ENTREVISTA CAPITAL | OSVALDO BABY CORTÉS, EXFUTBOLISTA

Baby Cortés: “Elche siempre fue mi casa, su gente me acogió con un cariño enorme”

El exdefensa argentino repasa su paso por el conjunto ilicitano, la calidez de la afición franjiverde y los vínculos que aún mantiene con la ciudad medio siglo después
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Iván Hurtado
16 de agosto de 2025 - 00:02

Medio siglo después de su llegada a España, Baby Cortés sigue recordando con emoción su etapa en el Elche CF. Famoso por sus saques laterales convertidos en centros precisos, Baby Cortés inició su carrera en Atlanta en 1970 y formó parte de la Selección Fantasma que logró la clasificación para el Mundial de Alemania 1974. Ese mismo año se trasladó a España para jugar en el Elche CF hasta 1978, antes de pasar por Real Valladolid, All Boys, Platense, Huracán, Cipolletti y finalizar su carrera en Temperley en 1985.

El exdefensa argentino rememora la calidez de la afición franjiverde, la vida sencilla en Elche y los vínculos que aún mantiene con familiares y amigos. Desde sus primeros días adaptándose a un fútbol distinto al argentino, hasta las anécdotas del vestuario y los partidos que marcaron su carrera, Cortés abre las puertas a sus recuerdos y comparte cómo aquella experiencia influyó en su vida personal y profesional.

  •  ¿Qué es de su vida actualmente y a qué se dedica?

Actualmente estoy trabajando en un campamento cerca de casa. Estoy haciendo todas las actividades de menores y deportivas. Coordino y hago eventos.

  •  ¿Cómo se produjo su llegada al Elche CF? ¿Quién fue la persona clave en su fichaje?

Fue una contratación junto con Rubén Cano y Gómez Voglino que realizó un empresario. Se contactó con el club y, junto con Pipo Rossi, fuimos los cuatro a España en el año 74.

  •  ¿Qué sintió la primera vez que pisó la ciudad de Elche y la primera vez que se puso la camiseta del club?

Para mí fue toda una satisfacción porque decidí jugar en España. En ese tiempo ya estaba vendido a otro equipo, pero cambié y decidí irme a España, a Elche. No conocía Elche; es una ciudad pequeña pero muy atractiva y solidaria. Con el tiempo logramos hacer una gran amistad con varias personas de ahí de Elche, a las que quiero muchísimo. El 1 de septiembre volveré a contactar con ellos y a saludarlos porque voy a hacer un viaje allí; voy a pasar unos días en Elche. 

Mi primera impresión fue la de un fútbol distinto, completamente distinto al argentino de esa época. Uno tenía que adaptarse. Yo estuve ocho meses parado porque no salía mi nacionalidad, así que después, con suerte, al principio del 75, pude jugar el primer partido. Fue una satisfacción enorme después de un sufrimiento de ocho meses entrenando solamente sin participar. Fue muy duro, pero fue una decisión mía: joven. Quería jugar en España. Mis abuelos eran españoles, siempre me hablaban bien de España, de toda su cultura, y fue una decisión que tomé en esa época.

  •  ¿Cómo fue su adaptación al equipo y al estilo de vida en Elche?

El estilo de vida fue sencillo. Ahí nació mi primer hijo, González, y luego Paula. Me gustaba porque era un pueblo pequeño en esa época, ahora ha crecido muchísimo. Me resultaba agradable vivir ahí, tanto por el clima como por la gente que me aceptó.

Al principio me costó adaptarme, es un pueblo distinto, pero después logré consolidarme. Tengo buenas referencias de lo que era el club en esa época y me gustó muchísimo convivir y vivir en Elche. Siempre fue mi casa; su gente me acogió con un cariño enorme. Compré un departamento en esa época y también me quería quedar a vivir, pero después las circunstancias hacen que uno emigre a otros lados, y me fui a Valladolid.

