Rubén Cano, nacido en San Rafael (Argentina), inició su carrera futbolística en el Club Atlético Atlanta antes de dar el salto a España en 1974, fichado por el Elche CF gracias al técnico Néstor Raúl Rossi. Nacionalizado español por ascendencia paterna, en 1976 firmó por el Atlético de Madrid, donde ganó una Liga en su primera temporada y fue internacional con la selección española en 12 ocasiones. Cerró su etapa como jugador en el CD Tenerife y el Rayo Vallecano, donde se retiró en 1987. Tras colgar las botas, ejerció como secretario técnico del Atlético de Madrid hasta 1990.
En 1974, Rubén Cano aterrizó en Elche sin conocer la ciudad, pero con la ilusión intacta y el instinto goleador afilado. Su llegada, junto a otros dos compañeros de Atlanta, supuso mucho más que un simple fichaje: fue el inicio de una etapa inolvidable para el club franjiverde y para él. En esta entrevista, el exdelantero repasa su trayectoria desde sus primeros pasos en el Elche CF hasta su consagración en el Atlético de Madrid y su histórico gol con la Selección Española que devolvió al país a un Mundial tras más de una década de ausencia.
- ¿Qué es de su vida actualmente y a qué se dedica?
Hoy en día estoy jubilado, es decir, me dedico únicamente a disfrutar de la buena vida. Tenía unos departamentos que, cuando me vine de España a Argentina, puse en alquiler y, bueno, me entretengo con eso y con la jubilación. No estoy ligado a ningún trabajo específico ni a ningún equipo.
- ¿A qué se dedicó cuando finalizó su etapa deportiva?
Cuando terminé mi carrera futbolística, entré como secretario técnico en el Atlético de Madrid con Jesús Gil. Fue al año siguiente, o quizás ese mismo año, creo que en 1987. Estuve allí, entre idas y venidas, porque no fue algo constante, unos siete u ocho años. Me iba, volvía, otra vez me iba… Fueron dos o tres veces así. Pero, en definitiva, desde 1987 hasta 1993 o 1994 estuve vinculado al Atlético.
Después me desvinculé del club y me dediqué un par de años a la intermediación: trabajaba con equipos y con gente de Argentina que ofrecía jugadores a España. Luego lo dejé todo. Terminé muy saturado del fútbol, lo abandoné y me vine a Argentina. Como tenía un par de propiedades, me dediqué a alquilarlas, y bueno, de eso he vivido hasta ahora.
- ¿Cómo ha vivido el reciente ascenso del Elche?
Con mucha alegría e ilusión, porque lo esperábamos. Yo, por supuesto, y además incluyo a la gente de Atlanta, ya que el club está un poco en la misma situación que el Elche. En estos últimos años también se le ha escapado el ascenso, y bueno, al menos un 90 % de los hinchas de Atlanta son un poco también hinchas del Elche. Siguen bastante al Elche, sobre todo por aquella etapa en la que estuvimos allí tres jugadores de Atlanta: Cortés, Gómez Voglino y yo. Después también fueron Pipo Rossi de entrenador y algún par de jugadores más. Lo siguen todos los años. De hecho, actualmente hablo con ellos y siguen la carrera de Elche.
- ¿Cómo se produjo su llegada al Elche CF? ¿Quién fue la persona clave en su fichaje?
Pipo Rossi asumió la dirección técnica del Elche en 1974 y fue quien nos llevó al club. En ese momento, solo se permitía la incorporación de dos jugadores extranjeros, pero él decidió llevar a tres: Cortés, Gómez Voglino y a mí. Tanto Cortés como yo tuvimos que tramitar la ciudadanía española, ya que ambos teníamos ascendencia española.
Durante los primeros tres o cuatro meses, mientras esperábamos la nacionalización, solo podíamos jugar como extranjeros Gómez Voglino y yo. Una vez que obtuve la ciudadanía, Gabi Cortés pudo ocupar el segundo cupo de extranjero, hasta que también le concedieron la nacionalidad española un par de meses después. Así fue como llegamos los tres al Elche junto con Pipo Rossi, que fue el entrenador clave en nuestro fichaje.
- ¿Qué sintió la primera vez que pisó la ciudad de Elche y la primera vez que se puso la camiseta del club?
Tenía ofertas para jugar en algunos de los equipos más grandes de Argentina, pero mi ilusión siempre fue ir a España. Cuando surgió la posibilidad de ir al Elche, no lo dudé. No conocía la ciudad, solo empecé a informarme un poco sobre lo que representaba el club y lo que era Elche.
