El centro histórico de Elche, con su rica herencia cultural y su icónico palmeral, se enfrenta a un desafío que desde hace ocho años es creciente: la falta de comercio y atracciones para ciudadanos y foráneos. Esta situación tiene repercusiones serias para la ciudad, afectando al turismo y a su economía. El centro histórico debe ser un centro comercial abierto, donde los ilicitanos y residentes en localidades cercanas, acudan a realizar sus compras.

La ausencia de comercio en el casco antiguo de Elche priva a la ciudad de un motor económico esencial. Los negocios locales no solo generan empleo, sino que también atraen a turistas y residentes. Sin tiendas de calidad, mercados, exposiciones, etc., el flujo de personas disminuye. Además, la falta de polos de atracción en el centro histórico impacta muy negativamente.

Estos espacios son testigos de la historia y la evolución de la ciudad, perderlos como puntos de encuentro y referencia para realizar las compras, es perder parte de la esencia de la ciudad. Elche ha entrado en un círculo vicioso de fuga de grandes comercios, y ausencia de clientes en el comercio de boutique y moda del centro de Elche.

Revitalizar el centro histórico de Elche con comercio de nivel y atractivos culturales, es, sin duda alguna, una tarea del equipo de gobierno local. Que vuelva a funcionar el mercado central, definir un programa de actividades ambicioso, potenciar galerías de arte y exposiciones, trabajar a nivel urbanístico, con ordenanzas y regulación de normativa local, para potenciar un comercio de calidad y concreto en el centro histórico, o la peatonalización de algunas calles, son algunas de las iniciativas que deben ponerse en marcha. Que, en la plaza de la glorieta, la más emblemática de la ciudad, al pasear por la misma, tengamos la vista de una sala de espera de una clínica dental, o una tienda de colchones, es, sin duda, una falta de regulación de las licencias de actividad en el casco histórico, algo clave para revitalizar y tener un comercio acorde a la ciudad número 19 de este país.

Tras la debacle del comercio en estos últimos años, la marcha de grandes firmas como el Grupo Inditex o Adolfo Domínguez, entre otros, o la ausencia de grandes marcas que están en otras ciudades pero no en Elche, precisan que el Ayuntamiento, ponga en marcha y con cierta urgencia, un plan estratégico muy específico, para abordar la situación actual, e implantar una serie de acciones que supongan revertir la situación, con el objetivo de que tengamos un casco histórico que, a nivel comercial, esté a la altura de una ciudad tan importante como es Elche.

Fomentar el desarrollo económico, social y cultural de la ciudad, es sin duda sinónimo de Turismo y Empleo. El centro histórico de una ciudad actúa como uno de los motores económicos. Contar con un centro histórico vibrante, lleno de polos de atracción y un comercio de calidad, trae consigo innumerables ventajas para Elche. Un centro histórico bien desarrollado se convierte en un imán para turistas y residentes, impulsando el crecimiento económico local. Los comercios de calidad, desde tiendas de moda, hasta restaurantes y cafeterías, no solo generan empleo, sino que también fomentan la actividad económica.

La presencia de mercados, tiendas de artesanía, y galerías de arte atrae a visitantes, incrementando los ingresos y beneficiando a otros negocios cercanos, creando un efecto dominó positivo en toda la ciudad.

Además, estos espacios históricos con polos de atracción gastronómica, comercial, cultural; como museos, teatros y espacios para eventos, enriquecen la vida cultural de la comunidad e incrementan el número de visitantes.

Una ciudad con un centro histórico repletado de gente es lo que queremos para Elche, al igual que lo podemos ver en otras ciudades importantes, ese plan estratégico para el centro, tan necesario, supondrá, no solo una mejora en la calidad de vida, sino que también eleva el perfil de Elche como un destino cultural y turístico.

En conclusión, invertir y trabajar en la revitalización del centro histórico de Elche, no solo preserva el legado cultural, sino que también impulsa el desarrollo económico, social y cultural. Es una estrategia esencial para crear una ciudad próspera y atractiva.