ENTREVISTA CAPITAL | PABLO RUZ VILLANUEVA, ALCALDE DE ELCHE

Pablo Ruz: “Mi vocación y mi ilusión como alcalde siguen intactas, trabajamos sin descanso y Elche no para de avanzar”

El alcalde de Elche, Pablo Ruz, repasa los momentos más duros y gratificantes de su mandato, defiende la gestión del gobierno de coalición PP-Vox y reivindica proyectos como el Mercado Central, San Antón y el impulso al transporte y la vivienda social
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Iván Hurtado
19 de octubre de 2025 - 00:01

El alcalde de Elche, Pablo Ruz, afronta el ecuador de su legislatura con la ilusión intacta y la vocación reforzada tras años de decisiones difíciles y proyectos ambiciosos. Desde el primer día en el despacho municipal, Pablo Ruz sintió una mezcla de miedo y orgullo: miedo ante la magnitud de la responsabilidad y orgullo al pensar en sus raíces familiares y en la ciudad que ahora gobierna. En esta entrevista, repasa algunos de los momentos más críticos durante su mandato y los proyectos más ilusionantes y esperanzadores para la ciudad.

El alcalde defiende la labor de su gobierno de coalición PP-Vox, reivindica proyectos emblemáticos como la rehabilitación del Mercado Central, el impulso al transporte público y la construcción de vivienda social, y critica la falta de implicación del Gobierno central en infraestructuras y políticas clave para la ciudad. Cercano y activo, asegura que su equipo “trabaja sin descanso” y que la prioridad es seguir cumpliendo la palabra dada a los ciudadanos, mientras mantiene un contacto diario con los vecinos y una mirada atenta a cada rincón de Elche.

  • Alcalde, ¿qué sintió el primer día que se sentó en su despacho como alcalde de Elche?

El sentimiento más profundo que percibí ese día fue el del miedo. Esto no es fácil, aunque conozcas bien la administración y hayas estado al frente de una concejalía en su momento, te asomas al balcón de la gestión y de la administración de una ciudad, y eso impone.

Intenté rodearme de gente mejor que yo en muchos aspectos. Es un gobierno de coalición, con personas muy preparadas, tanto en el Partido Popular como en Vox. Esa ha sido la fuerza para poder seguir adelante. Y por supuesto, el cariño de mi familia ha sido fundamental ante el miedo normal y lógico que uno tiene cuando se enfrenta a una tarea tan ingente como esta. 

Y luego, el profundo orgullo. Me acuerdo muchísimo de la figura de mi abuelo Miguel, de tantos inmigrantes que llegaron a Elche desde tantas partes de España. Mi abuelo llegó en el año 55, no tenía nada. Llegó en un tren, y luego mi abuela llegó con mi padre en brazos, con un año y medio, porque no tenían carrito. Lo vendieron todo en Guadix para venir a Elche. Y yo siempre me hago esa pregunta: ¿qué hubiera pensado mi abuelo Miguel si, cuando llegó a la estación de Elche en 1955, le hubieran dicho que iba a tener un nieto que sería alcalde? Y además por la derecha, porque mi abuelo era socialista. 

Ese orgullo también te atrapa y te desborda. Son las dos cosas: miedo y orgullo.

  • Se ha enfrentado en muchas ocasiones a decisiones muy duras. ¿Puede explicar alguna que, pese a las dificultades, se haya convertido en una experiencia bonita?

Creo que hay tres. La primera fue a los pocos días de acceder a la alcaldía. Por poco se hunde la guardería infantil del Puente de Canalejas, de la Fundación de Salud Infantil. Fuimos ágiles y fue muy gratificante saber que, cuando la administración pública es diligente, se puede evitar una tragedia. 

La segunda fue el reto de la riada. La solidaridad increíble de los ilicitanos fue emocionante. En colaboración con entidades como Conciénciate, Cruz Roja y otras entidades, canalizamos toda esa ayuda hacia los pueblos afectados. Estuvimos allí, en Picanya y en Chiva, en un contexto en el que ni siquiera sabíamos cuántos fallecidos había. Fue aterrador, pero también esperanzador ver tanta solidaridad.

