El Museo Paleontológico de Elche (MUPE) se ha sumado al ambiente festivo de la ciudad con una propuesta tan curiosa como sorprendente: descubrir el origen mineral de los colores que iluminan el cielo durante la Nit de l’Albà. En el área de exposición conocida como Los Secretos del MUPE, el museo ha preparado una vitrina especial que explica de manera visual y didáctica cómo los vivos tonos de los fuegos artificiales se obtienen gracias a la reacción de la pólvora con sales metálicas extraídas de minerales.

En esta muestra, que cuenta con la colaboración de la pirotecnia Dama d’Elx, se exponen ejemplares como la celestina, la barita, el rutilo, la halita o la calcopirita. A simple vista llaman la atención por sus formas, brillos y colores naturales, pero la verdadera magia está en su composición química. Según explican desde el museo, estas rocas contienen elementos que, al quemarse, producen las tonalidades que caracterizan cada espectáculo pirotécnico: desde azules intensos y verdes brillantes, hasta rojos encendidos y destellos dorados.

La celestina, por ejemplo, aporta tonos azules; la barita, destellos blancos; la calcopirita, destellos dorados; mientras que el rutilo y la halita participan en combinaciones que permiten obtener una gama de matices difícil de imaginar sin su presencia. Un conocimiento que, aunque pertenece al ámbito de la química y la mineralogía, se convierte aquí en una experiencia cercana, ligada a una de las tradiciones más queridas por los ilicitanos.

El área de Los Secretos del MUPE es un espacio vivo y dinámico que cada mes se renueva para mostrar piezas singulares, resultados de investigaciones recientes o elementos de interés general que permanecen expuestos solo por tiempo limitado. Con esta propuesta, el museo busca acercar la mineralogía al público de todas las edades, uniendo ciencia y cultura popular.

Esta vitrina especial no solo es una oportunidad para aprender sobre minerales, sino también para contemplar de cerca el vínculo invisible entre la tierra y el cielo festivo de Elche. Un recordatorio de que, detrás del espectáculo de luz y color, hay siglos de conocimiento científico y tradición artesanal que siguen haciendo única a la Nit de l’Albà.