Se entiende por Dogma a una verdad revelada de forma extraordinaria y solemne por Dios a los apóstoles o a través de las Sagradas Escrituras, que debe ser aceptada con carácter indiscutible y obligado para los seguidores de cualquier religión. El término procede del griego “δόγμα”, inicialmente hacía referencia al parecer, la opinión o la creencia. Si un bautizado negaba o tenía dudas de un dogma establecido por la Santa Madre Iglesia, era culpable del pecado de herejía y quedaba sujeto a la pena de excomunión.
La iglesia de Roma reconoce un total de 44 dogmas de fe, estos, a su vez, están agrupados en ocho grandes temas; La Virgen María, la persona de Jesucristo, la existencia de Dios, el ser humano, la creación del mundo,el Papa y la Iglesia, los Sacramentos y las realidades escatológicas(muerte, juicio, infierno y gloria). De todos estos, quiero hacer referencia en este escrito, a los dogmas marianos, en especial al de la Asunción de María. Pero también se conocen el de su Inmaculada Concepción, su Perpetua Virginidad y María como madre de Dios. Antes de entrar en materia, me gustaría hacer una pequeña mención al dogma de la Purísima Concepción de María(por cierto, Patrona de España). Un 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX afirmó que la Santísima Virgen fue preservada inmune de toda mancha de pecado.
Y ya, dispuestos a entrar en materia con el dogma más importante para todos los ilicitanos, quiero hablarles de por qué hoy iniciamos Año Jubilar al ser primero de noviembre de 2024. Hoy se cumple el sesenta aniversario del primer ensayo general de la primera representación extraordinaria de La Festa, celebrada el 1 de noviembre de 1954. Fue una única representación y tuvo lugar el 31 de octubre a las 16h.
La representación extraordinaria del 1 de noviembre fue la forma que el Patronato Nacional del Misterio de Elche (1948) ideó para celebrar la proclamación del Dogma de la Asunción en 1950 y la concesión del título de Basílica Menor a Santa María en 1951 por parte del Papa Pío XII. El Elche de aquellos años era un pueblo mariano, también es cierto que había muchos ilicitanos que se consideraban no creyentes o no practicantes, pero creo que siempre hubo un respeto por la Mare de Déu. Muchas personas no tan creyentes o no tan vinculadas con la iglesia local se asomaban a la mirilla de la puerta mayor para pedir a esa imagen que era coronada en cuerpo y alma, por sus familiares enfermos o para dar gracias ante una buena noticia. La vinculación de un pueblo maredeuero con su Alcaldesa Perpetua (nombrada en 1958 por el pleno del Excmo. Ayuntamiento) ha sido una constante en la ciudad de las palmeras. A lo largo de los siglos hemos tenido muchas formas con las que llamar a la Virgen de la Asunción; la Reina del Tamarit, la que vino por el mar, la Mare de Déu, la protagonista del Misteri y un largo etcétera.
La hemos visto en las calles de peregrina y de romera, se ha hecho rogativas para que intercediera por sus hijos, para que se pusiera fin a las fuertes sequías que padecía el camp d’Elx, se le ha rezado para que se erradicara la mal llamada gripe española(1918),las fiebres tifoideas, amarillas o para que volvieran los ilicitanos que se marchaban al frente, ya sea en la primera guerra mundial o en la guerra civil. Siempre ha estado muy presente en la sociedad ilicitana. Se han celebrado en la basílica varios TE DEUM como acción de gracias. La Asociación de Moros y Cristianos, las comisiones de fiestas e incluso el Elche Club de Fútbol siempre se han rendido a sus pies y le han pedido por todos nosotros.
Cuando en una eucaristía se entona el Salve Regina, cuando durante La Vespra o La Festa escuchamos los motetes del drama litúrgico, al cantar Una madre no se cansa de esperar, uno recuerda el cariño que su Madre siempre ha sentido por él, como le ha cuidado y le ha protegido en los momentos adversos.
Muchas han sido las familias que, generación tras generación, han puesto a sus hijas el nombre de Asunción, María, Chon o los diminutivos de Sunsioneta o Chonetes. Llegó, incluso, a hacerse una suscripción popular en los años veinte del siglo pasado para la financiación del Misteri, para que éste se pudiera representar, las personas que se llamaban Asunción ayudaron con sus donativos particulares.
Este próximo 1 de noviembre se dará por iniciado el Año Jubilar, creo que vienen grandes momentos para la población, no ya sólo para el turismo sino también para que cada uno se reencuentre con María de la Asunción. Momento de reflexión, recogimiento y de sentirnos importantes dentro de esta historia, dentro de este legado que hemos recibido de nuestros mayores y queremos legar a nuestros hijos. Me gustaría que, durante estos 365 días, Elche se engalanara para conmemorar el año Mariano, tener exposiciones, congresos de Mariología, que hubiera procesiones y romerías, para así recordar las palabras de San Juan Pablo II: “España, tierra de María”.El pueblo de Elche se adelantó al Dogma de Pío XII unos 500 años ya que hemos estado coronando a la Mare de Déu, en cuerpo y alma, generación tras generación. En memoria de todas las Asunciones que hemos tenido en nuestras familias y ya están en el cielo esperando el día de la resurrección.