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Investigadores de la UMH confirman que la dieta mediterránea hipocalórica y el ejercicio reducen el riesgo de diabetes tipo 2

El estudio nacional PREDIMED-Plus, en el que participa la Universidad Miguel Hernández de Elche, demuestra que la combinación de alimentación saludable, restricción calórica y actividad física reduce en un 31% la incidencia de la enfermedad
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Iván Hurtado
06 de septiembre de 2025 - 03:11

Investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) han contribuido a un amplio ensayo clínico de intervención nacional que confirma que seguir una dieta mediterránea baja en calorías, combinada con ejercicio físico regular, disminuye significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El trabajo, publicado en la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine, forma parte del proyecto PREDIMED-Plus, considerado uno de los mayores ensayos europeos sobre nutrición y salud.

Por parte de la UMH, firman el estudio el investigador principal de la Unidad de Epidemiología de la Nutrición (EPINUT-UMH), Jesús Vioque López, junto a las investigadoras postdoctorales Laura Torres Collado y Sandra González Palacios. El equipo ha destacado la implicación de médicos de atención primaria, cuya labor ha sido clave en el reclutamiento y seguimiento de pacientes.

La diabetes tipo 2, una enfermedad crónica estrechamente vinculada al sobrepeso y la obesidad, se ha convertido en un grave problema de salud pública por su creciente prevalencia y sus consecuencias sobre la calidad de vida. De ahí la relevancia de este estudio, que aporta evidencias sólidas sobre la eficacia de estrategias accesibles y sostenibles para prevenirla.

PREDIMED-Plus da continuidad al proyecto PREDIMED, que ya había demostrado que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos podía reducir en un 30% la incidencia de diabetes, aunque con efectos limitados en la pérdida de peso. En esta nueva fase, financiada en gran parte por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y otras entidades públicas y privadas, se ha hecho un seguimiento durante seis años a 4.746 personas de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico, pero sin enfermedad cardiovascular ni diabetes al inicio.

Los participantes fueron divididos en dos grupos. Uno siguió una dieta mediterránea tradicional, sin restricción calórica ni fomento del ejercicio. El otro, en cambio, recibió una intervención intensiva basada en una dieta mediterránea hipocalórica, con una reducción de 600 kilocalorías diarias, acompañada de actividad física regular y apoyo conductual para perder peso.

Los resultados son claros: quienes participaron en la intervención intensiva mostraron una mayor adherencia a la dieta, incrementaron su actividad física, redujeron más peso y necesitaron menos medicación tras un diagnóstico de diabetes. El riesgo de desarrollar la enfermedad se situó en el 9,5% frente al 12% del grupo de control, lo que supone una reducción relativa del 31%.

Según explica el equipo investigador, los componentes de la dieta mediterránea “actúan de forma sinérgica en procesos clave de la diabetes tipo 2, como la resistencia a la insulina, la inflamación o el estrés oxidativo. Estos efectos se potencian con la actividad física y la pérdida de peso. Además, al tratarse de una dieta sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada, constituye una estrategia ideal a largo plazo para prevenir enfermedades cardiometabólicas”.

El estudio, en el que colaboran más de 200 especialistas de 23 universidades y centros de investigación españoles, entre ellos personal de la UMH y del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL), ha sido reconocido por la revista Nature Medicine como uno de los once trabajos con potencial de transformar la medicina en los próximos años.

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