He de reconocer que jamás había escrito tanto para preparar un comentario, pero es que no quería que se me pasara algo importante por alto.
El año agrario 2024 es un año a olvidar.
Sin ninguna clase de paliativos. Tan crudo como suena.
Ya sabemos que a la hora de generalizar solo vemos el conjunto de los elementos desde la perspectiva que tratamos de dominar. Cada cual se aleja o se eleva lo que buenamente puede para ver ese conjunto que, claro está, deja fuera, para bien o para mal a las múltiples individualidades que se dan en nuestro variadísimo territorio.
Es cierto, lo podemos entender, que la DANA de 20 de Octubre pasado afecto a una parte del territorio valenciano, pero desde el punto de vista moral y agrario, nos afectó a todos. Si, a todos y cada uno de los valencianos y las valencianas.
También es cierto que el área afectada gravemente llega desde Utiel hasta el Parque del Marjal, la Albufera de Valencia e incluso algunas poblaciones del área metropolitana se vieron muy gravemente afectadas por la parva de suciedad y vehículos que llevaba el agua delante lo que la hacía crecer hasta más de dos metros de altura, lo que causo muchísimos daños humanos y materiales. Los puentes tampoco facilitaron el paso, y se vio de manera cruel como las personas se aferraban a arbustos, farolas y como el ímpetu del agua se llevaba por delante puentes, carreteras, vías de tren y casi todo lo que pillaba a su paso destructor.
Es cierto que el resto de zonas citrícolas, con sus graves amenazas por las plagas y por la competencia desleal de Sudáfrica y otros países terceros productores, están llegando a todos los mercados, pero los agricultores de la zona afectada, lo han perdido todo y posiblemente un tercio de ellos ya no puedan volver a cultivar. Sencillamente han perdido los árboles, los caminos, las acequias y tardarán varios años en llegar a la normalidad. Quizá algunos de ellos sencillamente lo dejen, lo que sería una verdadera tristeza para todos.
A fechas de enero de éste año la cabecera del Tajo acumulaba más de seiscientos hectómetros cúbicos, lo que facilitó la aprobación de veinte hectómetros para los riegos de nuestra zona del transvase. Pero es que a éstas alturas ya acumula mas de mil hectómetros cúbicos, por lo que nos corresponden veintisiete hectómetros al mes, aproximadamente y eso, contando que desde el Tajo se derivan a Portugal muchos miles de hectómetros cúbicos de aguas limpias y cristalinas. ¿Por qué ocurre ese despropósito?, es que no podrían desde los pantanos de Extremadura bombear el agua a la zona de Madrid para que el caudal ecológico fuera de miles de metros cúbicos por segundo en vez de lo que nos detraen a los regantes con la excusa de que en Toledo ha de pasar un caudal importante. Todo es cuestión de voluntad.
Si la Unión Europea nos beneficia a todos, porque se establecen medidas de protección para los consumidores que nosotros cumplimos a la perfección porque de otra manera no nos dejarían vender nuestras cosechas, El filtro importante son las grandes cadenas de supermercados que cada una tiene unas normas de calidad que quienes quieren venderles fruta o verdura tienen que cumplir de manera estricta y además perfectamente auditada por los veedores o vigilantes autorizados que pueden certificar si se cumplen o si no.
Esa es la garantía máxima. Pero ocurre que se importa grandes cantidades de fruta de terceros países en los que no se aplican esas normas tan estrictas. Tienen unas un poco más relajadas que son las del Codex Alimentarius, que son las que esgrime la Organización Mundial de Comercio que es lo que argumentan los Surafricanos a su favor para que la Unión Europea no les obligue a tratar a todas sus importaciones en la U.E. con el tratamiento en frío, que equivale a refrigerar los contenedores a una temperatura baja durante el trayecto en barco hasta nuestras fronteras con lo que se habrían eliminado todas las larvas de plagas superdestructivas de las plantaciones. Plagas de cuarentena, que aquí, por suerte no tenemos y que causarían un daño mortal para toda la citricultura.
Dios mío, cuantísimas dificultades para vivir dignamente de las producciones agrarias.
