OPINIÓN

Impresiones de un pasado (III)

09 de mayo de 2024 - 00:41
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En el día de hoy, los ilicitanos celebramos uno de esos fastos que nos han legado nuestros mayores, el día de la Ascensión. Cuarenta días después del Domingo de Resurrección, los cristianos conmemoramos la Ascensión del Señor al cielo. No pretendo en este artículo catequizar a nadie pero creo que es importante saber cuando celebramos algo, qué es aquello que estamos festejando.

A colación del refranero español y coincidiendo con el día, me viene a la mente aquello de “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión”.

Las familias y los amigos se iban al campo,a sus respectivas faenetas, a de fora, pero sobre todo eran días en el que los jóvenes y no tan jóvenes se iban al Pantano de ELCHE a recoger plantas autóctonas de la zona. Romero, cantueso, rabo i gat, muchas de ellas y según la tradición, tenían fines medicinales , curativos, resolvían dolencias del aparato digestivo y un sinfín de cosas más dentro de las leyendas y no tan leyendas del camp d’Elx. Seguimos usando el cantueso y el anís como bebidas espirituosas, como licores que nos acompañan en las sobremesas y que hacen de la madrugada del 28 de diciembre y de las fiestas de agosto, un reclamo para los romeros de la Vingua de la Mare de Deu y los amigos de las mascletàs.

Volviendo al motivo del presente artículo, huelga decir que este día era festivo, era uno de esos días en los que más claramente nos preparábamos para el periodo estival. Sabíamos que quedaba poco para aquellas jornadas de asueto a la vora del mar, en el que muchos ilicitanos plantaban sus tradicionales barracas en Playa Lisa o las familias más acaudaladas disfrutaban de los chalets en la calle de los Baños en la vecina y querida Santa Pola.

Elche, como muchas poblaciones de la zona, tenían y tienen una gran tradición musical, raro es un encuentro entre amigos en los que no suenen algunos motetes del Misteri o alguien se anime a cantar habaneras de Fil i cotó o el tradicional Venim de la mar. La Sociedad Blanco y Negro, Euterpe, Coro Clavé, el Orfeón Ilicitano, la Coral Ilicitana, la Capella; algunas de ellas dirigidas por Óscar Esplá, Alfredo Javaloyes, Salvador Román, Antonio Sansanso, Ginés y Pepico Vaello, hacían de cualquier día festivo, motivo de orgullo para la población.

Y qué mejor momento para el día de hoy, el recordar dos habaneras, y poder rememorar tiempos pasados, añorar a seres queridos que ya no están entre nosotros y que descansan en la noche de los sueños.

El día de l’Ascensió si voleu saber que ham fet, escolteu en atenció i vos contaré un poquet…Ham anat a fer herbetes més allá del Molí Nou, pujant serres i llometes hasta que tinguerem prou. portem cantaueso, portem rabo i gat, portem manzanilla, herveta la sang, portem un fardatxo del centre al barranc”.

Venim de fer herbetes per l’ Ascensió, de la serra al pantano les he fet jo, portem cantaueso i rabo i gat, el seiet que portava, me l’han furtat, me l’han furtat. Totes les herbes que jo he fet les enrrollat en un feixet, per si a la dona li fa mal el cap, la pantxa o el queixal. No hay millor ratet ni més diversió que quan venim de fer herbetes el día de l’Ascensió”.