ENTREVISTA CAPITAL | FEDERICO BUYOLO, EXDIPUTADO SOCIALISTA Y EXCONCEJAL

Federico Buyolo: “No soy yo quien deba decidir si Pedro Sánchez debe dimitir, soy muy disciplinado con las decisiones que se toman en mi partido”

El exdiputado socialista y exconcejal ha analizado con pena la situación que atraviesa el PSOE, asegurando que “los casos de corrupción suponen una herida en la democracia”. Además, Buyolo ha analizado la situación política actual de Elche
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Iván Hurtado
12 de julio de 2025 - 03:00

Federico Buyolo García, fue elegido concejal del Ayuntamiento de Elche en las elecciones municipales españolas de 2003 y 2007. Además, Buyolo también fue diputado en las elecciones generales españolas de 2011 y de 2012 a 2014 fue secretario segundo de la Comisión de Educación y Deporte del Congreso de los Diputados. En julio de 2015 renunció a su escaño cuando fue nombrado Director General de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana. 

En esta entrevista, Federico Buyolo ha analizado la situación política actual sobre el gobierno municipal, la situación del PSOE, los casos de corrupción y su vinculación con Elche, ciudad a la que sigue mirando con cariño y preocupación desde Madrid.  Con una visión crítica pero constructiva, defiende la necesidad de recuperar la ética como eje de la acción política y reivindica el papel de las instituciones como garantes de los derechos ciudadanos.

 

  • ¿Cuáles son sus grandes pasiones y aficiones fuera de la política?

Fundamentalmente la lectura y la música. Toco la guitarra, y ese momento para mí es muy especial. Pero, sobre todo, la lectura. Soy un apasionado lector y necesito leer, tanto novela, como poesía. Así que, sin duda alguna, una de mis grandes pasiones es la literatura.

 

  • ¿Cuál es ese sueño que aún le queda por cumplir dentro de su trayectoria política?

Uno siempre tiene aspiraciones personales. He tenido la oportunidad de trabajar a nivel local, autonómico y nacional; tanto en el Congreso de los Diputados, como en Moncloa, como en el Ministerio de Educación. Para mí, eso era una parte importante.

Aspiraciones siempre hay, y la principal es sentirse útil a la ciudadanía a la que sirves. Tener un cargo concreto implica sentirse útil y tener la capacidad de transformar, y eso es lo que más valoro. Siempre te queda esa sensación de: «me hubiera gustado hacer esto», o «me hubiera gustado impulsar aquello». Pero creo que los cargos, al final, son instrumentos. Igualmente he podido hacer cosas como concejal, como director general o como diputado en el Congreso.

 

  • ¿Dónde se ve dentro de dos años? ¿Podría compartir con nosotros un deseo político y otro de carácter personal?

Es complicado. A nivel político, hace tres años dejé la política activa, aunque no la política militante, que es algo que sigo viviendo intensamente. La política entendida como el servicio común, como una forma de entender la convivencia y la construcción de una ciudadanía desde la inteligencia colectiva. En cuanto al ámbito orgánico, estoy bastante desconectado, más allá de que sigo manteniendo mi militancia en Elche, aunque no pueda participar activamente porque ahora vivo en Madrid. Pero siempre llevo a mi ciudad y a mi partido conmigo.

A nivel personal, la verdad es que no pienso a tan largo plazo. Aunque puedan parecer pocos, dos años me parece mucho tiempo. Siempre he trabajado con lo inmediato, marcando el camino según lo que iba construyendo. Creo que los valores que he atesorado a lo largo de mi carrera profesional, personal y política son lo que quiero asentar. Y, sin duda alguna, me gustaría que la gente me reconociera como una persona válida, con unos valores sólidos que me han dado mis experiencias personales, profesionales y políticas.

 

  • ¿Cómo ha vivido el reciente episodio de la DANA en Valencia?

Lo viví con mucha pena. Durante dos años estuve viviendo en Catarroja, y he paseado por muchos de esos lugares afectados. Lo viví con mucho dolor, con una tristeza muy personal por esa vinculación con Valencia y Catarroja, donde viví casi cuatro años. Ver esas zonas devastadas fue muy duro. Cuando se pudo viajar a la zona y estuve allí, sentí un dolor personal que todavía me cuesta asimilar. 

Y en el ámbito político, lo viví con mucha tristeza. Creo que, por encima de todo, en situaciones así las instituciones deben estar al servicio de la ciudadanía. Porque aquí lo más importante es la ciudadanía. No fueron responsables de lo que pasó; fueron las víctimas. Por tanto, la administración tiene que, primero, atenderlos; segundo, buscar las causas; y tercero, encontrar a los responsables. 

Eso no se ha hecho. Seguimos viendo situaciones que, desde que ocurrió la DANA hasta hoy, siguen sin resolverse. Eso dice muy poco de las instituciones y del sistema democrático que hemos construido. Porque, sin duda alguna, si hay algo fundamental para la ciudadanía es contar con derechos y con instituciones que garanticen que puedan desarrollar su proyecto de vida. Y hoy, en Valencia, eso no se está cumpliendo.

