Exfutbolista del Elche CF y referente de la cantera ilicitana, José Ramón García Requena, representa una de las historias más brillantes y, a la vez, agridulces de la cantera franjiverde de los años 90. Formado entre el Kelme CF y el fútbol base del Elche CF, este talentoso centrocampista, reconvertido de extremo por la visión de Marcial, estaba llamado a marcar una época en el Martínez Valero. Tras destacar en el filial, dio el salto al primer equipo. Su calidad técnica y visión de juego no pasaron desapercibidas, llegando a despertar el interés de clubes de Primera División como el Albacete o el Zaragoza, e incluso rozando la selección española sub-21 en la víspera de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Sin embargo, el destino le aguardaba un giro inesperado. Una entrada brutal le provocó una fractura de tibia y peroné que no solo le mantuvo casi un año alejado de los terrenos de juego en un club que carecía de la estructura médica actual, sino que además truncó su inminente fichaje por la élite del fútbol español. Tras un calvario de recuperaciones y una etapa posterior en el Novelda CF marcada también por las lesiones, José Ramón se alejó de los focos profesionales, pero nunca del sentimiento por su equipo. En esta entrevista, José Ramón II repasa su carrera deportiva donde llegó a disputar un total de 83 partidos en un Elche CF que aún recuerda como el club de su vida.
- ¿Cómo recuerda su niñez y sus primeros contactos con el fútbol?
Mis primeros contactos con el fútbol fueron jugando en el Kelme. Estuve allí en una primera etapa desde los nueve hasta los quince años. Luego me fui a jugar una temporada en el Torrellano juvenil y, más tarde, regresé otra vez al Kelme, donde completé toda mi etapa como juvenil. Después di el salto al Deportivo Ilicitano, donde estuve un año, y antes de terminar esa temporada ya ascendí al primer equipo del Elche CF.
- ¿Qué recuerdos guarda de aquella etapa en el fútbol base?
Tengo recuerdos muy buenos. Tu ilusión siempre es jugar en el Elche cuando eres un chaval, aunque piensas que es algo muy difícil, entrenas cada día con la idea de mejorar. Esa ilusión parece lejana al principio, pero conforme vas avanzando por categorías empiezas a ver que puede ser posible, que es una ilusión que se puede cumplir. Al final lo vas asumiendo y la verdad es que estoy muy contento. Cuando debutas es un sueño, es uno de los días más felices de mi vida.
- Mirando atrás, ¿quién fue el mejor entrenador que tuvo en el fútbol base y por qué cree que le marcó tanto?
Siempre lo he dicho, quien más me marcó fue Marcial. También Lico, pero Marcial fue el primero que me entrenó en el Kelme. Me cambió el chip. Yo siempre había jugado de extremo, pero cuando me vio me dijo que nada de jugar en banda, que iba a jugar en el centro del campo. Al principio dudé, porque estaba acostumbrado a jugar abierto, esperando el balón. Antes el fútbol era diferente, el extremo jugaba pegado a la banda y participaba menos. Marcial me colocó en el centro del campo y ahí me cambió completamente la mentalidad. Fue cuando empecé realmente a disfrutar del fútbol.
- ¿Cuál ha sido el futbolista con el que jugó en categorías inferiores que más le impresionó por su calidad?
En el filial he tenido muchos compañeros con los que me llevaba muy bien y con los que jugaba muy a gusto: Gomis, Arce, Juan Carlos, los hermanos Puche, Mateo… Seguro que me dejo alguno, pero más o menos esos fueron con los que compartí grandes momentos.
En el Elche, el que más me sorprendió fue Pepe Mejías. Tenía un golpeo y un desplazamiento de balón que impresionaban. Se notaba que venía de jugar en Primera División. Su calidad me llamó mucho la atención.
- ¿Vivió alguna etapa de desengaño en su carrera en la que estuvo cerca de dejar el fútbol, antes de volver a engancharse en el Torrellano y posteriormente regresar al Elche CF?
Sí. Hubo una etapa complicada en el Kelme porque antiguamente se buscaba mucho más al jugador fuerte, alto y corpulento. Yo era más pequeño que los demás y veía que aquello podía ser inalcanzable. Aun así, siempre tuve ilusión. Hubo un momento en el que lo dejé, pero después volví con ganas.