El tercer episodio más complicado fue el desalojo de los vecinos del barrio de San Antón ante el inminente colapso del bloque 8. Lo hicimos lo mejor que pudimos, y creo que se actuó bien, en colaboración con los vecinos. Esta misma semana empezamos las demoliciones, por fin, después de ocho años de lucha para poder derribar algunos de los bloques.

Hay muchos momentos positivos en la gestión del Partido Popular y Vox en esta legislatura. Subir a un autobús y que la gente te pida una foto también es gratificante. Recuerdo una señora de 90 años, de El Derramador, que me dijo: “Gracias, alcalde, porque he conocido el aeropuerto”. Me sorprendí, y me explicó que, gracias al nuevo servicio de autobús a las pedanías, podía llegar hasta allí y ver aterrizar los aviones. Los servicios públicos no tienen que ser rentables, tienen que ser útiles. Ese tipo de cosas se quedan guardadas para siempre en mi corazón.

  • ¿Ha habido alguna decisión o proyecto que le haya producido una gran satisfacción y orgullo por su labor en la ciudad?

Muchas. Somos un gobierno de coalición entre el Partido Popular y Vox, y todas las decisiones se toman de forma conjunta. Hemos tomado buenas y malas decisiones, es parte de la vida. Cuando uno hace muchas cosas, también se equivoca muchas veces.

  • ¿Puede citar alguna decisión satisfactoria?

Por ejemplo, la decisión de alojar a las personas del barrio de San Antón en el edificio que quedaba medio vacío nos obligó a ponernos las pilas. Estábamos rezagados respecto al convenio y aquello nos empujó a actuar. 

También las reformas en Carrús, un barrio que necesitaba mucha inversión, como la calle de la parroquia del Carmen o la Plaza de Madrid, que se ha convertido en un entorno precioso.

Las decisiones sobre seguir adelante con el Mercado Central, pese a las dificultades, o seguir con el proyecto de Jayton, pese a que Sánchez nos haya abocado a perder la subvención de los fondos europeos. Me paso el día tomando decisiones, la mayoría colegiadas, escuchando a mis concejales, y creo que hasta ahora están bien tomadas.

  • En este mandato, ha tenido que afrontar la dimisión de personas de su equipo que, además, son muy cercanas a usted a nivel personal. ¿Cómo afrontó esta situación cuando le comunicaron su decisión de dejar el equipo? 

Con mucha normalidad. La diferencia con un consejo de empresa es que aquí los concejales tienen su acta en propiedad, la han obtenido del voto ciudadano a través de un partido, pero el acta es suya. En una administración de una empresa el director puede nombrar a su consejo. En una administración pública no puede nombrar ni cesar concejales, solo repartir tareas. 

Es el único gobierno limitado por un acta de personal. Un presidente autonómico elige a sus consejeros; un presidente del Gobierno, a sus ministros; pero un alcalde solo elige a sus concejales antes de las elecciones, no después. Por tanto, hay que entender con naturalidad que alguien, si está desbordado o quiere emprender un proyecto personal, deje el cargo antes de los cuatro años.

Con las tres personas que han decidido dejar el cargo, la segunda fue José Navarro, en un contexto complicado, las relaciones siguen siendo buenas. Tanto con Tito como con Raúl, de Vox, seguimos siendo amigos.

  • ¿Se esperaba que algo así ocurriera durante la legislatura?

Nunca te lo esperas, pero lo hemos vivido con mucha tranquilidad y normalidad. A veces una persona entra en una lista política y, cuando llega al gobierno, se da cuenta de que no es lo suyo, y no pasa nada. Lo que sí me parece poco ético es que alguien abandone su grupo y se vaya al grupo mixto o a los no adscritos; ha ocurrido alguna vez y eso no es moralmente conveniente.

  • En relación con los movimientos de apoyo a candidaturas a la presidencia del partido a nivel autonómico, como el de Paco Camps, ¿cómo está viendo usted estos movimientos?