 

  • ¿Cómo está viendo el desarrollo de la legislatura en Elche?

Con cierta pena, porque, después de tantos años de democracia, habíamos construido un proyecto de ciudad que era una ciudad de acogida. Y, de pronto, estoy viendo una fractura y se está convirtiendo en una ciudad sin un proyecto de futuro.

Estamos gestionando únicamente el presente, y lo más preocupante es que estamos perdiendo el espíritu de lo que ha sido Elche a lo largo de la historia. En los primeros años de democracia se hablaba del Estado del Bienestar ilicitano y se nos ponía como ejemplo. Hoy, ya no podemos hablar de eso. 

Habíamos logrado transformarnos de una ciudad industrial a una ciudad cultural. Sin embargo, ahora vemos que esa cultura ya no es inclusiva, sino que responde a una única visión, a un solo color. Si éramos una ciudad que miraba al futuro, como lo fue con el Parque Empresarial, que en su día fue un referente en toda España, hoy no tenemos ese impulso. Lo escribí recientemente para Elche Capital: solo una gran empresa, SPL, está mostrando esa voluntad de mirar hacia el futuro

Además, creo que falta profundidad en los debates políticos. Lo veo claramente en el Pleno del Ayuntamiento de Elche. No puede convertirse en un lugar de espectáculo, y sin embargo, eso es lo que está ocurriendo. Hace poco, el propio alcalde justificaba su decisión sobre el pregonero diciendo que no se iba a dar relevancia y no se iba a dar espectáculo

Creo que es algo que no se debe de hacer, lo dije en su día cuando se invitó a Miguel Bosé para dar el pregón, argumentando que no era una persona adecuada para dar el pregón en Elche. No se trata de caer en el localismo extremo y decir que solo pueden participar personas de Elche, pero tampoco podemos reducirlo todo a un show. Si seguimos así, lo próximo será sustituir el Pleno por actores, que seguramente ofrecerían un espectáculo teatral más interesante que el que estamos viendo últimamente.

Las instituciones están para gobernar, para construir ciudad y para tener ese proyecto de futuro. En su momento, lo hicimos con Futurelx. Hoy no veo esa visión. Hay ciudades como Málaga, que está apostando por el futuro, o Soria, que está desarrollando un proyecto social y cultural muy potente, y que deberían servirnos de ejemplo.

 

  • ¿Cree que el gobierno actual está cumpliendo sus compromisos con la ciudad?

Creo que está cumpliendo sus compromisos con una parte de la ciudad. No está haciendo un gobierno para todos, sino para un sector concreto. Está actuando con unos principios muy definidos que responden a su acuerdo de gobierno y a una visión ideológica. Uno se presenta a unas elecciones con un proyecto político, y cuando tiene la capacidad de gobernar, tiene que pensar en la ciudad de todos, no en la ciudad de aquellos que le han votado. 

 

  • ¿Qué opinión tiene sobre Héctor Díez como posible candidato a la alcaldía de Elche?

Siempre lo he dicho: no me gusta hablar de personas individuales, porque creo que lo importante es quién está al frente de las instituciones, independientemente del nombre y los apellidos.

Eso corresponderá decidirlo en el momento en que se abra el proceso dentro del partido a nivel local. Si se abre ese proceso y hay un proyecto de ciudad sólido, por supuesto que cualquier persona podrá presentarse. Pero, como digo, no suelo pronunciarme sobre personas concretas, y menos aún en procesos que aún no se han iniciado. En ese sentido, soy muy respetuoso.

 

  • ¿Considera usted que, en algún momento, podría asumir el relevo y ser candidato a la alcaldía del Ayuntamiento de Elche?

No lo creo. Ahora mismo no estoy en esa pantalla. No estoy en una militancia activa y, aunque mi ilusión siempre está en Elche, ciudad que amo profundamente, actualmente resido de forma temporal en Madrid. Por supuesto, creo que a cualquiera que sea de Elche, que quiera su ciudad y haya tenido la oportunidad de colaborar desde lo social o lo institucional, le ilusiona poder desarrollar nuestras políticas e ideas para mejorar la ciudad. Eso es natural en cualquier persona comprometida con su entorno.

 

  • ¿Qué opinión tiene sobre los casos de corrupción que están salpicando al PSOE a nivel nacional?

Hay dos cuestiones aquí. Primero, creo que todo esto es muy doloroso para la democracia. No se puede permitir que haya personas que utilicen las instituciones para su lucro personal. Las instituciones deben actuar con contundencia, tanto para evitar que esto vuelva a ocurrir como para asumir las responsabilidades que correspondan.