  •  ¿Tiene alguna anécdota especial del vestuario o de algún partido con el Elche que pueda compartir?

Anécdotas hay siempre, sobre todo de entrenamientos. Personajes dentro del club, como Paco, Pepito, varios a los que quería mucho y recuerdo con cariño. Compañeros también, por supuesto. Pero las anécdotas son más de vestuario que de partidos.

Lo que sí puedo reconocer de Elche es la calidez de su gente. Tanto es así que todavía tengo amigos y los sigo visitando, y eso es lo que más me conmueve después de tantos años, más de 50 años han pasado. Estoy muy contento de haber tomado esa decisión en esa época.

  •  ¿Dónde vivía usted durante su etapa como jugador en Elche?

Al principio viví en la calle Reina Victoria, alquilaba ahí. Luego me fui a la carretera de Alicante. Me mudé a dos o tres lugares, pero al final terminé comprando una casa cerca de donde pasa la autovía. Tengo lindos recuerdos de Elche, siempre me encantó. Más que todo, lo digo de corazón, por la gran amistad que hice con la familia de Manuel Martínez Pastor. Todavía me veo con sus hijos y sus nietos, con Víctor, y con mucha gente, como Paco Beltrán. Siempre estamos en comunicación. Eso me alegra y me conmueve porque, después de 50 años, aún seguimos en contacto. Es una alegría tremenda.

  • ¿Cuál era su comida preferida mientras vivía en Elche?

Los mariscos siempre me gustaron, el arroz también, pero toda la comida mediterránea me encanta. Cada vez que voy solo como pescados y mariscos, nada de carne como es típico en Argentina.

  • ¿Había algún lugar en Elche donde le gustara “perderse” o desconectar?

Sí, generalmente iba a La Marina o a Santa Pola, porque con los chicos era más cercano. También alquilaba en verano en Benidorm, que era lo que más me gustaba. Iba a Playa de San Juan, a toda la zona costera de Alicante, e incluso hasta la Manga del Mar Menor.

  • ¿Cómo se dio su salida del Elche?

Fue una decisión que se tomó cuando se descendió. Yo me iba a volver allá, pero Ramón Martínez, que era el secretario técnico del Valladolid, se contactó conmigo por intermedio del presidente. Yo estaba veraneando en Benidorm y un amigo, Emilio Blanco, habló con el presidente. Quedamos en arreglar la contratación. Me volví a Buenos Aires, pero decidí quedarme un año más en Valladolid.

Hicimos una muy buena temporada, llegamos a la semifinal de la Copa del Rey, jugamos contra el Valencia, y fue un año satisfactorio porque completé todas las jornadas tanto de Liga como de Copa. Fue un muy buen año en Valladolid también.

  •  ¿Qué opinión tiene usted de Baby Cortés mirando hoy hacia su carrera como jugador?

Un jugador más que todo temperamental, marcador, con ciertas características defensivas, de buena lectura del juego. Siempre brindaba todo mi corazón y mi fuerza; eso es lo que más apreciaba de mí. Fui un muy buen profesional, de dedicación y de mucha calidez. Siempre fui un buen compañero, un jugador sencillo, que respetaba a los compañeros y al sentido de equipo.

  •  ¿Qué diferencias nota entre el fútbol de su época y el actual?

¡Uf, terrible! Hoy es mucho más dinámico, los jugadores son polifuncionales, universales, están en todos lados. Es un juego muy rápido, extremadamente físico, con variantes que fueron cambiando a lo largo de todos estos años. El fútbol evoluciona junto con la vida, así que cada vez es más difícil jugar.

Eso no quiere decir que los jugadores de antes no podrían jugar ahora. Por supuesto, los entrenamientos eran diferentes, las tácticas eran diferentes y los modelos de juego también. Es evolución, y está bien; no se puede ir en contra de la evolución.

