El «Cambio Climático», al igual que la «Ley de la Gravedad, siempre ha estado y estará presente. Sin embargo lo que sabemos sobre este fenómeno global es bien poco. Abarca un periodo tan largo e influyen tantas causas en él que su conocimiento todavía se nos escapa. Empezamos a estudiarlo ahora. Las primeras observaciones de nuestra Atmosfera apenas tienen unas pocas décadas, comenzaron en los años 70 con los primeros satélites en órbita. Ya son muchas las cosas que conocemos de ella, pero todavía andamos lejos de entender los elementos y mecanismos que ponen en marcha un «Cambio Climático». Ni de sus causas, ni de su desarrollo ni de su evolución.
Por las huellas geológicas que este fenómeno ha dejado a lo largo del tiempo tenemos evidencias que en la historia de la Tierra su temperatura «de repente» sube y «de repente» su temperatura baja y que esto lo ha hecho en múltiples ocasiones. No hace falta señalar que ese «de repente» son procesos que tardan miles y miles de años en consumarse. Apenas estamos empezando a comprender eso que llamamos «Clima». Algo que por cierto no existe. Es una entelequia. Medimos presión, temperatura, humedad, rayos solares, gases, viento, lluvia… y a todo ese conjunto le llamamos «Clima». Pero no existe ningún aparato que nos mida el «Clima». El «Climamómetro» no se ha inventado todavía. Clima es una construcción intelectual, una etiqueta que nos sirve para asignar categorias: clima tropical, clima mediterráneo, clima polar, clima subsahariano…
Del «Cambio Climático», con seguridad, solo podemos decir que es el resultado de una ecuación con múltiples variables. Y en matemáticas ya se sabe: cuando el resultado de una ecuación es infinito en realidad es que no sabemos nada. Cada vez disponemos de más datos y observaciones y estas son cada vez más precisas. Midiendo y evaluando conocemos muchas cosas de nuestra Atmosfera, pero bastante menos de como se influyen unas a otras y de como se relacionan. Y ahí nos topamos otra vez con la maldita ecuación.
Pero como de matemáticas no hablamos sino de «Clima», tenemos que hablar de mariposas. En concreto de una muy especial que con su vuelo parece ser que todo lo une y lo cose, pero a la que nadie conoce. Que es otra vez la misma ecuación infinita pero en modo poético. Pero una cosa importante vamos aprendiendo: Que todo lo que sustenta la vida en este planeta está conectado en un delicado equilibrio que el fragil y sutil vuelo de una mariposa puede alterarlo. Cuanto más complejo es un sistema más se nos escapa. Nos resulta más fácil el estudio de lo pequeño que de lo grande. Comprendemos mejor la PARTE que el TODO. Y ahi estamos todavía.