De ninguna manera. Yo estoy donde estoy, apoyo a mi presidente y a mi partido regional. Tengo el máximo respeto por todas las opciones democráticas. Hay que mirarlo con normalidad. No hay ningún proceso interno orgánico abierto, así que tampoco entiendo que haya candidaturas posicionándose cuando no existe un proceso orgánico en marcha, ni previsión de que lo haya. Pero respeto absoluto, como no puede ser de otra manera.

  • Aunque existan distintas opiniones, ¿cree que lo correcto es mantener la situación actual?

Si alguien tiene anhelos, equipo y proyecto, y decide presentarse, es legítimo y normal. El PP es un partido democrático, no una estructura jerárquica vertical. Yo estoy donde estoy y estaré siempre en el mismo sitio.

  • Al final fue absuelto de toda responsabilidad penal, pero más allá de las responsabilidades legales, ¿cómo valora usted las responsabilidades políticas, considerando que afectan también a figuras como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez?

Quien me lea sabrá perfectamente lo que voy a decir, porque es tan evidente y tan predecible. Es una calamidad todo. Es un gobierno destructivo, inoperante, lesivo para los intereses de los españoles. Ha sido responsable hasta el extremo de la gestión de la DANA de Valencia y ahora ha utilizado los fondos europeos para intentar salvar los muebles ante la absoluta irresponsabilidad con la que se gestionaron los daños. El Gobierno de España ha puesto cero euros para la reconstrucción de la riada de Valencia.

No tengo el placer de conocer personalmente a Pedro Sánchez, aunque sí le he dado la mano. Me parece un hombre que no debería estar al frente del Gobierno del país. Y en lo que respecta a Elche, es la nada más absoluta. Cuando algunos hablan de la ronda sur, la realidad es que la tenía que haber hecho Pedro Sanchez, porque la anterior la hizo Mariano Rajoy y nos faltan dos kilómetros. El Gobierno de la Nación ha desaparecido. 

Es una perfecta síntesis de lo que ha pasado con esta gente, desde él hasta sus ministros. Me parece inmoral que el alcalde de Elche tenga que enviar seis cartas al ministro Puente para poder reunirse y hablar de temas importantes sobre infraestructuras, y que la respuesta, en un encuentro en el aeropuerto, sea: “¿Qué, me quieres grabar?”. Se han volado todos los puertos institucionales y todas las formas básicas de cortesía con estas personas. Espero que cuanto antes echemos a este Gobierno de España y empecemos una senda distinta para bien de todos.

  • ¿Cree que las opiniones de la oposición, algunas de ellas muy intensas, han sido un aprendizaje para usted? ¿Cree que beneficia a Elche?

La oposición no está para opinar, está para trabajar, y llevan 27 meses de vacaciones. Saliendo solo a criticar o a poner pegas al alcalde no se construye una alternativa. Su deber es fiscalizar y construir una alternativa, y no lo están haciendo. Es la oposición con más recursos de la historia de la ciudad. Jamás una oposición había tenido tanto presupuesto ni tantos medios.

Fue una decisión personal mía, que en su momento no compartía mi compañera de gobierno, la portavoz de Vox. Pero lo hice porque creía que debían tener recursos suficientes para trabajar. Espero que empiecen a hacerlo, que propongan y que se impliquen. En fin, no voy a decirles cómo deben enfocar las cosas. Es un partido muy antiguo, que ha gobernado Elche por méritos y también por deméritos. En la derecha, con nuestras peleas internas, hemos facilitado que el Partido Socialista volviera a gobernar la ciudad, y de una manera, en fin, bastante cuestionada.

  • ¿Qué cree que necesita su equipo para afrontar el siguiente reto de un segundo mandato?

Creo que el equipo funciona bien. Nunca me había hecho esa pregunta, pero diría que necesitamos seguir trabajando los proyectos y seguir cumpliendo la palabra dada. Esa es la clave. Hay una cita griega que me encanta: “Somos lo que hacemos”.

