La noche del miércoles 9 de abril marcó un antes y un después en las vidas de los vecinos del bloque 8 de la calle Palombar, en el barrio de San Antón. Yolanda López García, una vecina desalojada de 42 años, nos cuenta cómo vivió los momentos en el que se enteraron que su edificio estaba en riesgo de colapso y tuvieron que abandonar rápidamente su hogar, además de cómo han pasado los últimos días con la incertidumbre de no saber que iba a pasar con su vivienda. Hoy, instalada en un nuevo piso, relata con emoción y realismo el cambio radical que ha supuesto esta experiencia. En una entrevista cargada de sinceridad, habla del abandono del barrio, la necesidad urgente de renovación urbana y el papel clave de las nuevas viviendas para recuperar San Antón para evitar que vuelva a ocurrir esta situación en otros edificios.
-¿Cómo vivió el episodio del desalojo del edificio de la calle Palombar?
La situación fue caótica, nos llamó la policía a las 00:30 de la madrugada para decirnos que cogiésemos dos prendas y que nos saliéramos fuera porque el edificio se iba a caer, desperté a mi hijo y salimos para abajo corriendo. Al bajar, la policía nos tomó los datos de quienes vivíamos en el piso, estaba la Fundación Conciénciate abajo para preguntar a la gente si tenían donde irse a dormir o si nos alojaban en un hotel. Nosotros, por circunstancias de que mis padres viven aquí en San Antón, nos fuimos a dormir a su casa, apretados porque allí hemos estado durmiendo en un colchón en el suelo y hemos estado durmiendo durante una semana, ya que nos dieron las llaves del nuevo piso el Jueves Santo.
-¿Cómo han vivido está situación de no saber que iba a pasar durante esos días?
Fatal. De acostarte por la noche teniendo tu piso pagado y tu casa y de un día para otro decirte que ya no tienes nada, porque toda tu vida sigue ahí. Es una situación complicada, más el coste ahora de todo y volver a construir una casa entera. No hemos podido recuperar nada, subimos dos veces más con la policía pero solo nos dejaban coger cuatro cosas de primera necesidad, algo de ropa y para abajo, luego ya no nos dejaban subir a por nada. De momento oficialmente no se sabe nada de si vamos a poder subir a por algo más o no, de momento lo tenemos todo perdido.
-Después de todo, ha servido para que usted pueda disponer de una vivienda. ¿Cómo ha sido ese cambio de vida de tener esta nueva vivienda a vivir en las condiciones en las que vivía?
El cambio ha sido radical y muchísimo mejor, porque tener una vivienda nueva es una mejoría al 100%.
-¿Qué diría a aquellos que no quieren que se hagan los nuevos edificios?
Todo el que es propietario sabe que tarde o temprano le iba a tocar, yo apuesto totalmente a que siga todo para adelante y que cada uno pueda acceder a una vivienda tan bonita como en la que estoy ahora.
-¿Podemos decir que usted ha cumplido un sueño con su nueva vivienda?
Sí, es un sueño vivir aquí ahora.
– ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en San Antón?¿Cómo ha vivido usted estos días?
Yo vivo en el barrio de San Antón toda la vida, porque mis padres viven aquí, me casé, me compré aquí la casa y sigo viviendo aquí, soy de San Antón de toda la vida, así que hay que apoyar a que sigan construyendo los nuevos edificios y la gente pueda adquirirlas.
-¿Cómo está viviendo la gente jóven esta situación?
Hay de todo, pero hay mucha gente que apoya a que todo sea para mejor, por supuesto, porque San Antón se está echando a perder y están todos los bloques fatal.
-¿Cómo está viviendo la gente mayor? Mucha de la cual no puede bajar a la calle desde hace tiempo
La verdad es que la gente mayor lo que más va a aprovechar es el tema del ascensor y ese tipo de cosas. Hay gente mayor que no puede bajar a la calle porque vive a lo mejor en un tercero o en un cuarto y el bajar es algo fatal para ellos por sus piernas. Es una situación parecida a la que pasaba con mi madre, lleva años sin ir a mi casa por el tema de las escaleras, porque ella vive en tercero y bajar un tercero y subir un cuarto es imposible para ella, y lleva muchos años sin ir. Ahora es un alivio porque ellos también vienen a este bloque y vamos a estar cerca, el ascensor le va a dar mucha vida a la gente mayor.
– ¿Cómo es vivir en unas viviendas en este estado?
Sinceramente fatal. En mi casa cada vez que hacía mal tiempo temías de que lloviese porque te entraba agua por todos los lados y te tocaba poner toallas y estar recogiendo agua por todos los lados. Todo eso causa la humedad en la casa y provoca que cada vez los pisos se hagan más viejos.
-Si tuviera que dar las gracias por haber cumplido el sueño de tener su nueva vivienda, ¿en quién piensa o a quién se las daría?
Hay que agradecer a todos los que nos han ayudado, pienso en todas las personas que han trabajado para que esto sea una realidad. Yo no tengo quejas de nadie ni de las asistentas sociales, ni de los policías que han estado por aquí, porque todos se han portado muy bien, en mi caso, siempre que he tenido alguna duda me han atendido todos súper bien y olé por el alcalde porque reubicar a todos en una semana como lo han hecho es para agradecer, porque nosotros lo hemos pasado mal pero ellos el mover todo lo que han tenido que hacer en una semana es algo que han hecho muy bien.
-¿Qué opina de que haya tenido que ocurrir esta situación para que se empiece a mover ficha en el barrio?
Es penoso que tenga que pasar todo lo que ha pasado para que se muevan y sigan con el proyecto que estaba, es una situación que se podría haber evitado.
-¿Cree que esto es el inicio para que empiece la renovación urbana del barrio de San Antón?
Yo pienso que esto ha hecho mucho hincapié en que tienen que darse prisa, porque eso ha pasado en ese bloque pero si empiezan a mirar prácticamente todos los bloques están igual. Entonces pienso que deberían de agilizar todo ese tema, si todavía no ha pasado en los otros edificios va a acabar pasando, aquí hay muchos locales muchos años cerrados, muchas plantas cerradas y todas esas humedades hacen que los cimientos estén hechos polvo.
Me gustaría también a Noelia, la agente de la foto, y a su compañero con placas 574 y 603






Iván Hurtado