Fuimos prácticamente cuatro familias: el entrenador y los tres jugadores. Íbamos muy acompañados, y desde el principio recibimos un gran cariño por parte de la gente. Nos hicimos muy amigos de muchos ilicitanos. La gente de Elche es muy amable, y además, tuvimos un buen rendimiento los tres jugadores que llegamos. Eso generó aún más aprecio hacia nosotros.
Yo he dejado muchos amigos en Elche, y guardo un recuerdo muy especial de esa primera etapa y de la primera vez que me puse la camiseta del club.
- ¿Tiene alguna anécdota especial del vestuario o de algún partido con el Elche que pueda compartir?
Posiblemente la más especial sea del último partido que jugué, el año en que nos jugábamos el descenso, contra el Athletic de Bilbao. Íbamos ganando en el primer tiempo con un gol mío y Marcel Domingo, que era el entrenador, nos dijo que cuidáramos un poco el resultado. Me acuerdo que le contesté que no, que había que hacer más goles para asegurar el resultado. Ahí todos nos pusimos de acuerdo y salimos a mantener el nivel de juego del primer tiempo. Eso hizo que ganáramos 3-1 y lográramos mantenernos en Primera División.
Era fundamental, porque al año siguiente el Elche inauguraba el nuevo estadio, así que era muy necesario mantenerse. Ganamos ese partido en el viejo Altabix, y lo hicimos con bastante seguridad y tranquilidad. Fue un partido decisivo.
- ¿Dónde vivía usted durante su etapa como jugador en Elche?
En cuanto llegué, entablé amistad con un muchacho con quien después tuve muy buena relación. Incluso soy padrino de uno de sus hijos, que lamentablemente falleció, Diego Agulló. Vivía en un departamento que me alquiló él, aunque no recuerdo el nombre de la calle. Después me fui a otro sitio porque él necesitaba ese departamento. Me mudé a la Avenida de Alicante, antes de llegar a Altabix y ahí estuve viviendo los últimos años.
- ¿Había algún lugar en Elche donde le gustara “perderse” o desconectar?
No, en Elche no había un lugar especial, pero sí íbamos mucho a Santa Pola y a Alicante. En los días libres recorríamos los alrededores: Murcia, Benidorm, Alcoy… toda esa zona. Lo hacíamos sobre todo para conocer y para ir viendo un poco la zona.
- ¿Hay algo que le hubiera gustado hacer en el Elche y que se quedó pendiente?
No, es decir, el primer año en el Elche lo pasamos con bastante tranquilidad. El segundo año fue más duro, porque nos salvamos del descenso en los dos últimos partidos. La ciudad siempre me encantó, pero, claro, uno siempre tiene aspiraciones. Cuando surgió lo del Atlético de Madrid, nos fuimos con mucha ilusión, pero sin olvidarnos de Elche y dejando muchísimos amigos allí.
- ¿Cómo se dio su traspaso al Atlético de Madrid? ¿Qué recuerda de ese momento en su carrera?
Mirá, yo no sabía nada con certeza. Se hablaba de que me quería el Zaragoza, el Barcelona, el Real Madrid y el Valencia. Eran los cuatro equipos que se comentaban en los diarios. En ese entonces no teníamos representantes; eran los clubes los que hablaban directamente.
Sí recuerdo que desde el Elche me dijeron: “No te vayas de vacaciones porque hay varios equipos interesados. Posiblemente se concrete alguna operación”. Así que no pude irme de vacaciones. Estábamos en la playa, en Alicante, una tarde con mi señora tomando sol, y llegó Vidal, que era el secretario técnico en ese momento, y me dijo: “Vestite, que nos vamos a Madrid, porque se está cerrando la operación con el Atlético de Madrid”.
Fue una alegría enorme. Salí de la playa, fuimos a casa, nos cambiamos y, junto con el presidente Martínez Valero, esa misma tarde viajamos a Madrid. Se hizo la operación y, una vez cerrada, ya sí me pude tomar unos días de vacaciones. Fuimos a recorrer el norte de España, estuvimos en Cataluña, porque en ese entonces teníamos un compañero que era catalán, y solíamos ir por esa zona.
- ¿Cuál es su recuerdo más importante con la selección española?
El recuerdo más importante fue la clasificación para el Mundial de Argentina y mi gol ante Yugoslavia que nos hizo ganar. España había perdido la clasificación a los dos mundiales anteriores justamente contra Yugoslavia, no había podido jugar el Mundial del 74 en Alemania ni el del 70 en México. En el 78 nos jugábamos la clasificación definitiva contra Yugoslavia en Belgrado. Ganamos con mi gol, y eso hizo que nos clasificáramos para el Mundial de Argentina.
