HISTORIA

Plaza de Crevillent: El barrio que resiste y se reinventa en el corazón de Elche

Entre fábricas abandonadas, tráfico imparable y vecinos que no se rinden, esta zona concentra historia, densidad y vida urbana al límite.
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Daniel Ruiz Perona
06 de julio de 2025 - 04:52

En pleno corazón del Distrito 6, la Plaza de Crevillent se alza como una de las zonas más pobladas y movidas de Elche, justo al lado de la imponente rotonda de l’Aljub, el nudo gordiano del tráfico que arrastra a diario miles de vehículos. Pero ojo, que aquí no hablamos de un barrio cualquiera: con 5.075 habitantes y un nivel de densidad que solo el barrio de Carrús Oeste puede igualar, Plaza de Crevillent es pura vida urbana —y también un poco de caos.

Desde sus orígenes, este barrio ha sido un superviviente de la transformación implacable del Pla. En los años 50, apenas una finca rodeada de cultivos daba vida a esta zona. Hoy, sin embargo, las calles Antonio Machado, Concepción Arenal y Torres Quevedo forman el perímetro de un barrio que mezcla con descaro historia, industria y modernidad. ¿Sabían que aquí estuvieron asentadas muchas de las fábricas que dieron fama al calzado ilicitano? Algunas han mutado en gimnasios, supermercados o parkings, mientras otras aguardan, vacías y olvidadas, el paso del tiempo.

La Plaza de Crevillent no es solo un punto geográfico, es un símbolo de transformación. La antigua gasolinera Mora, tan emblemática como la misma plaza, sigue siendo un punto de referencia para vecinos y visitantes. La plaza conecta con calles comerciales como Capitán Antonio Mena y enlaza con la gran vía de Pedro Juan Perpiñán, manteniendo el pulso comercial que el barrio necesita para no dormirse en los laureles.

Pero ojo, no todo es color de rosa. La población ha caído un 1,97% en la última década, la renta media ronda los 8.842 euros y casi el 25% de la población está en paro. Sin embargo, la mezcla social es rica: un 14,5% son extranjeros y la media de edad, 42,5 años, refleja un barrio maduro pero todavía con muchos jóvenes y niños, que representan un 14,1% de la población.

Y no podemos olvidar la carga histórica. Desde 1481, cuando la reina Isabel la Católica regaló estas tierras a su maestresala D. Gutiérre de Cárdenas, Plaza de Crevillent ha sido un punto clave en la relación entre Elche y su entorno, marcando cuatro siglos bajo el ducado de Cárdenas, una etapa señorial que ha dejado su huella indeleble en la identidad local.

Así que la próxima vez que pases por la rotonda de l’Aljub o camines por la calle Antonio Machado, recuerda que estás en un barrio con historia, con batalla y con futuro. Plaza de Crevillent no se rinde, sigue creciendo, resistiendo y sorprendiendo. ¿Será este el próximo epicentro de la transformación urbana de Elche? Nosotros estaremos aquí para contártelo.

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