Elche, una ciudad que ha demostrado su capacidad para innovar y evolucionar a lo largo de los años, construir un futuro compartido a través de la colaboración de sus diferentes sectores, es un ejercicio que se debe hacer al menos, cada 5 años. La reciente reunión en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Elche, donde más de 200 colectivos económicos, empresariales, culturales, agrarios, sociales y deportivos se dieron cita, representa un hito en la historia reciente de la ciudad. El alcalde, Pablo Ruz, ha enmarcado esta serie de encuentros como el comienzo de un diálogo estratégico para diseñar el futuro de Elche. Sin duda alguna la elaboración de un plan estratégico para la ciudad debe ser alimentado por las distintas asociaciones y colectivos locales. La pregunta que surge, sin embargo, es si este tipo de reuniones pueden realmente generar el impacto necesario o si solo quedarán en buenas intenciones.
Uno de los aspectos más destacados de esta iniciativa es la amplia diversidad de los sectores representados. El hecho de que en esta primera reunión se dieran cita entidades económicas y empresariales de gran peso, como la Cámara de Comercio, IFA o empresas tecnológicas como PLD Space, refleja la intención de construir un futuro económico sólido y diversificado para la ciudad. Esta convocatoria amplia es sin duda un acierto; cada sector, desde el agrario hasta el tecnológico, aporta perspectivas y necesidades específicas que deben ser consideradas en cualquier estrategia de desarrollo. La innovación y el talento, como señaló el alcalde Ruz, no se limitan a un solo ámbito, y el potencial de la ciudad reside en su capacidad de integrar las distintas visiones para abordar problemas comunes, y diseñar ese documento que permita impulsar económicamente a la ciudad.
El reconocimiento del talento y la capacidad de Elche es alentador. En sus palabras, Ruz subrayó que «no existe otro lugar en el mundo donde quepa más ganas, ideas, pasión, inteligencia y talento como en Elche». Este optimismo no está fuera de lugar: la ciudad ha demostrado ser un polo de innovación en sectores como la industria del calzado, la tecnología espacial y la agricultura. Sin embargo, el verdadero desafío radica en cómo articular estos recursos de manera que se traduzcan en proyectos tangibles y de largo plazo.
Dentro del marco de la reunión, el alcalde hizo énfasis en una serie de proyectos clave que buscan modernizar la ciudad y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Entre estos destacan el TRAM, el Mercado Central, la Ronda Sur y el Palacio de Congresos, todos ellos de gran relevancia para la infraestructura urbana y la movilidad. Además, la licitación de más de 30 millones de euros en obras públicas pone de manifiesto la voluntad política de generar empleo y dinamizar la economía local.
Uno de los puntos críticos mencionados fue la mejora de la movilidad, especialmente entre la ciudad y sus pedanías. La creación de nuevas líneas de autobús a partir de enero de 2025 es un paso importante para garantizar la conectividad territorial, un factor esencial en una ciudad con una estructura geográfica tan particular. Esta medida no solo mejorará la calidad de vida de los habitantes, sino que también facilitará el acceso al trabajo, los servicios y la educación, impulsando así el desarrollo integral de la ciudad.
Sin embargo, no todo el desarrollo se centra en el transporte y la infraestructura. El Palmeral, uno de los emblemas de Elche, también está en la agenda de mejoras, al igual que la limpieza, la iluminación y la jardinería urbana. Estos aspectos, que a menudo son vistos como secundarios, son esenciales para mantener una ciudad atractiva tanto para los residentes como para los visitantes. La imagen que proyecta una ciudad limpia, bien iluminada y con espacios verdes cuidados es fundamental para su desarrollo económico, especialmente en el sector turístico.
El hecho de reunirse con tantos colectivos es, sin duda, un gran paso. Escuchar a todas las partes involucradas es vital para construir una visión común y asegurarse de que las estrategias se alineen con las necesidades de la ciudadanía. No obstante, es crucial recordar que la verdadera prueba de estas iniciativas radica en la ejecución. En demasiadas ocasiones, vemos como los planes y proyectos quedan sobre el papel, atrapados en la burocracia o las limitaciones presupuestarias y, por supuesto, en la falta de ganas de los gobernantes en poner en marcha proyectos. La participación ciudadana y la creación de un documento estratégico son importantes, pero no suficientes por sí solas. Lo que de verdad marcará la diferencia es la capacidad del gobierno local para monitorizar y ejecutar los proyectos que se acuerden en estas reuniones.
Un documento estratégico debe ir acompañado de una hoja de ruta clara y factible, con plazos y recursos definidos. Además, es imprescindible un mecanismo de seguimiento que permita evaluar el progreso y hacer ajustes cuando sea necesario. Las prioridades identificadas, como la mejora del servicio de taxi, la conexión ferroviaria con el aeropuerto o la red de Cercanías, son problemas complejos que no se resolverán de la noche a la mañana. Pero si el Ayuntamiento se compromete a hacer un seguimiento riguroso de estos asuntos y a mantener el diálogo con los sectores implicados, es posible que se vean resultados a medio plazo.
Otra cuestión destacada en la reunión fue la necesidad de aprovechar el eje estratégico Alicante-Elche. Esta es una oportunidad que no debe subestimarse. La cercanía geográfica y la complementariedad económica entre ambas ciudades puede ser un factor clave para el desarrollo regional. Desde la atracción de inversiones hasta la creación de empleo, la cooperación entre ambas urbes puede generar sinergias que beneficien a ambas partes. Sin embargo, para que esto funcione, es necesario un enfoque coordinado y proactivo.
La iniciativa del Ayuntamiento de Elche de reunir a más de 200 colectivos para definir una estrategia de desarrollo conjunta es un paso en la dirección correcta. La diversidad de los sectores involucrados y los proyectos clave que se han puesto sobre la mesa reflejan una visión amplia y ambiciosa para el futuro de la ciudad. No obstante, el verdadero desafío no reside en la planificación, sino en la ejecución. Si Elche quiere realmente construir ese futuro mejor que tanto se anhela, será esencial que las palabras se transformen en hechos, y que las estrategias se conviertan en acciones concretas que beneficien a todos los ciudadanos.
Como consejos a nuestro alcalde; 1. no masificar las reuniones para que la recogida de ideas sea de calidad y que cada colectivo tenga su espacio para participar en la elaboración del plan estratégico, tomémonos el tiempo necesario para construir el documento, aquí quizá llevamos un año de retraso. 2. que se recojan en un documento los proyectos que finalmente se seleccionan para llevar a cabo. 3. que se establezcan y describan las acciones a llevar a cabo para alcanzar cada uno de ellos. y, lo más importante, 4. establecer y definir el sistema de seguimiento con comisiones de trabajo para que el documento esté vivo y se lleve a cabo. La monitorización y ejecución de los proyectos será, en última instancia, el factor determinante del éxito o fracaso de esta iniciativa.