OPINIÓN

No todo es competir

27 de mayo de 2024 - 09:25
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En un mundo marcado por la inmediatez, donde los resultados son los que marcan nuestro destino, me gustaría que recuperásemos la importancia de la esencia. De los detalles. De esas pequeñas cosas que pasamos por alto en la vida de los que hoy, en presente, son deportistas de elite para recordar que un día fueron niños con ilusiones, con mucho trabajo por delante, que, seguro que se encontraron con muchísimas zancadillas en el camino, que no tuvieron otra que crear una capacidad de esfuerzo muy grande…

Desde mi opinión, cada vez los niños empiezan a competir mas jóvenes. Muchas veces tengo la sensación de que el que va más rápido, cree que llegara antes, o que más es mejor. Y por desgracia, y aunque a mucha gente le pese, el deporte no son matemáticas.

De lo que sí estoy convencida es de que la casa hay que empezar a construirla por la base, que lo importante son los cimientos. Que esos cimientos se construyen en los entrenamientos, en el perfeccionamiento de la técnica, en formar en valores, en darle a los jóvenes una serie de herramientas que les permita crecer con el paso de los años.

Si el foco sólo está puesto en la competición, nos olvidaremos del día a día, del mejorar, del construir, del crecer, del evolucionar, del equivocarnos y corregir.

De los miles de niños que practican deporte, ¿cuántas escuelas, centros deportivos, colegios etc. tienen en su oferta diferentes prácticas deportivas? De todos ellos, es un porcentaje bajísimo el que consigue llegar a la elite. Y ahí es donde nosotros, los adultos, tenemos mucha responsabilidad para poder acompañarlos en su ilusión, en su camino, en sus sueños. Para no limitarles, para animarlos a que lo intenten, para que se empapen de una escuela de valores como es el ámbito deportivo, pero con la tranquilidad de saber que es un mundo muy difícil.

Y es que, si a día de hoy le preguntas a cualquier deportista de elite, probablemente, una de las cosas que resalten respecto a quienes son a día de hoy, sea gracias al entorno que han tenido, a como se han dejado guiar, a como han sabido escuchar, a como se empaparon de la gente que los conocía para ayudarles en su evolución.

Seamos nosotros ese apoyo incondicional para los jóvenes que persiguen sus sueños, educándolos, enseñándolos, acompañándolos y siempre siempre animándolos desde la visión constructiva.