El pasado 18 de marzo una dotación de la Policía Local fue avisada de que dos menores se encontraban refugiados en el interior de un bar en la zona de Carrús porque un grupo de unas 50 personas querían agredirlos. Mientras dos patrullas se desplazaban hasta el lugar, una mujer paró a una de ellas indicando que tenía dentro de su coche a un menor que estaba huyendo de un grupo de jóvenes que querían agredirle, y que lo había resguardado para evitarlo.
Los agentes observaron que el joven presentaba lesiones leves, enrojecimiento en uno de los ojos y una hemorragia interna en la nariz. Este contó a los policías que unos jóvenes querían agredir a uno de sus amigos y que él actuó como mediador por lo que le habían golpeado. Del mismo modo, varios testigos dieron a los agentes información sobre la descripción del autor de los hechos gracias a la que una de las patrullas pudo localizarle. Una vez los policías dieron el alto al agresor, este comenzó a huir.
Tras perseguirle por varias calles, llegando incluso a saltar por encima de varios capós y obligando a los vehículos a detenerse para no atropellarlo, finalmente fue interceptado. El joven, al ser retenido, se abalanzó sobre uno de los agentes con una actitud hostil y desafiante por lo que ambos acabaron en el suelo. Una vez retenido, comprobaron que era menor de edad, por lo que se avisó a sus padres. Por otra parte, la víctima fue trasladada a su domicilio y se informó a su madre de los pasos a seguir. Debido a lo ocurrido, el menor, de 14 años, fue detenido y trasladado a dependencias policiales.