Sobre todo, el punto de inflexión fue cuando estuve con Marcial, que me cambió el chip al ponerme a jugar en el centro del campo.
- ¿Cómo vivió emocionalmente ese momento de dudas y qué fue lo que le hizo seguir adelante cuando parecía que todo se torcía?
Llegó un momento en el que dejé el Kelme y estuve casi un año sin jugar. Fue un primo mío, que vivía en Torrellano y jugaba allí, quien me animó a irme con ellos. Me fui simplemente por seguir jugando. Más tarde me volvieron a llamar del Kelme y desde ahí ya no lo dejé. Luego llegó Marcial y terminó de cambiarme la mentalidad.
- Se ha comentado que llegó a estar en una preselección de la selección española sub-21 antes de sufrir una lesión. ¿Cómo recuerda aquellos momentos tan cercanos a la selección?
No llegué a estar en la preselección, pero el gerente me llamó al despacho y me dijo que preguntaban por mí para ir a la sub-21, pero no podía ir porque me pasaba de edad por tres meses. Era la época de las Olimpiadas del 92 y, si no hubiera sido por eso, quizá habría ido.
Me dijeron que habían llamado para preguntar, pero como no podía ir, no me hice demasiadas ilusiones. Aun así, saber que habían preguntado por mí fue importante.
- ¿Qué sintió el día que debutó oficialmente con el Elche Club de Fútbol y saltó al campo con la camiseta franjiverde?
Fue uno de los días más felices de mi vida, tanto para mí como para mis padres, sobre todo para ellos, que han sido aficionados del Elche de toda la vida. Que su hijo debutara allí, en el Martínez Valero, fue una emoción enorme. Recuerdo mirar a la grada donde se colocaban siempre y ver a mi madre con la cabeza hacia abajo de los nervios.
- ¿Cómo vivió la lesión sufrida en aquel partido tan recordado y qué supuso para usted a nivel personal y profesional?
Ahí fue donde se me truncó la carrera, fue una entrada muy dura. El propio jugador me dijo “ahora vas tú” después de que yo le recriminara una falta dura que le había hecho a un compañero. Diez minutos después me cogió. Pensé que sería una intimidación más, como las habituales de los defensas, pero esta vez fue en serio y me lesionó.
- Incluso llegó a circular el mito de que el jugador que le lesionó, Requena, era familiar suyo. ¿Cómo nació esa historia y qué hay realmente de verdad en todo aquello?
Coincidimos en el apellido. Mi abuela me comentó que tenía familia por la zona de Cartagena, pero de hace muchísimos años. No tengo constancia de que seamos familia. Puede ser algo lejano o simplemente una coincidencia.
- ¿Por qué de la grave lesión que sufrió le costó tanto recuperarse?
El Elche no tenía entonces la estructura que tiene ahora. Me rompieron la tibia y el peroné y estuve casi un año sin jugar, once meses y medio. Me pusieron un clavo en la tibia y hasta que no me lo quitaron no pude volver a jugar. Tenía que estar ahí diez meses porque, si recibía otra patada, el clavo podía doblarse y estallar la tibia.
Además, los servicios médicos no estaban en el día a día como ahora. Si te pasaba algo, tenías que ir a la consulta del médico. No existían readaptadores como ahora. Antes salías de una lesión y te metían directamente con el grupo, lo que provocaba muchas recaídas. Tampoco había la estabilidad económica ni la profesionalización actual. El Elche estaba en Segunda B y no tenía la estructura de un club grande como ahora que está en Primera. Recuerdo incluso ocasiones en las que se cortaba la luz y no podíamos ducharnos con agua caliente. Hoy el club vive una época de bonanza, pero entonces la situación era muy diferente.
- ¿Guarda algún tipo de rencor hacia el jugador que le lesionó o llegó a hablar con él después de aquel partido?
No. Si vives con rencor, no vives. A los dos días ocurrió algo curioso: no me llamó directamente él, sino que me llamaron desde una emisora de radio de Cartagena para preguntarme si quería entrar a hablar con él en antena. Todo vino porque la Federación había pedido un informe para valorar una posible sanción. Se montó una bastante grande, ya que la entrada que me hizo fue muy dura y, aun así, solo le sacaron amarilla. Fue expulsado porque era la segunda, pero claro, a mí me rompen tibia y peroné, estoy un año sin jugar y él solo ve una amarilla. Eso no parecía justo.
