REPORTAJE

La inclusión es parte de su ADN

El propósito claro de Deportes SIN adjetivos es que todos vivan como cualquiera de nosotros, trabajando para conseguir un futuro más inclusivo y equitativo, con la visión de construir una sociedad digna y justa. Para sus miembros es crucial reconocer que «los protagonistas son ellos»
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Claudia Porta
12 de mayo de 2024 - 09:30

En el corazón de cada ciudad existe una filosofía que busca derribar las barreras físicas y sociales para que todas las personas, independientemente de sus capacidades, puedan disfrutar y participar plenamente en actividades deportivas: el deporte inclusivo. Desde las calles hasta los estadios, este está ganando impulso, desafiando las percepciones y abriendo nuevas oportunidades para aquellos que tradicionalmente han sido excluidos. 

Hace 11 años, en Elche, nació un movimiento con el objetivo de cambiar vidas: el Club de Deportes SIN Adjetivos. En 2013, Antonio Pardo, estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, se vió “obligado” a dejar su vocación hacia el voleibol y alzar este equipo ya que “me había encantado el contacto con las personas con discapacidad intelectual”. Desde entonces, el club destaca por su enfoque inclusivo y su compromiso con la diversidad funcional. Desde sus inicios, con el objetivo de promover la práctica deportiva entre personas con diversidad funcional, sus miembros trabajan para crear un ambiente acogedor y accesible sin importar las habilidades o discapacidades.

“El deporte: un vehículo para mejorar sus vidas”

Deportes SIN adjetivos tiene un propósito claro: “intentar que ellos vivan como cualquiera de nosotros”. Para los atletas, el deporte se erige como una herramienta fundamental que complementa y enriquece las demás áreas de la vida, especialmente para las personas con discapacidad. Desde su enfoque, no sólo buscan beneficiar a los deportistas, sino también contribuir al bienestar general. 

Durante estos 11 años de historia, el club ha aprendido “a comprender a cada deportista y saber cuánto podemos exigirles”. La dinámica para ellos está clara, los miembros “hemos aprendido a adaptarnos a sus necesidades”, fomentando así la marcación de tiempos y prioridades por los mismos deportistas. Y es que, como bien dice Antonio Pardo, “si les damos la oportunidad, nos sorprenderán con sus capacidades, ya sea en el ámbito deportivo, social o intelectual”. 

El fundador considera evidente que “al final no tenemos que olvidar que nuestro objetivo no es el deporte, sino un vehículo para mejorar sus vidas”. Y es que el club lucha por aportar un bienestar integral para el día a día de los integrantes, impulsando su bienestar físico, psicológico y social y fomentando la interacción entre ellos, cultivando amistades y conexiones que trascienden más allá del equipo. Con los participantes la integración social y el compañerismo dentro del club es algo natural; la inclusión es parte de su ADN. Y más que simples partidos, las personas juegan juntas y se ayudan, “creando momentos muy bonitos”.

Aunque el club acumula un total de 179 medallas, pruebas tangibles del compromiso que desarrollan, al preguntarle a Pardo por los momentos más memorables del equipo destaca la proclamación como campeones de España de baloncesto en 2017, un hito que ha quedado marcado en su trayectoria. Así como a la campeona de España absoluta en lanzamiento de peso, Tamara Ferrando. Estas hazañas les han valido diversos reconocimientos sociales, entre ellos el premio Ilicitanos en la Onda de Onda Cero, el premio Misteri d’Elx a los valores humanos en la Gala del Deporte Ilicitano, el Dátil de Oro, y más recientemente, el premio Rompiendo Barreras de la Cátedra Francisco Carreño de Entorno Inclusivo, premios que “no te esperas”. Y es que estos galardones reflejan su lucha tanto dentro como fuera del ámbito deportivo. Sin embargo, Antonio Pardo tiene claro que muchos de los momentos más gratificantes que ha vivido con el club son “pequeñas cosas en cada entrenamiento”. 

No todo es un camino de rosas

Pero no todo es un camino de rosas. Actualmente, el club deportivo está ampliando sus horizontes para incluir también a personas con discapacidad física. En este nuevo camino, una de las principales barreras a la que se enfrentan es la accesibilidad al material adecuado. Estas personas requieren un  equipo específico y adaptado costoso y difícil de obtener. Asimismo, Antonio Pardo lamenta la realidad del club y es que en 11 años, el Ayuntamiento de Elche no le ha facilitado ninguna instalación deportiva para poder entrenar. Durante todo este tiempo han realizado sus entrenamientos al aire libre, por lo que muchas veces han tenido que ser cancelados por las condiciones meteorológicas de la ciudad. 

Por otro lado, uno de los mayores desafíos dentro de la discapacidad intelectual es la integración de las mujeres, según el fundador “existe muchísima sobreprotección con las mujeres”, pensamiento que dificulta la formación de grupos femeninos y fomenta la gran disparidad de género en los equipos. Asimismo, Pardo ha destacado ese pensamiento colectivo de “cuando es discapacidad es bonito” y, no, es esencial que la sociedad reconozca a sus deportistas por sus logros y carrera, en lugar de simplemente centrarse en su discapacidad.

Hoy en día el club busca “ser un referente tanto a nivel local como regional, e incluso nacional, en el trabajo con personas con discapacidad”. Y es que, en un mundo donde las barreras físicas y sociales a menudo limitan las oportunidades de las personas con discapacidad, el Club Deporte SIN Adjetivos está allanando el camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo, teniendo una visión clara: para construir una sociedad digna y justa, es crucial reconocer que «los protagonistas son ellos».

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