OPINIÓN

IMPRESIONES DE UN PASADO XL


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Pepe Ruiz Torres
02 de junio de 2025 - 15:23

Melilla, Baracaldo, Almería, Villarreal, Gerona y La Coruña son ciudades españolas. Cada una de ellas tiene sus propias costumbres, su propia idiosincrasia que las hace ser distintas al resto. Algunas son zonas portuarias de relevancia, otras, enclaves industriales importantes. Del 30 de junio de 1999 al 1 de junio de 2025 no solo han pasado veintiséis años. He pasado de tener diecinueve años a cuarenta y cinco, los años pesan más que los kilos de más. De esa Melilla que nos recibió salvajemente a esta Coruña que nos ha recibido con los brazos abiertos y nos han ofrecido su amistad y camaradería. El día de ayer será recordado por los ilicitanos. Durante muchos lustros, no solo por ser el día en el que se ascendió a Primera sino por todo lo vivido en la grada y en las calles de la ciudad gallega.

A punto estuve de perderme esa gran final, de no poder subirme al tren del ascenso. Pero lo tenía claro, iría en mi coche, en autobús o en Blablacar. Todos los ascensos que he vivido de forma presencial los he vivido fuera, hay quien dice que soy el talismán del Elche pero se equivocan, no soy más que un ilicitano amante de su pueblo y de sus tradiciones. Un ilicitano que idolatra todo lo que tenga que ver con su población y en este caso con la franja verde.

Cuando el miércoles pasado tuve que meterme en internet para conseguir el pack de entrada y tren, me puse muy nervioso. Gracias a mi amigo Diego pude optar, y de forma milagrosa, a ese último partido de Liga.  La noche antes del partido no pude descansar bien ya que llegué bastante tarde al cantar con el Misteri en Dénia. Y al acumular ese cansancio, ya os podéis imaginar cómo entré al vagón número 4.

La pulsera que nos habían dado la mañana anterior en el estadio ya anunciaba que algo muy serio se estaba organizando. Nos pidieron el DNI cada dos por tres, pero lo importante es que al final pudimos embarcarnos.

Una vez llegados a La Coruña, fuimos escoltados por varios policías al punto de encuentro. El desafortunado Tebas declaró el partido de alto riesgo y tuvimos que ir en manada por las calles de la ciudad.  Fue un gran momento también el de la comida, pudimos degustar el famoso pulpo a feira, y lo regamos con un extraordinario Albariño.

Tanto en el tren como por las calles de la población, había infinidad de informadores que iban buscando a quien entrevistar. Conmigo lo hicieron hasta en dos ocasiones, una entrevista que me hicieron los de Vega Fibra y otra la Cadena SER. También me pasaron por el móvil una escena de Cuatro  televisión en la que salgo, junto con la Marea Franjiverde, por las calles de la población. Es decir, que no pude pasar muy desapercibido ni haber mentido a nadie de dónde me iba a encontrar el domingo pasado.

En la previa, y para calentar motores, probé algún que otro digestivo, tocaba afinar la voz para poder animar a mi equipo como Dios manda. Un familiar  me obsequió con un habano y pude saborearlo antes de entrar al campo. La afición local se portó muy bien con todos nosotros, nos decían que íbamos a ascender porque lo merecíamos y porque habíamos demostrado más regularidad que nadie.  Y ya en el estadio, no recuerdo más que cánticos, oraciones y un pueblo unido en torno a una franja  verde. No daba crédito al ver el marcador con un 0-3 en el descanso, no paraba de persignarme y de rezar. Me llamaba la familia, llamaba a amigos, me animaban y me decían que el ascenso ya estaba asegurado. La explosión de felicidad fue tremenda tras el pitido final, todos nos abrazamos y coreamos las canciones con nuestros jugadores. Se había conseguido un año más.  

 

Elche había hablado en el verde y quien piense que esto es solo un deporte de darle patadas a un balón , está más que equivocado. Personas de todas las edades y creencias se desplazaron para ser la voz de un pueblo, de un pueblo que no pudo desplazarse por la distancia o por su situación económica. Hubo aficionados que se desplazaron en coches particulares, en autobús e incluso hubo ilicitanos que llegaron al partido desde el extranjero.

Nos acordamos de los nuestros y de nuestros difuntos ya que el ilicitano de a pie tiene un marcado sentimiento de pertenencia. Todo es Elche y para Elche, el club trasciende de lo meramente deportivo y es un símbolo más de esta ciudad bimilenaria. El entrenador nos representa, es un mister que hace vestuario y que vive el fútbol como un aficionado más. Debe ser renovado ya. Los jugadores nos han traído hasta aquí, y eso hay que valorarlo. A los más significativos e importantes se les debe ofrecer una renovación al alza, muy golosa, que les haga apostar por Elche un año más. Y de la propiedad quiero decir algo, ya que he sido crítico con ella durante mucho tiempo. Esta vez le quiero dar las gracias por el proyecto de esta temporada. Que no cometa los errores del pasado y que sepa mantener algo que funciona, que no lo toque y apueste por ello. Y ya, si conseguimos fichar a unos cuantos jugadores clave, podremos soñar en algo más grande y bonito.

ILICITANOS… Lo hemos vuelto a hacer. Disfruten de este dulce momento, de la Rua de esta tarde y de la llegada de los jugadores al Martínez Valero.

Hoy y siempre, Mucho Elche

 

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