Finalmente no fue sancionado. Dijeron que lo iban a investigar, pero como no había cámaras ni medios como ahora, imagino que todo se fue diluyendo. No había imágenes y las cosas se quedaron ahí.
- Tras varias temporadas después de la lesión, dejó el Elche y se fue al Novelda. ¿Cómo vivió esa experiencia y qué supuso para usted ese cambio?
En el Novelda estuve con Carlos Macià Bont como entrenador y con muchos compañeros con los que ya había coincidido en el Elche. Fue una experiencia bonita, pero también tuve muy mala suerte, porque allí me rompieron dos costillas y un riñón de un rodillazo. Estuve seis meses parado. Pasaba más tiempo en hospitales que en el terreno de juego.
- Se rumoreó que varios clubes importantes de Primera División estuvieron interesados en usted. ¿Qué puede contarnos sobre ese interés?
Sí, es verdad. Me llegó que el Albacete me quería y estuve a punto de firmar un precontrato. Pero también había oído cosas del Zaragoza y decidí esperar. Ese tiempo de espera, que fueron dos o tres semanas, fue clave, porque me rompieron la tibia y el peroné y todo se vino abajo.
- ¿Cuál ha sido el mejor futbolista con el que ha compartido vestuario a lo largo de su carrera?
Pepe Mejías, sin duda.
- ¿Cuál es el mejor futbolista que ha visto jugar sobre un campo de fútbol, independientemente de si fue compañero suyo o no?
Me enfrenté a Lugo Penev y, sobre todo, a Miroslav Đukić, central del Deportivo de La Coruña. Tenía una clase impresionante para sacar el balón jugado. Cuando jugué contra él en su primer año en el Deportivo y fue el que más me impresionó.
- ¿Cuál ha sido el mejor entrenador que ha tenido y qué enseñanzas le dejó?
Para mí han sido Lico y Marcial. Son los dos que más me marcaron porque confiaron en mí y me dieron libertad con el balón. Antes el fútbol no era tan táctico como ahora. Ellos te daban pautas sin balón, pero cuando lo tenías te dejaban expresarte. Te transmitían confianza y te decían que siguieras haciendo lo que te había llevado hasta ahí.
- ¿Quién fue su mejor amigo en el fútbol y mantiene hoy en día esa amistad?
Los mejores amigos los he tenido en la cantera, los amigos eran los compañeros con los que compartías todo. Sobre todo Riki y Gomis, con los que siempre estaba. Éramos inseparables.
- Hay quien dice que usted ha sido uno de los mejores canteranos que ha salido del Elche en los últimos 40 años. ¿Qué opinión le merece ese reconocimiento?
Es un halago que digan eso de mí, pero no sabría decir. Sé que no he sido de los malos, pero tampoco me atrevería a decir que he sido de los mejores. Eso lo tiene que juzgar la gente.
- ¿Qué valoración hace de su paso por el Elche CF?
Para mí ha sido el club de mi vida. Es donde me he sentido realizado y más a gusto. Creo que es la mayor satisfacción que puede tener un ilicitano: jugar en el Martínez Valero con una afición que es de las mejores de España.
- ¿Cómo ha vivido el ascenso reciente del Elche y cómo está viendo el inicio de temporada?
Me está sorprendiendo muchísimo el Elche. El ascenso se vivió con una alegría inmensa y este año estoy muy contento, sobre todo con lo que se ve en casa. El equipo hace un fútbol muy bonito y se nota que los jugadores creen en lo que están haciendo. Me está sorprendiendo mucho para bien. Fuera de casa cuesta un poco más, pero somos el Elche, no podemos pretender ganar siempre como el Madrid. Con lo que se está viendo en casa, estoy muy satisfecho.
- ¿Qué mensaje le gustaría mandar a la afición del Elche CF?
Que sigan como hasta ahora, que no cambien. El jugador nota muchísimo el apoyo, sobre todo con el campo lleno. Ese aliento es un plus que ayuda mucho en el rendimiento.
- Por último, ¿cómo le gustaría que le recuerden los seguidores del Elche y del fútbol en general?
Como un chaval ilicitano de toda la vida, que técnicamente no era malo y cuya mayor ilusión siempre fue jugar en el Elche.










Iván Hurtado













