Manel Fernández llegó al Elche CF en un momento clave para la entidad franjiverde. El delantero gallego, que buscaba un cambio de rumbo en su carrera tras varios años en Ferrol y en la cantera del Celta, encontró en la ciudad y en el vestuario ilicitano un lugar donde sentirse en casa desde el primer día. Con un grupo humano “especial”, logró el ansiado ascenso a Segunda División en la temporada 96/97 que toda una afición llevaba años reclamando por la calle. Aquel éxito quedó grabado en la memoria colectiva y también en la suya, que aún recuerda a los aficionados emocionados parando al equipo entre lágrimas para agradecerles el esfuerzo.
Pero no todo fue felicidad: en su segunda temporada, el Elche descendió de nuevo a Segunda B. A pesar de ello, Manel insiste en que su etapa en el club estuvo marcada por la felicidad y el cariño recibido por la afición. En esta entrevista repasa sus mejores recuerdos, los compañeros que le marcaron, la figura de Ciriaco Cano como líder del ascenso y la fuerza de un Martínez Valero entregado. A día de hoy, Manel sigue el fútbol de Primera División de cerca, puesto que su hijo Manuel Fernández se enfrentó esta temporada contra el club ilicitano en el Martínez Valero con el Celta. Manel analiza el presente del club franjiverde y lanza un mensaje de gratitud a una afición que, afirma, “Elche es una ciudad que se merece tener al club en Primera División”.
- ¿Cómo recuerda su llegada al Elche CF y qué le atrajo del club en aquel momento?
Sinceramente llevaba muchos años aquí en Ferrol y quería probar un cambio. La llegada de Fabri a Elche como entrenador, al ser gallego igual que yo, me llamó, me dijo que quería contar conmigo. Y sobre todo también Paco Durán, que era el secretario técnico, vino hasta aquí, me explicó el proyecto y me dijo lo mismo, que querían contar conmigo independientemente de que fuera Fabri, aunque eso ayudó más, pero estaban muy interesados.
Yo siempre sabía que el club era un histórico porque tenía compañeros aquí que habían jugado ahí y siempre me habían hablado maravillas del club. No lo dudé en ningún momento.
- ¿Dónde vivió durante su etapa en Elche y cómo fue su adaptación a la ciudad?
La verdad es que muy bien. Tenía una persona, que falleció hace poco, que se llamaba Mariano, que se encargaba de ayudar a los jugadores a buscar piso y coordinar todo lo que necesitábamos. Yo viví en Huerto Ripoll, en la calle que está justo al lado del hotel del Huerto del Cura.
Muy bien en general. Es verdad que según llegué, la primera pretemporada lo pasé mal por el calor, más que nada, no estaba muy habituado; era demasiado calor y lo pasé mal el primer año. Luego, el segundo ya no lo noté, pero fue la única dificultad que encontré. El resto, con la gente y con los compañeros, de maravilla.
- ¿Qué recuerdos tiene de su día a día en la ciudad de Elche fuera del fútbol?
A mí me encantó. Es una ciudad muy futbolera. Al final, cuando llegamos, llevaba muchos años sin ascender, todo el mundo por la calle te reconocía y te pedían ese ansiado ascenso. Te trataban con mucho cariño. Es una ciudad que tiene absolutamente todo, es súper tranquila. El clima también es verdad que ayuda mucho a tener siempre a la gente de buen humor. Y sobre todo se hacían muchos planes como tomar un café en grupo, comidas, cenas, porque no había tampoco redes sociales ni nada de eso, y te invitaba a todo eso.
- ¿Tenía amigos en Elche con los que compartiera tiempo fuera del vestuario?
