Elche volvió a vibrar este sábado con la representación del Misteri d’Elx, que puso el broche de oro al Año Jubilar en un Día de Todos los Santos repleto de emoción, tradición y sentimiento. La jornada tuvo además un invitado de excepción: el presidente del Senado, Pedro Rollán, que visitó la ciudad para asistir a la representación extraordinaria en la Basílica de Santa María, acompañado por la senadora y alcaldesa de Bigastro, Teresa María Belmonte.
Rollán fue recibido en el Ayuntamiento por el alcalde Pablo Ruz y miembros del gobierno municipal, donde firmó en el libro de honor y recibió como obsequio una reproducción de la Dama de Elche y un ejemplar del Consueta, en reconocimiento al valor cultural y espiritual del Misteri y al significado del Año Jubilar. Posteriormente, el presidente del Senado recorrió el salón de plenos y la sala del Consell antes de dirigirse a Santa María para presenciar la representación.
La basílica estaba completamente llena, con un público entregado que siguió cada momento de la representación con emoción contenida. Desde el primer canto de María Mayor, interpretada por Santiago Sánchez, hasta la esperada coronación de la Virgen, el templo se convirtió en un escenario de fe, arte y sentimiento.
La jornada fue especialmente visual: una alfombra de pétalos de rosa marcó el recorrido hacia el cadafal, y la Puerta Mayor de Santa María amaneció cubierta de flores que enmarcaban el mosaico de la Virgen de la Asunción. Con el paso de las Marías y la procesión, aquel diseño floral quedó deshecho, símbolo de la intensidad con la que Elche vive su Festa.
Difícil calibrar, entre tanta euforia y emoción, lo que se siente dentro de la basílica en ese instante preciso en el que el Araceli desciende y corona a la patrona mientras una lluvia de oropel cae sobre los asistentes. Como recordó el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, horas antes, el Misteri es un canto de esperanza y un mensaje vivo que trasciende generaciones.
El alcalde Pablo Ruz, junto con la consellera de Turismo, Comercio e Innovación, y el alcalde de Alicante, Luis Barcala, también asistieron a esta representación especial, que sirvió como cierre de un Año Jubilar que ha convertido a Elche en epicentro de la fe y la cultura. La ciudad ha sido sede de congresos, encuentros nacionales cofrades y debates sobre el futuro de la Iglesia, y este sábado todo ese espíritu se condensó en una única palabra: Festa.
Elche despidió así un ciclo inolvidable, con su basílica vibrando entre aplausos, oraciones y música celestial. Porque, más allá del rito, lo que se vivió fue la reafirmación de una identidad que une a todo un pueblo en torno a su Virgen, su tradición y su emoción compartida.






Marta Estévez Pérez