Independientemente de la valoración que cada uno haga, no paramos de hacer cosas. La actividad de inversión y de acciones es frenética, y por eso nos podemos equivocar algunas veces. Debemos seguir cumpliendo y saliendo a la calle. La institucionalidad es importante, pero hay que bajar al asfalto, al adoquín, a la huerta, al campo, al cauce del Vinalopó, a los barrios, ponerse las botas cuando hay una riada. Hemos tenido que desbrozar barrancos ante la falta de reacción del Ministerio. Esa es la labor principal que tenemos que seguir haciendo. Con errores, por supuesto, pero en estos dos años y medio de legislatura, creo que se está haciendo bien.

  • ¿Por qué considera que el Mercado Central necesita protección o rehabilitación?

El Mercado Central, cuya rehabilitación ya está en marcha, supone un punto de inflexión en el casco histórico de la ciudad. No lo digo yo, lo dicen los propios alquileres del entorno, donde prácticamente ya no quedan locales vacíos. Algunos aún están sin actividad, pero esperando el resultado del mercado.

Había que avanzar. Teniendo en cuenta que el patrimonio puso el foco sobre el edificio y se apostó por una rehabilitación integral que respetara su valor histórico y devolviera la vida al mercado tradicional. Creo que va a ser un revulsivo increíble para un centro que está resurgiendo. Basta con ver que cuando cerró Benetton, en apenas un mes ya se había instalado allí un negocio gastronómico japonés. Ese es el ritmo que debemos mantener. Estoy convencido de que el Mercado Central será el gran revulsivo del centro histórico.

  • ¿Siente satisfacción al ver ese ritmo de ejecución?

Cuando veo la obra, soy feliz. Cuando la veo avanzar, aún más. Y cuando veo a la gente pasar por allí contenta, me alegra profundamente. Parecía imposible, decían que no se podría hacer, pero ahí está, en un año estará terminado.

También decían que no íbamos a ser capaces de construir la pasarela sobre las vías del tren, y ya está hecha. Que no desbloquearíamos el barrio de San Antón, y también está hecho. Que no saldrían adelante proyectos importantes educativos, y ahora todos los colegios están en marcha. Todo está en marcha. Cuando ves lo que decían y, frente a eso, ofreces resultados y hechos, solo puedes sonreír.

  • En cuanto a San Antón, quizás ha vivido el momento más duro de un alcalde en Elche, teniendo que desalojar un edificio completo de personas. ¿Cómo vivió esos días?

Horrorosos. No por mí, sino por las familias. Hace poco me encontré con una de las personas afectadas, que ahora vive en un piso de la Generalitat en Reina Victoria y está feliz. Pero fue terrible por la incertidumbre, por ver que había familias que podían haberlo perdido todo. Podríamos haber tenido que lamentar pérdidas personales. Esa es la parte que más me inquieta y preocupa.

Ahora todo está encarrilado. Vamos a ver cuándo comienzan las obras del bloque 45 y cómo las personas que ahora están en viviendas temporales empiezan a volver a una casa digna. Había muchas viviendas en aquel bloque que no lo eran.

  • ¿Cree que al final de la legislatura quedará algo pendiente?

Sí, queda mucho por hacer en muchos ámbitos. En el barrio de San Antón aún falta mucho. Tenemos que seguir avanzando; nos faltan dos terceras partes del barrio por construir. Los nuevos derribos permitirán seguir edificando en las parcelas, porque hasta ahora no quedaban disponibles. Ahora PIMESA puede preparar los proyectos y luego buscaremos financiación.

Pero, como siempre, el Ministerio de Vivienda ya ha dicho que se desentiende del proyecto y que lo asuman las comunidades autónomas. Y, oiga, ¿no se recauda ahora más que nunca en la historia del país? ¿Dónde está el plan estatal de vivienda con la financiación correspondiente?

Necesitamos un Gobierno con presupuestos, con rumbo, que marque un camino distinto para España. Y desde luego, ese Gobierno no puede estar presidido por Pedro Sánchez. Su ciclo ha terminado. Lo único que hace es aferrarse al poder en un ejercicio de resistencia sellado por intereses personales y familiares. Es la única manera que tiene de garantizar cierta impunidad, pero no es lo que necesita la nación.