Muchos. La verdad es que, a día de hoy, sigo hablando con muchos: Alberto, que vino conmigo de Ferrol; Adolfo, que era el capitán; con Patxi Iru, con Rodri; con Jaume aún estuve esta semana; con Eloy; con Claudio tengo muy buena relación; con Dani Olsson también, que había venido con nosotros también de Ferrol; con Héctor hablo también bastante; con Juanmi hablé hace poco; con Antonio Moreno…
Al final teníamos un grupo muy, muy bueno e hicimos una temporada muy buena. Yo creo que ese equipo, además, jugaba muy bien al fútbol y conseguimos el objetivo por culpa de eso. Al final, el vestuario creo que es fundamental y ese grupo fue especial, no solo para mí, sino para cada uno de los que nombré.
- ¿Qué era lo que más le gustaba hacer en su tiempo libre mientras jugaba en el club?
Sobre todo, comidas y cenas de equipo, porque teníamos un grupo espectacular, e ir a la playa, pasear… Nos gustaba mucho la playa; íbamos mucho a Santa Pola, que no era la que nos quedaba más cerca. Pero ya digo, sobre todo esas dos cosas. Tampoco teníamos mucho tiempo a más porque teníamos dedicación exclusiva, entonces era lo que hacíamos.
- Durante su primera temporada en el Elche lograron el ascenso a Segunda. ¿Cómo vivió ese momento y qué sensaciones guarda de aquella campaña?
Para mí fue fantástico. Siempre lo comento con mis compañeros y con amigos porque éramos un grupo humano brutal. Yo soy de los que dice que, cuando se consiguen los objetivos, en este caso ese ascenso, el grupo tiene que estar súper unido y llevarse muy bien. Nosotros teníamos un ambiente muy bueno.
Ya digo, la gente te lo pedía por la calle seguido, “por favor”. La alegría que le dimos a toda la ciudad creo que quedó grabada, porque hace poco tuve la suerte de ir allí a ver el Elche–Celta a ver el partido de mi hijo, y estuve por ahí por toda la ciudad y la gente siempre nos lo recuerda. Yo creo que eso es grato y demuestra la alegría que le dimos a toda una ciudad. Es donde merecía estar y, para mí, es una ciudad para estar donde se merece hoy: en Primera División.
- La temporada siguiente, en Segunda, el equipo descendió tras una campaña complicada. ¿Cómo afrontó aquel año y qué recuerdos le dejó?
Yo creo que en ese sentido lo que nos faltó fue consolidar ese grupo y seguir uniendo piezas. Creo que el club en ese sentido erró trayendo demasiada gente, sobre todo desde el desconocimiento de fuera, que les costó integrarse: un paraguayo, un yugoslavo… Al final, cuando haces esas cosas cuesta. Y creo que eso nos penalizó a la hora de los momentos difíciles, que el grupo no estuviera fuerte como lo había estado en el ascenso.
- ¿Cuál es su mejor recuerdo de un partido con la camiseta del Elche?
El ascenso, lo tengo claro. Ascender en Barakaldo, que nos cogió fuera, fue el único punto triste que tuvimos: no haberlo conseguido en casa, por ver cómo estaba la ciudad, por cómo estaba toda la ciudad en la calle. Yo creo que había gente que, al día siguiente cuando llegamos, te paraba llorando, dándote las gracias. Eso demuestra todo lo que la gente agradeció todo el esfuerzo que hizo ese grupo.
- Si pudiera volver atrás, ¿qué le habría gustado hacer diferente en su etapa en el Elche, tanto dentro como fuera del campo?
Dentro del campo, lo que acabo de decir: haber conseguido el ascenso en un partido en casa. Yo creo que hubiera sido lo más bonito. Al del año siguiente, tuve la suerte de conseguirlo aquí en Ferrol, en mi casa también, después de que me fuera de Elche. Y creo que es lo único que en general a ese grupo le faltó.
Fuera, nada. Ya te digo que fui muy feliz allí, muchísimo. Tanto mi novia, que hoy es mi mujer y que fue la que vino conmigo, como yo, volvimos todos los veranos de vacaciones durante ocho o nueve años seguidos. Eso te dice que allí siempre fui muy feliz, me trataron muy bien y me hace muchísima ilusión cada vez que voy.
- ¿Quién fue el futbolista que más le impresionó mientras jugó en el Elche?
