El acoso escolar continúa siendo una realidad silenciada en muchos centros educativos. La presidenta de la Asociación de Enfermedades Raras y Salud Mental de Elche, Carolina Peral, madre de un adolescente que intentó quitarse la vida tras años de acoso, denuncia la falta de actuación de las instituciones y reclama una respuesta efectiva ante un problema que, asegura, “no son cosas de niños, es violencia que mata”.
“ No son cosas de niños: el silencio también mata
El acoso escolar no es “cosas de críos”. No es una etapa que se supera ni un juego entre compañeros. Es una forma de violencia que destruye vidas, y lo más grave: sigue ocurriendo cada día ante los ojos de un sistema que no aprende, que no escucha, que reacciona cuando ya es tarde.
Mi hijo intentó quitarse la vida con 14 años. Casi lo consigue.
Escribo esto con el alma en vilo, porque hay cosas que una madre no debería vivir nunca.
Aquel día lo recuerdo con una claridad que duele: la llamada, la carrera hasta el hospital, su cuerpo en aquella camilla, su mirada perdida, sin poder reconocerme. Esa imagen se queda grabada para siempre.
No fue un hecho aislado. No fue “un mal día”. Fue el resultado de años de acoso escolar, denunciado en primaria y silenciado por quienes debían protegerlo. Igual que en el caso de Sandra Peña, el colegio miró hacia otro lado. La imagen del centro pesó más que la vida de un niño. Y eso es algo inconcebible.
Dicen que tuvo suerte. Pero no se trata de suerte, se trata de vidas. Se trata de familias que luchan por ser escuchadas mientras el sistema sigue fallando. Se trata de niños que callan por miedo, y de adultos que deciden no ver.
Y cada vez que eso ocurre, somos cómplices. Porque el silencio también mata.
El caso de Sandra Peña no es una cifra, como tampoco lo es mi hijo. Son historias que la sociedad olvidará, pero las familias no.
Cada vez que un niño se quita la vida por acoso, hay un fracaso colectivo detrás: el de una comunidad que prefirió proteger su reputación antes que la inocencia de quien solo quería vivir en paz.
No podemos seguir así.
El acoso escolar no es un problema menor ni una cuestión de disciplina. Es violencia, y cuando la violencia se normaliza, mata.
Como madre, y como presidenta de la Asociación de Enfermedades Raras y Salud Mental de Elche, pido algo muy simple: que escuchemos, que creamos, que actuemos a tiempo.
Porque actuar salva vidas. Callar nos hace cómplices.
Mi hijo sobrevivió, pero hay muchas familias que no pueden decir lo mismo.
Y aunque la sociedad olvide, las familias no olvidamos jamás.
Carolina
Presidenta de la Asociación de Enfermedades Raras y Salud Mental de Elche
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