Para mí fue una alegría enorme. Me sentía español, soy español, porque mis raíces y mi familia están allí. Mi padre nació en Almería, tengo parientes actuales en Almería y me siento muy andaluz. Incluso, muchas anécdotas, música y comidas que de chico recordaba, las volví a encontrar en España.
Tuve que decidir entre Argentina y España, porque Argentina ya estaba clasificada y la nómina la iban a hacer en el 78. A mí me citaron en el 77 para la clasificación de España, así que aposté por la selección española. Me arriesgué a no jugar en Argentina y a no ser convocado, pero me sentía español y decidí jugar con la selección española, con la suerte de lograr la clasificación.
- ¿Qué sintió la primera vez que se puso la camiseta de la selección?
Para mí fue una alegría enorme defender tanto la camiseta argentina como la española. Había estado concentrado y preseleccionado con la selección argentina antes del Mundial del 74 en Alemania. Jugué tres partidos con la selección argentina, pero fueron amistosos, no oficiales. Eso me permitió luego jugar con la selección española, porque si hubiera jugado algún partido oficial con Argentina, no habría podido hacerlo con España.
A pesar de haber estado seleccionado para Argentina, no fui convocado para el Mundial del 74, que perdimos. Sabía que los dos siguientes mundiales eran los que tenía que aprovechar para jugar: el 78 y el 82. En el 78 tuve la suerte de venir a Argentina con España, pero en el 82, por problemas relacionados con ataques hacia la gente sudamericana y algunas reacciones que consideré inaceptables, renuncié a la selección española. Eso hizo que no pudiera jugar el Mundial del 82 en España. Pero bueno, me quedé conforme con los partidos que jugué defendiendo a la selección española.
- ¿Por qué eligió jugar con España en lugar de hacerlo con Argentina? ¿Tuvo dudas en ese momento?
Yo quería jugar, sabía que Argentina ya estaba clasificada y España aún tenía que hacerlo. Me citaron en la selección española en 1977, un año antes del Mundial.
Argentina no me aseguraba un lugar en la convocatoria, porque iba a jugar partidos preparatorios y nadie tenía el puesto asegurado para el Mundial. Entonces, previendo esto, decidí arriesgarme y jugar con España. Si nos clasificábamos, bien; y si no, mala suerte para mí, porque sabía que no tendría tampoco la posibilidad de jugarlo con Argentina.
Pero ya digo, me sentía español, pensaba y creía que me merecía estar en el fútbol español, que me citaran, y lo hice con mucha alegría, como si fuese para Argentina, porque realmente me sentía español.
- ¿Qué opinión tiene usted de Rubén Cano, mirando hoy hacia su carrera como jugador?
En Elche fue distinto. Allí yo no era el delantero centro fijo; me movía más por toda la delantera. No era el goleador principal del equipo, aunque hacía goles. Era rápido y me desplazaba por toda la delantera
Cuando llegué al Atlético de Madrid, creo que me compraron con esa intención, porque el Atlético ya tenía un delantero centro muy bueno, Gárate. Pero Gárate sufrió una lesión grave y tuvo que retirarse, y entonces yo tuve que adaptarme a jugar como número 9 clásico, dentro del área, una posición que antes no había ocupado.
Me apoyé mucho en los compañeros que tenía al lado, porque uno depende mucho de ellos. Tenía grandísimos jugadores, como Leivinha, muy buenos; de hecho, fuimos campeones ese año y yo fui el goleador del equipo. Nunca había hecho tantos goles ni en Elche ni en Atlanta, pero en el Atlético jugaba en una posición distinta.
- ¿Qué diferencias nota entre el fútbol de su época y el actual?
Me parece que hoy en día se permite más, es decir, hay más permiso. Antes había mucho juego brusco y se permitía más ese tipo de juego. Ahora ha ido en detrimento para mantener la calidad de los jugadores habilidosos. Posiblemente ahora el juego sea más rápido, mientras que antes era más lento. Pero bueno, el fútbol siempre es el fútbol y es lo que disfrutamos nosotros y disfruta la gente. Es el deporte favorito, por supuesto.
- ¿Qué expectativas tiene sobre lo que puede hacer el Elche esta temporada?
Yo espero, como cualquier aficionado, que refuercen el equipo y que se mantengan. El Elche siempre ha sido un equipo de Primera División, a pesar de las últimas temporadas, y yo creo que se lo merece. Se lo merece el club y se lo merece la gente.
Dependerá de los refuerzos que hagan o de la gente que traigan. Me imagino que los técnicos sabrán lo que hacen y cuál es la idea. Porque la voluntad debe estar, por lo que he visto. El recibimiento que tuvieron los jugadores cuando llegaron después de ser campeones fue impresionante, nunca lo había visto. Y eso te muestra el interés y las ganas que tiene la gente de ver al Elche en Primera.ç