  • Se ha anunciado recientemente la construcción del edificio número 45, con aportación de fondos de la Generalitat Valenciana. La oposición dice que, finalmente, Pimesa tendrá que asumir estos fondos. ¿Qué opina usted al respecto y qué nos puede aclarar?

No se enteran de nada. Viven en un mundo distópico e irreal. Por eso digo que tienen que trabajar más. Aquí la única administración que, desde la semana pasada, ha confirmado ya el convenio y que va a poner dinero, además de los vecinos, es el Ayuntamiento. En la construcción del bloque de las 45 viviendas, la administración que financia es la Generalitat Valenciana. El Estado desaparece. Lo que quiero es que Alejandro Soler o estos señores que cobran todos, vayan a Madrid y consigan algo, aunque sean los representantes finales del Gobierno de Pedro Sánchez, para que financien el barrio de San Antón. Porque no hacen más que chillar y gritar, pero no han hecho absolutamente nada. A pesar de eso, seguimos adelante.

  • El estado de los edificios y el desalojo de uno de ellos demuestran que el barrio no puede aguantar mucho más. Usted mismo dijo, visiblemente afectado, que la situación era crítica. ¿Qué se va a hacer para ejecutar al menos 4 o 5 edificios como se anunció?

Ahora estamos con el de las 45, y después habrá que ver cómo termina el Plan Estatal de Vivienda. Hay que saber cuánto tiene que aportar la autonomía, el Estado, el Ayuntamiento y los propios vecinos. Porque hay que recordar que las viviendas del barrio de San Antón no se regalan. Los vecinos pagan por viviendas de protección social, como lo fue el barrio en su momento, un barrio de promoción nacional. Hay muchas falacias, pero insisto, ahora tenemos que saber qué va a hacer ese plan estatal.

Aquí vino el secretario o el director general de Vivienda, dio muchas palmadas en la espalda, pero no anunció ni un solo céntimo de euro para el barrio. Así que, cuando nos lo cuenten, lo sabremos. De momento, la Generalitat ha confirmado dos millones y medio.

  • ¿Se estudian fórmulas alternativas para que, si finalmente el ministerio no aprueba el plan de vivienda, se pueda ejecutar de otra manera? En caso contrario, ¿qué se hará con los vecinos y si está dispuesto a asumir ese riesgo?

El riesgo se asume porque estamos trabajando, pero el Ministerio no puede asumir la construcción íntegra del barrio. Eso es imposible. Tendríamos que invertir el 30% del presupuesto anual para construir junto con los vecinos. Espero que, antes de que llegue ese momento, tengamos un cambio de Gobierno en la Nación y podamos sentarnos a hablar con personas serias y con ganas de trabajar. Ese es el objetivo.

  • ¿Cuándo espera que puedan estar derribados todos los bloques de la primera fase?

Empezamos ahora con el derribo del bloque 11. En el 14 también se están eliminando cableados y demás. No es un derribo exprés, esto no es una carga de dinamita que deja el solar vacío. Es un derribo progresivo porque hay que reciclar uralitas, metales, partes de los pavimentos, conducciones, plomo en las cañerías… Está previsto que dure unos cinco o seis meses. Espero que el próximo año tengamos los cuatro bloques ya listos: dos derribados y los otros preparados para los nuevos edificios del barrio de San Antón.

  • Usted nació en el barrio de San Antón y ha tenido que ser el primer alcalde que desalojó un gran edificio en Elche. ¿Cuál cree que es la solución definitiva al problema del barrio y a qué se compromete en esta legislatura?

La solución es seguir con el camino que se inició en 2011 con Mercedes Alonso como alcaldesa y que luego continuó con convenios firmados. Es un modelo de regeneración integrada del barrio. Al principio ni el Ministerio ni la Generalitat creían que funcionaría, pero el tiempo ha demostrado que sí. Los vecinos tienen estabilidad personal y familiar gracias a las nuevas viviendas y a la inversión pública de la Generalitat, del Estado y de ellos mismos.

  • Sus declaraciones sobre los menas de Elche se hicieron virales a nivel nacional. Muchos las consideran acertadas políticamente, aunque otras personas las juzgan duramente desde un punto de vista humano. ¿Le generaron conflictos internos?