No voy a decir uno porque sería injusto, pero creo que hubo varios: Héctor, Juanmi, Eloy, Jaume, Adolfo, Claudio… Cualquiera de ellos fue determinante. Teníamos un grupo muy bueno, con talento y calidad, y se demostró.
- ¿Cuál considera que fue el mejor compañero que tuvo en su carrera?
Por suerte, tengo bastantes y con muchos mantengo relación. Jaume, por ejemplo, estuve con él este jueves. También tengo mucha relación con Julen Guerrero, coincidimos en la sub-21; con Patxi Salinas, Cañizares, Jorge Otero y Alejo que también jugaron ahí después… En general, creo que lo bonito del fútbol es eso, haces lo que te gusta y, al final, te quedas con los amigos que dejas. Para mí, eso es lo más bonito.
- ¿Cuál ha sido el mejor entrenador que ha tenido a lo largo de su carrera y qué aprendió de él?
En mi etapa en el Elche no tengo duda de que fue Ciriaco Cano, con el que subimos a Segunda. Creo que era un entrenador que sabía llevar muy bien el grupo, que estaba muy preparado y que supo sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Le gustaba el fútbol combinativo y, en mi etapa allí, fue él. Tuve varios buenos entrenadores, pero al final creo que fue el más completo.
- ¿Qué sensación tenía al pisar el Martínez Valero y sentir el apoyo de la afición durante los partidos?
Yo creo que al final el Elche tiene una afición espectacular, y ver el campo lleno una semana sí y otra también es brutal. En momentos clave en los que teníamos ese bajón, te daban ese apoyo que nosotros notábamos muchísimo en el campo.
- ¿Qué valoración hace de su paso por el Elche CF y qué ha significado para usted el club franjiverde?
Como decía antes, yo quería tomar una decisión de salir antes de llegar al Elche y no creo que pudiera haber escogido una opción mejor. A nivel deportivo y como grupo humano, escogí lo mejor que pude escoger. Y a nivel de ciudad, de club y de todo, nos dieron todas las facilidades del mundo. Tanto a nivel de entrenadores, de jugadores, como a nivel de club: el club lo llevaba Diego Quiles y creo que toda su junta directiva nos ayudó en todo momento a adaptarnos lo máximo posible y lo más rápido posible. Soy muy feliz y cada vez que me invitan a ir a Elche, siempre digo que sí porque disfruto mucho.
- Desde su experiencia como jugador, ¿qué cree que distingue al Elche de ahora con el de antes?
Ahora, por suerte, cambió mucho. Lo vi el día que jugó el Celta allí y, a nivel de estadio, creció mucho; por dentro cambió muchísimo a nivel estructural. Ahora, con las redes sociales, el fútbol en general son más empresas que en aquella época, que era más familiar, como quien dice. Pero por suerte muchas cosas han mejorado: hoy tienes psicólogos, nutricionistas, un montón de preparadores físicos… Tienes ciudades deportivas, campos muy buenos para entrenar, instalaciones muy buenas. En ese sentido, por fortuna, el fútbol en general ha mejorado muchísimo.
- ¿Cómo ve al Elche CF actualmente y qué opinión le merece la trayectoria reciente del club?
Eder me parece un entrenador bueno, es valiente, me gusta el fútbol que hace y es importante que lleve tiempo dentro del club y que dejen trabajar a un entrenador así. Está haciendo una temporada muy buena y no creo que tenga problemas para conseguir la salvación, que al fin y al cabo es su objetivo principal.
- Si pudiera enviar un mensaje a la afición franjiverde que siempre recuerda a los jugadores que defendieron su camiseta, ¿qué les diría?
Que fui muy feliz, que siempre sentí su apoyo y su cariño, que toda la vida estaré agradecido y que sigan apoyando al club como lo hicieron en aquella época. Creo que Elche es una ciudad que se merece tener al club en Primera División.
















Iván Hurtado












