Elche ha revivido este sábado, en una jornada marcada por el frío de la madrugada, la festividad de la Venida de la Virgen, una de las tradiciones más emblemáticas de la ciudad. El clima invernal no ha sido obstáculo para que miles de personas se reunieran en la Playa del Tamarit de Santa Pola, donde, como cada año, se ha representado el hallazgo del arca con la imagen de la Virgen de la Asunción. Este emotivo acto se enmarca dentro de las fiestas organizadas por la Sociedad Venida de la Virgen, que cada 28 de diciembre conmemora este acontecimiento histórico-religioso.

A las siete de la mañana, puntual como es costumbre, el arca ha llegado a la orilla de la playa santapolera. En medio de la oscuridad y con el sonido del mar como telón de fondo, el guardacostas Francesc Cantó ha descubierto el arca y se ha dirigido inmediatamente hacia ella para inspeccionar su contenido. Dentro, ha hallado la imagen de la Virgen de la Asunción, un momento que ha emocionado a los asistentes.

Tras el hallazgo, se ha celebrado una misa solemne a pie de playa, presidida por la imagen de la Virgen. Concluido el oficio religioso, ha comenzado la tradicional romería que traslada la imagen desde Santa Pola hasta Elche. El recorrido por el Camino Viejo, acompañado por cientos de romeros a pie, a caballo y en carrozas, ha transcurrido en un ambiente de devoción y alegría.

En el camino, los participantes han realizado una parada junto al Río Safari, donde han podido disfrutar del tradicional “almorsar del cabaset”. Este momento de descanso y convivencia ha servido para recuperar fuerzas antes de continuar la ruta hacia Elche.

Está previsto que la imagen de la Virgen llegue al Hort de les Portes Encarnades poco antes del mediodía, donde será recibida por fieles para su veneración. Posteriormente, a las tres de la tarde, Francesc Cantó protagonizará la tradicional carrera a caballo que recorrerá las calles de Elche hasta la Plaça de Baix para anunciar el hallazgo del arca, poniendo fin a una jornada llena de historia, fervor y emoción.

La coincidencia de la festividad en sábado ha favorecido una amplia participación en todos los actos, consolidando la Venida de la Virgen como un evento central en el calendario ilicitano. Miles de personas han vuelto a demostrar su compromiso con esta tradición que, generación tras generación, mantiene vivo el legado cultural y religioso de Elche.