a la presión a los futbolistas más pequeños que el Elche CF sitúa en posiciones intermedias por dentro. Además, ante una presión, si el rival va arriba a pares, Mourad es una referencia lejana para la salida en largo desde portero, tanto para disputas de las que se benefician los compañeros que vienen por dentro, como para atacar espacios a la espalda de la defensa rival.
El segundo concepto es defensivo. Mourad es el primer futbolista franjiverde en la presión alta. Jugando para el CD Alcoyano desarrolló esa faceta, tomando muy buenas decisiones en referencia a cuándo y a quién debía presionar. Además, es un jugador muy intimidante porque por su físico, con apenas dos zancadas, le come el espacio al rival y luego es capaz de repetir esfuerzos a alta intensidad, ocupando mucho campo con su trabajo.