Ni personales, ni morales, ni de gobierno. Al contrario. Es una falacia el discurso que se ha creado. Los que me critican dicen que hago nacionalcatolicismo permanentemente desde la alcaldía, pero luego me llaman incoherente. Para empezar, habría que definir qué es un mena. No son niños, la mayoría no son menores de edad. Los menores deben estar con sus padres, aquí, en Nigeria y en Ecuador. Porque son los padres quienes tienen la patria potestad. Por muchas circunstancias complejas que haya en sus países, un menor debe estar con su familia y, si no la tiene, ser tutelado por el Estado.

Si alguien viene a España a trabajar, tiene las puertas abiertas para sumar y construir, no para ser una carga más al Estado. Soy muy claro al respecto. Cuando los españoles iban a Alemania, o mis abuelos vinieron a Elche, o los vecinos del barrio de San Antón llegaron, lo hicieron para trabajar, no para consumir recursos del Estado. Para venir a trabajar hay que tener contrato, y para tener contrato hay que estar en situación legal. Los recursos son limitados, y mi postura es clara.

Además, mucha gente inmigrante coincide conmigo. Igual que Vox y mi partido, hemos tardado en hablar de esto, pero era necesario. Hay que promover una inmigración necesaria e imprescindible, pero controlada, con trabajo, para aportar y construir. 

Tampoco comparto esto de las personas migrantes, porque el diccionario de la Real Academia Española habla de inmigrantes y de emigrantes. Cuando te vas a un país eres un emigrante y cuando llegas a un país para ellos eres un inmigrante. No pasa nada, no es despectivo hablar de inmigración. No sé porque a veces nos metemos en estas discusiones terminológicas. 

La inmigración es imprescindible, pero controlada, con trabajo para aportar y para construir. Necesitamos a las personas que vienen de fuera para seguir siendo un motor en el sector primario, pero con un contrato. No queremos fomentar la economía sumergida ni el descontrol en las contrataciones. Queremos promover un trabajo digno, y para eso hace falta regularización y un contrato. Todo lo demás es demagogia pura y dura.

  • ¿Cuál cree que va a ser su gran proyecto en esta legislatura?

Nuestro mayor proyecto es el Centro Sociocultural de Jayton, que ya hemos empezado a licitar las obras. Otro gran proyecto está en Torrellano, el Centro Sociocultural, con una inversión de cinco millones de euros, la mayor en la historia de esta pedanía. También ha sido revolucionario el servicio de autobús a las pedanías: más de un millón y medio de pasajeros a final de año. Decían que era imposible, y aquí está.

Otro proyecto fundamental es el Mercado Central, que va a ser una revolución para el centro histórico. Y el TRAM, que será una realidad puesta en marcha esta legislatura. Y la siguiente legislatura será la de ‘Elche Río de Vida’, que queremos que sea un proyecto increíble para articular la ciudad.

Esta está siendo la legislatura de la vivienda social. Hemos licitado cerca de 400 viviendas nuevas que estamos a punto de adjudicar. La vivienda es el principal problema del país. Hemos adjudicado ya 76 viviendas en el entorno de Travalón, principalmente para jóvenes, y seguimos avanzando.

Son muchos frentes abiertos, pero todos en marcha. Aquí no se vende humo, contamos hechos, y la ciudad los valora. También es la legislatura del Palmeral, restauramos huertos, trasladamos Pusol al huerto de Pontos, y estamos regando con agua de calidad. Estamos terminando las obras de vertido de agua buena en la acequia mayor.

Hemos iniciado el expediente para externalizar parques y jardines, porque los trabajadores municipales no dan abasto. Es una medida que llega tarde, pero llega para quedarse. Y también es la legislatura de los mayores: hemos puesto en marcha un proyecto para combatir la soledad no deseada. Todo lo que hacemos son realidades, no quimeras.

  • Hemos visto la presentación de la candidatura de Elche como capital del Mediterráneo del deporte, una noticia muy bien acogida. Más allá de premios y reconocimientos, ¿cómo puede Elche mejorar en la organización de grandes eventos deportivos?