Y a todo esto le añadimos, como si nada, que la edad de los agricultores supera con mucho lo que sería deseable. Los agricultores tiene derecho como todos los demás a jubilarse a los sesenta y cinco años y resulta que más de la mitad de los titulares de explotación agraria tiene superada esa edad y lo realmente preocupante es que por debajo de cuarenta años, se pueden contar con los dedos de las manos..( de unos cuantos, se supone), porque no llegan al cinco por ciento. En poco más de quince años, los especialistas dicen que se quedaran la mitad de las fincas sin cultivar. Y ese es un verdadero problema.
También es un problema ahora porque es más difícil hacer llegar toda la investigación y modernización que se está produciendo ya en la agricultura.
Los drones ya están controlando y fumigando o realizando tratamientos para abaratar los costes de cultivo y perfeccionar los tratamientos de manera científica.
Hay nuevas variedades que se están imponiendo en las zonas productoras de otros países y que deberíamos experimentar aquí para no quedarnos atrás.
La competencia desleal de los terceros países nos viene perjudicando desde hace décadas, pero es cierto que hemos sido capaces de sortear los retos y marcarnos nuestras metas gracias también a la preferencia comunitaria de frutas y hortalizas de calidad. Pero ahora llegamos al penúltimo episodio de ninguneo al campo que es el acuerdo de la Unión Europea con MERCOSUR. Un gran éxito para la industria europea pero un gravísimo varapalo para las producciones agrarias de nuestras tierras.
Todos los acuerdos que cierran los responsables de la Unión Europea lo hacen justificando las ventajas de poder vender mucho a esas economías, pero sacrificando los intereses agrarios, aunque hay que reconocer que alguna parte de nuestras agriculturas se beneficia del comercio con esos países, en concreto los productos de calidad diferenciada y garantizada.
Hay un beneficio que trasciende de nuestra visión simplificada y es el dominio geoestratégico, esos grandes bloques que se están repartiendo de manera virtual el mundo para de esa manera centrar las decisiones económicas globales, pero al equilibrarse esos grupos, precisamente por los acuerdos de libre comercio, digamos que hay un..””no nos vamos a hacer daño verdad?.””
Rusia tiembla ante el dominio de Europa en nuestra geografía, por eso está arriesgando tanto en Ucrania, aunque ya sabe que la tiene perdida. Mantienen un clonficto que tuvo sus inicios hace décadas, con la perdida de la antigua URSS. Estados Unidos ha perdido su liderazgo global y ahora, tras unas elecciones dramáticas para nuestros intereses como agricultores, no podrán sentirse muy orgullosos.
China es la economía que más crece y con la que está cayendo no se le ocurre a la Unión Europea más que aumentar los aranceles a sus coches eléctricos. Ellos contestan de la única manera que saben poniendo más pegas y más aranceles al porcino y a los brandis que les llegan desde Europa.
Lo cierto es que son un gran mercado. Muchos cientos de millones de habitantes de los que un altísimo porcentaje son muy ricos y consumen productos de calidad de nuestras tierras. Ya veremos en que queda todo eso.
India como economía emergente con un potencial interminable será de lo que tendremos que hablar en los inmediatos años.
Europa tiene acuerdos preferenciales con muchos países, también de Suramérica y con el acuerdo con MERCOSUR digamos que se refuerza geoestratégicamente. Ya buscaran la manera de compensar a aquellas producciones que se vean afectadas, tendrán que hacerlo porque los agricultores y ganaderos no pueden ser siempre los paganos de todas estas estrategias.
Disculpadme si salto así de un argumento a otro, pero cuando al inicio decía que este año era un año para olvidar lo decía con toda la razón que amparaba a todos los agricultores y ganaderos que desde febrero aproximadamente se movilizaron por toda la geografía española y europea. Todos los sindicatos agrarios alemanes, belgas, franceses sacaron los tractores a las carreteras para hacerse visibles y denunciar la situación dramática por la que estaban atravesando. Pagando los insumos casi al doble o más de su coste hace pocos años, abonos, insecticidas, plásticos y un largo etcétera que lastraban la rentabilidad de sus producciones, si a esto le sumas, o le restas, los problemas de los mercados por la competencia desleal de terceros países productores y la falta de ayudas necesarias para hacer frente a las campañas, y en el caso de nuestros agricultores la falta de agua extrema que se ha vivido por la sequía, por el cambio climático y por la falta de previsiones de infraestructuras que ahora se ven como urgentes, las movilizaciones están más que justificadas.
