La gente debe darse cuenta de lo que es trabajar con un equipo de gente con discapacidad. Para nosotras es fácil porque tenemos una rutina y no le vemos problema, al igual que hacerlo con niñas con discapacidad. El problema viene cuando tienes que unificar esos dos entrenamientos. Nuestra manera de trabajar es que la persona con discapacidad se tiene que adaptar al trabajo de las personas sin, no que tenga que hacer lo mismo, si no intentar que se equipare para que realmente sea una inclusión. Porque si solo se dedica a trabajar un sector en un rato y en otro al contrario, no tenemos esa inclusión.
En nuestro caso tenemos un problema: que la gente es reacia a estar entrenando y tener a un deportista con discapacidad al lado. Me costó mucho que la gente lo viera como normal, pero quien entra al club hay veces que no se da ni cuenta de que hay deportistas con discapacidad entrenando y ahora lo tenemos más asimilado. Hace poco, en un torneo, salieron los míos con y sin discapacidad y la gente lo tenía asimilado.
Por otro lado, buscamos mejores condiciones de trabajo, espacios adecuados y tiempo para trabajar adecuadamente. Te tienes que acoger al horario que te den y hay veces que entrenamos deprisa y corriendo, porque no tenemos la opción de entrenar lento y nos sale un hándicap, como a otros clubes. Sí que es verdad que hoy por hoy estamos trabajando bien, tenemos espacio y tiempo, pero aún así se tarda mucho en unificar nuestro trabajo. Si por ejemplo para hacer un ejercicio se tardan cinco minutos, con alguien con discapacidad se pueden tardar tres horas.
Dependemos mucho de los patrocinadores, los torneos los tienen que sufragar los padres porque somos un club humilde y pequeño. Al necesitar que las familias, si pueden, sufraguen esos gastos, demandamos apoyo de instituciones, ayuntamientos… Tanto a nivel de instalaciones como de patrocinios, para poder abarcar más, ya que a veces no podemos coger más gente porque tener a más gente con discapacidad le supone un gran esfuerzo al club.
El nivel que tenemos ahora es muy alto tanto en nacional como en internacional, llevamos casi tres años en pódium. Es un trabajo enorme para mí y para las personas que trabajan conmigo sostener ese nivel. Necesitamos trabajar despacio, aunque la rítmica es un poco ‘torbellino’ con mucho campeonato y trabajamos muy rápido y hay veces que se nos escapa el poder sentarnos, pensar y trabajar tranquilamente, pero estamos en ello.