Se puede mejorar en todo. Hay muchísimo que hacer. Creo que fueron ocho años perdidos en muchas cosas durante el gobierno anterior. Para empezar, te dicen: “Habéis perdido con los fondos europeos”. Pero uno no puede perder lo que nunca ha tenido. Al final, ni Alicante, ni nosotros, ni Murcia lo conseguimos, pero es que ellos perdieron ocho millones de euros de los fondos EDUSI, que tenían ingresados desde el año 2016 y los perdieron. Una gente que ha perdido ocho millones de euros de los EDUSI no está habilitada moralmente para criticar nada de nadie. Y esto no es interpretable, es un hecho.

En cuanto a la capitalidad europea mediterránea del deporte, son cosas buenas, que dependen de UNESCO, y que servirán para seguir poniendo a Elche en el mapa. Se intentó en 2011 y se hizo muy bien hasta 2015, en una situación económica terrible para el Ayuntamiento. Había que gestionar el desastre económico y no se podía invertir prácticamente nada. Aun así, se hizo trayendo eventos y potenciando los que ya existían. Ahora esto es un evento más que queremos que siga situando a Elche en el lugar que merece.

El fin de semana pasado en Elche se produjeron tres acontecimientos, dos de ellos de relevancia internacional: el partido España-Georgia y el festival Oasis, el primer evento de este tipo de música en la historia de la ciudad, con 25.000 personas confirmadas y 24.000 entradas vendidas. Ese es el camino. Solo hay que preguntar a los hosteleros cómo estaba la ciudad: la ocupación hotelera superó el 90 %. Anualmente, Elche registra más de 800.000 pernoctaciones entre hoteles, pisos turísticos y cámpings.

Pregunten a los hosteleros qué opinan del Oasis, del partido España-Georgia o del encuentro nacional de Jóvenes Cofrades que mantiene la ciudad llena. Ese es el camino. ¿Y qué hace el Ayuntamiento? Invertir dinero, traer eventos, hacer cosas. El Ayuntamiento no tiene que ahorrar, sino favorecer que los empresarios ganen dinero, porque si el empresario gana dinero, el trabajador cobrará más. Y esto es así, sin dejar de lado la política social y la protección de los más indefensos.

  • Considerando el déficit hotelero que existe en Elche, ¿qué puede hacer el Ayuntamiento para promover el crecimiento del sector turístico vinculado al deporte y evitar que los participantes tengan que desplazarse a otras ciudades como Alicante?

Esta semana se ha anunciado la construcción de un hotel en la calle Solares con 100 camas. Pero nos faltan más. No sé si 50, pero al menos 10 hoteles más para activar la oferta hotelera. Estos empresarios han puesto en marcha su proyecto porque el alcalde lleva dos años diciendo que necesitamos hoteles. Todos los proyectos que han llegado, salvo uno, han estado relacionados con cámpings. Y está muy bien, es importante, tenemos el de La Marina, que es una referencia, pero necesitamos más hoteles en Elche. Quien tiene que construirlos son los empresarios. 

Puedo señalar muchos edificios que podrían convertirse en hoteles maravillosos en el centro. Algunos ya lo son, pero hacen falta más. Nunca serán suficientes. Los pisos turísticos también son necesarios, aunque regulados. Gracias a ellos, Elche registró el año pasado 800.000 pernoctaciones. Son datos reales y objetivos.

Hay que seguir trabajando y hacer más. Nuestro modelo turístico es un turismo cultural, de fin de semana, de comercio, de visita, de paseo y de familia. Y es por lo que hay que seguir apostando.

  • ¿No cree que apostar por un modelo que aproveche las instalaciones actuales de Elche, e incluso promover iniciativas privadas como residencias deportivas vía DIC para atraer a deportistas de élite, podría ser un punto de crecimiento importante para la ciudad?

Algunas residencias deportivas ya hay. Y el centro de Elche está lleno de residencias de estudiantes que pueden emplearse en verano para competiciones deportivas. En el entorno de Elche hay al menos cinco residencias de estudiantes. Pero esa es iniciativa privada. El Ayuntamiento no tiene que asumir ese papel, sino facilitar al empresario que implante en Elche sus negocios, como se hizo en 2011 hasta 2015. Ese es el modelo.