Para que sirvieron?, para dar visibilidad a unas plataformas del 6F que lideradas por expoliticos y oportunistas generaron muchísima tensión social y una necesidad de hacer cosas para que los que forman las organizaciones vieran que también se movían. También sirvieron para amainar las exigencias formales europeas respecto de documentos medioambientales y el cuaderno digital que en nuestro país, por uno de los razonamientos iniciales resulta muy gravoso por la edad de la mayoría de los propietarios de explotaciones.
Pero tendremos que llegar a eso por que será por el bien de la agricultura, para demostrar fehacientemente que lo que realizamos en la explotación es cierto y para avanzar en una necesaria digitalización de manera que podamos abrazar en breve las nuevas tecnologías que probablemente nos ayuden a aquilatar los costes de producción y con ello nuestra supervivencia y futuro.
Otra de las consecuencias de las tractoradas son la serie interminable de denuncias que los guardias de trafico impusieron a los tractores. Madrugones, dejar los trabajos para protestar en nombre de todos, sacrificios para llegar a los puntos de encuentro, y encima una serie de sanciones nada baratas. Parece de película cómica. Encima de perjudicados, apaleados y los que se quedaron en sus casas, al menos no tienen las multas.
Me parece tan incongruente, que a unos agricultores que salen en defensa de todos les sancionen. Es algo que debería estar prohibido. O al menos formar un depósito en el que todos pongan una cantidad para que no sean esos agricultores los que carguen con todo el lío.
Hay que mirar al futuro y abrazar las nuevas tecnologías y los cultivos más adaptados a la situación climática que vivimos y la que se nos viene encima a pasos agigantados. El cambio climático es una realidad que solo los fundamentalistas se atreven a negar.
Hoy es una realidad científica demostrada y a la que hay que hacer frente de manera decidida.
Los científicos detallan que la fase de inicio de la Niña en el Mediterráneo se suele traducir en episodios de lluvias cuantiosas porque favorecerán el descuelgue de aire frío en altura que provocan DANAS , episodios de lluvia torrencial.
“Senyores i senyors, tal com hom diria en una bona representació teatral, estem en l’inici d’un espectacle singular, únic: ‘Serem un desert’. En l’Acord Mundial de París, any 2015, es marcaren no arribar a +1’5º d’augment de temperatura en 2030, el punt de no retorn per al Planeta segons la Ciència. Ara la temperatura ja ha pujat per damunt de +1’2º, o siga, estem, dalt o baix, a unes 0’3º dècimes del desastre.
Com és això?, no van fent-se cimeres periòdiques de líders mundials sobre el Canvi Climàtic per a previndre-ho? Serà que eixes reunions aprofiten per a poc? O serà que el món està muntat així i hi ha massa reticències a canviar-lo?”
Así lo ha expresado un conocido científico al que le debemos el hacer la divulgación de toda la ciencia que se desarrolla respecto del clima, las lluvias, y otros fenómenos adversos, y hacerla fácil de entender.
La agricultura seguirá y seguiremos superando los records de volúmenes de comercialización de frutas y hortalizas, pese a los costes, pese a las trabas comerciales, pese a todos los inconvenientes, pero los problemas que tienen la AGRICULTURA solo se solucionarían si todas las administraciones se pusieran manos al tajo y junto a los científicos y las universidades trabajar por el futuro. No s va en ello nuestra soberanía alimentaria y la alimentación sana, saludable, sabrosa, sostenible y económicamente viable con precios dignos a los agricultores, siempre por encima del coste de producción.
Solo me queda desearos a todos unas muy felices fiestas de la Natividad del Señor Jesucristo, que paséis un fin de año amable y alegre y que el próximo ya 2025 llegue a vosotros lleno de salud, felicidad, una agricultura, ganaderia, turismo rural, silvicultura rentables y que Sus Majestades los Reyes magos de Oriente séan muy generosos con todos vosotros/as/es.
Un fuerte abrazo.
Santiago Pascual