  •  Usted tuvo la oportunidad de jugar con Diego Armando Maradona varias temporadas. ¿Qué significó eso para usted?

Tuve la suerte de jugar con él en Argentinos Juniors, al principio cuando llegué a finales del 79, y luego, cuando jugó en Boca, también tuve la suerte de enfrentarlo. Me pareció uno de los grandes jugadores del fútbol, uno de los fenómenos, junto con Messi, Di Stéfano, Kempes, Pelé, Cruyff… un montón de jugadores. Fue uno de los que están ahí arriba, de los distintos, como decimos nosotros.

  • Usted fue uno de los integrantes del famoso partido clasificatorio de Argentina contra Bolivia. ¿Cómo fueron los preparativos de ese partido?

Esa fue una historia muy linda. Hay un video que se llama La selección fantasma con el equipo olvidado, Hay varios videos hechos. Fue una epopeya, una historia muy bonita, porque Argentina necesitaba clasificar para el Mundial del 74.

Antes, las eliminatorias eran tres partidos nada más; se jugaba con dos equipos, en este caso contra Paraguay y Bolivia. Si Argentina no ganaba en Bolivia, era muy posible que no clasificara, como no clasificó para el Mundial del 70.

Entonces se designó un equipo especial, con trabajo en laboratorio, en diferentes alturas, en cámaras hiperbáricas… Se hizo un trabajo fisiológico muy grande y se estuvo dos meses, casi tres, en las alturas: tanto en Argentina, como en Perú, y luego en Bolivia. Llegamos a jugar hasta a 4.100 metros de altura, en lugares extremos en cuanto a resistencia. 

Como no sabían dónde estábamos, le llamaron “la selección fantasma”, porque era un equipo que viajaba por todos lados y a diferentes alturas. Jugábamos y dormíamos, jugábamos y dormíamos; era todo un experimento fisiológico que dio resultado, porque al final, en el estadio de Chile, se logró un triunfo que sirvió para la clasificación al Mundial.

Fue satisfactorio para mí porque integré la selección y logré que Argentina clasificara al Mundial. Lástima que, por una lesión meniscal, no pude jugar el Mundial del 74, pero esas son las circunstancias que suceden a veces en la vida de un deportista.

  •  ¿Fue uno de los momentos más felices de su vida vestir la camiseta de la selección argentina?

Sí, cuando me la entregaron ese día, sentí una sensación muy íntima, muy interna mía, de mucha responsabilidad, porque se siente de esa forma. Hay que soportar ese tipo de presión, y bueno, salió bien. Hice un muy buen partido, y son de los grandes recuerdos que tengo en mi vida.

  •  ¿Cuál ha sido el mejor jugador con el que ha compartido vestuario en la selección argentina?

Hubo varios, varios. Uno que estuvo en Elche fue Trobiani. Después, grandes jugadores como Kempes, Kike Wolff, Carnevali… Puedo nombrar a muchísimos más que fueron compañeros.

  • ¿Qué entrenador recuerda con más cariño de su etapa en el Elche y por qué?

Felipe Mesones. Me encantaba por su personalidad, por su carisma, por ese paternalismo que tenía con los jugadores. Un entrenador diferente, distinto. De los otros también tengo recuerdos: un técnico muy duro, pero muy frontal, pero especialmente, el que más quiero y que siempre tengo en el corazón es a Pipo Rossi.

  •  ¿Cuál fue el momento más emotivo de su carrera como futbolista?

Fue esa clasificación de Argentina al Mundial. Creo que fue lo máximo que toqué, porque jugar en la selección es lo máximo. Después, la integración de varios planteles y grandes campañas, como la de Atlanta en el 73, que fue una de las mejores que tuve y que aún me da satisfacciones.

  • Ha tenido una larga carrera como entrenador. ¿Qué balance hace de esa etapa?

Son etapas diferentes, más que todo formativas. Yo tengo una carrera docente y siempre quise formar grandes jugadores, especialmente profesionales.

