Elche se prepara para un domingo abrasador en el que el calor será el gran protagonista. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha activado la alerta roja en el litoral sur de Alicante, situando a la ciudad en el epicentro de un episodio extremo que hará temblar los termómetros. La previsión es clara: 43 grados de máxima y 24 de mínima, lo que significa que la jornada será sofocante desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la madrugada. La ciudad vivirá un día sin apenas nubes, con un cielo que no ofrecerá clemencia y con un aire caliente empujado por suaves vientos del sur que, lejos de aliviar, reforzarán la sensación de bochorno.
El inicio de semana no traerá grandes cambios. El calor seguirá clavado en la rutina de los ilicitanos, con noches tropicales en las que descansar será casi un lujo y con tardes en las que el asfalto se convertirá en una sartén ardiente. Se espera que el lunes las temperaturas repitan la jugada, manteniendo máximas cercanas a los cuarenta grados y mínimas que no bajarán de los veinticinco. Será una jornada de nubes pasajeras que se dejarán ver hacia el mediodía, pero que no aportarán ninguna tregua real. El martes, en cambio, se intuye un leve respiro, con un descenso en los valores máximos que situará el termómetro en torno a los treinta y cinco grados, aunque las noches seguirán siendo igual de tórridas, clavadas en esa barrera incómoda de los veinticinco.
El calor no solo condiciona la vida diaria, también pone en marcha mecanismos de protección social y de seguridad. Equipos de Cruz Roja y de Conciénciate recorrerán distintos puntos de la ciudad para ofrecer agua, información y apoyo básico a las personas en situación de calle, además de gestionar su traslado a los recursos habilitados para combatir la ola de calor. La otra gran preocupación se centra en el campo y el monte, donde el riesgo de incendios forestales se dispara con cada grado de más. Protección Civil mantiene activo un dispositivo especial en zonas de pinada y áreas rurales para actuar de inmediato ante cualquier conato que pudiera propagarse con rapidez en un ambiente tan seco y hostil.
El mensaje de las autoridades es claro: hidratarse de manera constante, evitar la exposición al sol en las horas centrales del día y proteger a los más vulnerables, especialmente niños y mayores. Elche afronta un domingo que pasará a la memoria como uno de esos días en los que el verano se convierte en enemigo y no en aliado. Una jornada donde el aire será fuego, el asfalto quemará como una plancha encendida y la ciudad entera sentirá que el verano, esta vez, no está dispuesto a negociar treguas.






Daniel Ruiz Perona