  • Ha señalado públicamente la falta de sistemas de monitorización en barrancos como Los Arcos y Barbasena, acusando a la Confederación del Segura de dejación de funciones. ¿Cómo va a asumir el Ayuntamiento esas responsabilidades que no son municipales?

Sí, y los hemos solucionado con nuestros propios recursos. No acuso, describo. Que la Confederación se haya desentendido de nuestros barrancos no es interpretable. Y la Confederación depende del Gobierno de Sánchez. La gestión hidráulica e hídrica de las confederaciones no es que sea nefasta, es negligente, irresponsable y catastrófica.

Al final, el Ayuntamiento hace lo de siempre, ante la incomparecencia de la administración, actuamos nosotros. Hemos instalado tres cámaras en el barranco de Los Arcos y una en la desembocadura del río Vinalopó. ¿Cómo puede ser que los barrancos de Elche no estén monitorizados? 

Mientras tanto, nosotros seguimos limpiando barrancos, pese al riesgo de sanciones, para evitar catástrofes como el taponamiento de los puentes. Seguiremos así, con o sin Confederación, con multas o sin ellas. Uno tiene que gestionar su ciudad pese a algunos. No es acusar, es describir.

  • Usted ha dicho que quería ser un alcalde cercano y presente en la calle. ¿Cómo practica esa cercanía? ¿Con qué frecuencia recorre barrios o pedanías, realiza reuniones abiertas o escucha directa con vecinos?

Dentro de nuestros horarios complicados, prácticamente todos los días. No me invento nada, lo podéis ver en redes sociales. No tenemos miedo en enfrentarnos a la realidad de la calle, a comparecer ante los vecinos o acudir a cualquier circunstancia. No voy con escolta, voy en bici y me encanta. Uso el servicio público de bicicletas para moverme por Elche, que es la mejor manera de llegar puntual.

Creo que hay que ser normales, entender esto como un servicio, hacerlo con humildad, tener la ciudad en la cabeza, de norte a sur y de este a oeste, y saber que nunca llegarás a todo, pero al menos intentarlo con toda tu voluntad y con tu equipo, este gobierno de PP y Vox está demostrando ser capaz y querer servir a su pueblo.

  • Hace poco más de un año comentó en una entrevista para Elche Capital que seguía con la ilusión intacta tras su primer año como alcalde. ¿Sigue manteniendo esa misma motivación a día de hoy?

No intacta, sino acrecentada. Cuando ves que los resultados llegan, que los concejales trabajan y que la gente lo valora, eso es muy importante. Suena providencialista, pero yo sé las necesidades que tiene mi ciudad. De norte a sur, de la Marina a Ferriol, de Santa Ana y de Arenales a la Peña. Sé qué camino necesita asfalto, luz o un centro social. Por ejemplo, los vecinos de Puertas Coloradas piden una piscina y lo estamos estudiando.

Tengo la ciudad en la cabeza. Eso me da inquietud, pero también tranquilidad y confianza. Quien sabe que no hemos llegado, sabe que tenemos la voluntad de hacerlo antes o después. Los recursos son limitados y la capacidad humana también. No soy un superhombre, pero mi ilusión y mi vocación siguen intactas.

Esto es como un examen, no puedes evaluarlo a mitad del partido. Hay que esperar al final, cuando se entrega. Nuestro profesor es el pueblo de Elche; veremos qué calificación nos pone. De momento, hay que seguir así.

  • Para terminar, ¿sigue a nuestro diario Elche Capital? ¿Qué opinión tiene?

Os sigo todos los días. Elche Capital tiene dos cosas muy positivas: la cantidad de personas de la sociedad civil que escriben, lo cual os da mucho prestigio, y la capacidad de tratar temas que otros medios no tratan. Eso dice mucho de vosotros. Por eso el Ayuntamiento colabora con vosotros, porque creemos que hacéis una labor fundamental. Elche Capital es un medio que aporta y que importa. Y esa es la diferencia. Muchas veces os leo.

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