He estado en varios equipos, he estado con Finarolli, lo acompañé en todo momento, y hemos tenido grandes satisfacciones con Mario, ascendiendo a Sarmiento de Junín y después en Douglas Haig.

Lo importante en la etapa de entrenador es la formación del jugador profesional, porque es dejar un sello y una parte de uno en cada jugador. Tratar de que sean buenos profesionales y, especialmente, buenas personas. Eso es lo que siempre busco con los equipos: formar un buen equipo, un buen grupo humano, integrado, solidario, de entrega. Esa es mi idea de fútbol.

  • ¿Le hubiera gustado entrenar al Elche o formar parte del cuerpo técnico del club?

Sí, siempre me gustó. Por eso hice el curso nacional de entrenadores que recibí en Madrid mientras estaba jugando, en la época en que estaba Roque Olsen. Siempre estuvo la idea, pero a veces las circunstancias no se dan para que uno sea contratado, lo llamen o lo tengan en cuenta. He tenido la posibilidad, me han conversado, pero nunca se logró nada.

Esperemos que algún día sí, aunque ya las edades y los momentos son diferentes, así que habrá que esperar otras oportunidades. Ahora estoy cumpliendo otro tipo de trabajo, más que todo de eventos deportivos y coordinación.

  •  ¿Cómo ha vivido el reciente ascenso del Elche?

Lo seguí, siempre es una gran satisfacción, no como el año anterior, con una campaña no muy buena. Estoy al tanto porque la gente del Elche me llama siempre, me preguntan los amigos, y leo también. Me alegró muchísimo el ascenso del Elche y lo voy a disfrutar, por supuesto. Ahora, cuando vaya y tenga la suerte de ver un partido o al menos estar en el estadio, iré a verlos.

  • ¿Hay algo que le hubiera gustado hacer en el Elche y que se quedó pendiente?

No, al contrario. Siempre quise estar ahí, en esa ciudad tan acogedora. Tengo muchos amigos que viven allí, que los siento y los quiero mucho, especialmente la familia de Ramón Manuel Martínez Pastor, a la que estaré siempre agradecido por todo lo que hicieron conmigo por cómo me trataron y cuidaron.

Esa es la satisfacción más grande: tener el recuerdo y el agradecimiento hacia esas personas que convivieron conmigo y compartieron momentos tan lindos con mi familia.

  •  ¿Qué expectativas tiene sobre lo que puede hacer el Elche esta temporada?

Confío en que logren sus objetivos. Todo depende también del tipo de jugadores que junten y de qué ingresos tengan. El fútbol español es muy difícil y hay que reforzarse muy bien en todas las líneas, al menos uno por línea en la columna vertebral.

Después, con la muy buena hinchada, la afición que tienen, creo que el Elche puede estar en los primeros puestos, si se refuerza bien con jugadores de calidad y jerarquía.

  •  ¿Qué futbolista argentino ficharía usted para el Elche, dentro de las posibilidades económicas que pueda tener la entidad?

Eso no depende de mí; depende de los entrenadores y de la visión que tengan. Argentina siempre fue un buen semillero de jugadores. Depende de cada puesto y de lo que necesite el Elche.

No sé en este momento cuál es la carencia de la plantilla, pero en Argentina siempre hay buenos jugadores, por eso muchos están jugando en España actualmente. Además, hay gente muy joven; hoy en día se juega con futbolistas mucho más jóvenes que en mi época. Antes se daba más prioridad a la veteranía; ahora hay chicos de 17 o 18 años que ya están en Primera División.

Eso es lo que hay que venir a buscar aquí: gente joven, moderna, actualizada y que sea buena profesional. Lo importante es eso: que sea joven, pero con profesionalismo. Hay varios, no es por nombrar a uno, sino porque en las divisiones inferiores hay una gran cantidad de chicos que juegan al fútbol.

 

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