Tras los comicios al Parlamento Europeo del pasado domingo 9 de junio, toca retirada a los cuarteles generales para hacer balance de daños, mirar los datos con objetividad y perspectiva y sobre todo reflexionar sobre que ha vuelto a expresar la sociedad a través de las urnas.

En primer lugar, han sido unos comicios al Parlamento Europeo con un ambiente marcado por la baja participación (alrededor del 50% del electorado ha tenido incentivo para acercarse al colegio electoral), uno oleada conservadora que arrancó en la postpandemia y que hoy en día tiene una curva todavía al alza y una clara polarización política no solo marca de la casa, sino que se expande por todo el viejo continente.

Siempre es conveniente marcar unas claves sobre estos resultados para tener en cuenta:

1. En primer lugar, los que plantearon estas elecciones europeas como un plebiscito en contra del Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, han fracasado en su empresa; el Partido Socialista consolida el 30% de apoyo electoral pese a todo lo que está cayendo.
2. Las elecciones europeas tienen un ganador incuestionable (el Partido Popular); pero quien piense que haciendo política ficción con extrapolaciones a otras convocatorias electorales solo tiene que darse una vuelta por el pasado 23 de julio.
3. ¿Será el fin del ciclo electoral? Hay quien quiere elecciones hasta el infinito para conseguir su objetivo partidista y alzarse con el trofeo de vencedor, aunque sea manejando la sala VAR a su antojo.
4. Como he manifestado en el punto primero, mi partido, el Partido Socialista consolida el 30% de apoyo electoral, en la Comunitat Valenciana y en nuestra ciudad Elche, esa cifra aumenta más allá del 31%. He de recordar que no hace mucho el PSOE y el PSPV llegaron a cosechar un apoyo ciudadano del 22%.
5. El respaldo electoral cosechado por los Socialistas nos debe servir en primer lugar para agradecer este caudal de confianza y en segundo lugar para establecer estrategias que nos permitan volver a ser ese partido de mayoría social que aune un gran respaldo ciudadano.
6. En política no todo vale, alimentar el populismo y los extremos hacen que salgan a escena “falsos profetas” que juegan con la esperanza y en mucha medida con la desesperación. Estos pregoneros del apocalipsis alimentan la crispación, la polarización y el desencanto mayoritario en las instituciones democráticas.

La política con MAYÚSCULAS es aquella que se ejerce desde la honestidad y la rectitud, pensando en el bien mayor y en el interés general de la sociedad, aquella que se practica con sosiego, talante y educación. Por eso es conveniente que tras el ciclo electoral masivo que hemos tenido en los últimos tiempos, volvamos al ciclo de mandatos y legislaturas donde los que gobiernan tienen que tomar decisiones y los que están en la oposición fiscalizar y configurar una alternativa creíble.