Una ciudad es lo que las personas que viven en ella son. Los ciudadanos que trabajan, que emprenden, que se identifican con sus vecinos, que forman sus círculos de amistades, sus familias, que participan en los asuntos comunes y cuyas instituciones y tejido asociativo, tratan de convertir ese núcleo de convivencia, en un lugar mejor y más habitable.
El carácter emprendedor e innovador, tan característico de la idiosincrasia ilicitana, abarca casi todos los ámbitos imaginables y por supuesto, también del arte, donde no faltan artistas de gran prestigio y reconocimiento. Es esta la ocasión de felicitar a una pintora ilicitana que acaba de conseguir que su obra ‘Infinite Universe’ haya sido proyectada en una de las pantallas gigantes de Brodway, concretamente el pasado día 4 de este mes de marzo de 2024, sesenta segundos de exposición durante cada una de las veinticuatro horas de ese mismo día. Se trata de Inés Serna Orts, mujer a la que conozco hace ya hace más de un par de lustros, pero a la que he descubierto hace aproximadamente un año.
Once años atrás, Inés presentó a la que en aquel momento era la presidenta de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) de Elche, Susi Díez; un proyecto de lo que hoy en día se podría denominar como Arteterapia. Un taller de pintura que comenzó su andadura de la mano de una ilusionada profesora, Inés, y que hoy en día, sigue siendo un espacio de encuentro en el que cada persona puede expresar sus sentimientos y emociones a través del proceso artístico y creativo.
Nuestra clase de pintura, como así denominamos coloquialmente al taller, está enfocada para personas enfermas de cáncer y también para familiares directos. Hoy en día, se recomienda por muchos profesionales de la salud física y mental, llevar a cabo este tipo de actividades que ejercen una clara mejoría sobre la calidad de vida de las personas ya que alivia de alguna manera, muchos de los efectos psicológicos que conlleva la enfermedad. Generación de autoestima a través del arte y en muchas ocasiones, reconciliación con la vida misma. Lo mejor del taller de Inés, es el cariño que derrama en el empeño y los vínculos de amistad que se generan entre los componentes del mismo.
Como decía al principio de este artículo, he descubierto a Inés en su faceta más personal y humana, pero también he tenido la oportunidad de conocer a personas extraordinarias, ejemplos de valentía, de fuerza y de enorme coraje. Entre las telas de los lienzos, la amalgama de colores, el batiburrillo de las voces sonando al unísono del movimiento de los pinceles, allí, en una sala del Centro Social de la plaza de Barcelona, existe un lugar que va más allá de unas clases para pintar, allí, en la tercera planta, se crea arte para la vida. En mayúsculas.