A quienes creemos en la democracia, nos avergüenzan las imágenes y conversaciones que estamos viendo y escuchando. Pero también hay que recordar que vivimos en un Estado de derecho, y eso implica respetar la presunción de inocencia. Y, por supuesto, la justicia debe actuar. Esa es su función: depurar responsabilidades y proteger a la democracia de este tipo de situaciones. Y, como último punto, hay que tomar todas las medidas necesarias para que esto no ocurra y asumir las responsabilidades que haya que asumir.

 

  • ¿ Qué medidas tomaría usted si tuviera capacidad de decisión ?

No podemos olvidar que la corrupción es un evento privado. Dos personas, en una habitación, pactan algo que va contra la norma, contra lo establecido. Y eso, en sí mismo, no es fácil de detectar. A menudo ocurre en entornos cerrados, donde es difícil garantizar transparencia. Pero lo que sí hay que hacer es garantizar que eso no pueda producirse. En ese sentido, creo que el presidente del Gobierno presentó recientemente en el Congreso una serie de medidas que, según los expertos, son adecuadas.

Lo que hay que hacer sin duda alguna, es hacer algo tan importante y complicado como necesario, que  es devolver a la política la ética como eje fundamental. La política no puede ser un espectáculo. Está para gobernar el espacio común, para trabajar por la ciudadanía desde una visión ética. Esa es la base del sistema democrático.

La democracia es un pacto social en el que cedemos parte de nuestros derechos a las Administraciones para que nos gobiernen. Y eso implica una enorme responsabilidad. Las instituciones no pueden traicionar la confianza de la ciudadanía. Yo siempre he defendido la trazabilidad. En 2014, si no recuerdo mal, fui el primer diputado que publicó su agenda, su sueldo y con quién se reunía. Porque creo que esa trazabilidad de las decisiones políticas es clave: saber por qué se toman esas decisiones, qué consecuencias tienen y cómo se llega a ellas. Ahí es donde los ciudadanos y las ciudadanas tendremos la libertad de saber si esto se está cumpliendo como se estaba diciendo. 

 

  • ¿Qué consecuencias cree que pueden tener estos episodios tanto para el partido como para la política española en general?

Esto supone la pérdida de confianza de la ciudadanía. Para quienes creemos en la democracia, en las instituciones y en la Constitución como base de nuestro sistema, esta pérdida de confianza es una herida que no puede convertirse en una brecha entre las instituciones y la ciudadanía. Debemos recuperar esa confianza, para que entienda que sin democracia, sin Estado social y de derecho, no hay sociedad que avance, ahí es donde debemos de trabajar. 

Estamos en un momento muy crítico, muy complicado. Y por eso, además de confiar en la justicia, necesitamos que esta actúe con rapidez. No puede pasar lo que ocurrió con Jorge Rodríguez, que fue detenido y esposado a prisión por una acusación y, cinco años después, se ha demostrado que era inocente. No puede pasar tanto tiempo ni en casos en los que alguien es inocente ni en aquellos en los que alguien ha cometido un delito. Lo vimos también en el caso Blasco, que pasaron más de doce años hasta que hubo una condena. Cuando se trata de atentados contra la democracia, la justicia debe ser mucho más ágil.

 

  • ¿ Cree que debe dimitir Pedro Sánchez?

No soy yo quien debe decir eso. Hay una Comisión Ejecutiva Federal que ha tomado la decisión de respaldar al secretario general. Y yo, como militante de mi partido, soy muy disciplinado con las decisiones que toma mi partido.

 

  • ¿Qué cree que haría una persona como Carmen Chacón respecto a la etapa que vive el PSOE actualmente: sería rebelde o lo que se llama leal?

No puedo hablar por Carmen, aunque sabéis que éramos muy buenos amigos. Trabajé con ella y dirigí su última campaña electoral. Pero Carmen representaba esos valores de la lealtad a las siglas y a los 146 años de historia del Partido. Y sin duda alguna, actuaría en consecuencia a la lealtad al partido y a la lealtad a la democracia.

 

  • ¿Qué le diría a todos esos votantes socialistas que hoy sienten que no se ven reflejados en las políticas del actual gobierno?

Creo que lo primero, como hizo el presidente del Gobierno, es pedir perdón. Pedir perdón porque ha habido personas que ocuparon altas responsabilidades en el partido y en el Gobierno y han fallado. Y lo han hecho de manera estrepitosa, acabando con buena parte de lo que es la credibilidad y la confianza en las instituciones.

El PSOE es un partido con más de 145 años de historia. Se ha construido con el trabajo de muchísima gente. Hemos cometido errores, pero también hemos acertado. Y, sobre todo, defendemos valores muy claros: firmeza, limpieza, lucha por los derechos y la libertad de todas las personas.

Podemos cometer errores, pero lo que no hacemos es faltar a esos valores que representa un partido de más de 145 años de historia. Y muchos de nosotros estamos comprometidos con que, independientemente de las decisiones, el valor fundamental de ser socialista, siga siendo el valor de ser una persona honesta y ética.

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