Se entiende por Gota Fría a la masa de aire frío que desciende sobre otra de aire cálido y causa precipitaciones intensas. El concepto apareció por primera vez a finales de los años cuarenta del siglo pasado. En nuestra comarca del Bajo Vinalopó lo hemos llamado riada; uno de joven pensaba cómo nuestro río podía causar tantos estragos, pérdidas humanas y daños materiales, y con el paso del tiempo, he podido comprobar que la madre naturaleza es ingobernable, incontrolable y muy impredecible. Este fenómeno meteorológico (que cambiamos su nomenclatura para sentirnos más modernos y creernos más expertos), ha sido llamado ciclogénesis explosiva y ahora DANA, ya sabemos que los medios de comunicación mandan y son los que crean tendencia y opiniones. El caso es que produce perturbaciones atmosféricas acompañadas de precipitaciones muy intensas.
En el uso cotidiano, el término se aplica para referirse a cualquier episodio pluvial de alto impacto durante el otoño a lo largo del mediterráneo occidental. Y como somos valencianos y mediterráneos como decía Serrat, me gustaría hacer mención a nuestra terreta, que más bien que nosotros, dudo que la conozca mucha gente. Debemos ser conocedores de donde habitamos, que estamos en una zona de alto riesgo cuando llega esta estación del año y que esto no es algo nuevo que haya aparecido como por arte de magia. No soy para nada un negacionista del cambio climático pero tengo claro que esto que ha sucedido en los últimos días no es una consecuencia del mismo.Varios sucesos parecidos se han dado en nuestra vertiente a lo largo de los años, los más documentados, evidentemente son los más cercanos al tiempo presente. Todo el mundo recuerda la de Valencia del año 1957 que dejó 81 fallecidos. Pero aquella que fue la más devastadora a día de hoy se dio en El Valllés, un 25 de septiembre de 1962. Los ríos Besós y Llobregat se desbordaron de una forma tan precipitada y sin previo aviso que oficialmente la cifra ascendió a 815 fallecidos, creyendo que hubo muchos más. En octubre de 1973, en las poblaciones de Murcia y Almería, hubo 162 fallecidos, 89 de ellos solo en Puerto Lumbreras. Creo que las devastaciones y el número de fallecidos ha sido mucho mayor en el pasado,siempre se han desbordado ríos y siempre se desbordarán.
Escucho en algún medio que es un milagro que la ciudad del Turia no haya sido arrasada pero debemos tener algo de Memoria Histórica y recordar la obra faraónica del Plan Sur (1965-1969) llevada a cabo por el Consejo de Ministros de Franco. Fue la propuesta más costosa, la de desviar el curso fluvial hacia el sur, una obra magna de ingeniería,pero el tiempo ha demostrado que ha salvado muchas vidas.
Recuerdo mucho el otoño de 1987, estábamos viviendo en el campo que tiene la familia en Jubalcoy. Desde ese año hemos adelantado la vuelta a Elche tras el periodo estival. Apenas tenía ocho años, dentro de la inconsciencia que te permitía la edad,nos bañábamos en los bancales, jugábamos, hacíamos guerras de barro. Mis padres tuvieron otra impresión de lo sucedido, caras de preocupación y mucho malestar por las pérdidas económicas para la empresa de jardinería que tenía mi padre en dicha partida rural(fue el único precedente de declaración como Zona Catastrófica hasta la fecha). Vivieron, desde otro prisma, lo que mis ojos aún no podían comprender.
Lo ocurrido el martes 29 de octubre de 2024 en nuestra región valenciana ha sido una auténtica tragedia más, que se suma al gran listado de inundaciones y desastres naturales de la zona. Todos estos municipios que hace más de sesenta años tenían unas poblaciones muy reducidas han visto como en las últimas décadas han sufrido un boom demográfico,ese crecimiento desproporcionado de los pueblos,creo que ha ocupado zonas inundables. Todo es un tema de ordenación del territorio,independientemente de la mayor o menor inoperancia de las autoridades competentes de no avisar en tiempo y forma cuando se tenía que haber hecho antes, ya la AEMET avisó una semana antes de lo que podía ocurrir.
Fue una situación de libro de lluvias torrenciales, esto ha pasado siempre, desde que tenemos registros. Muchas de estas poblaciones que han crecido de forma descomunal no han tenido en cuenta el posible daño, muchas de ellas están ubicadas cerca de barrancos y con un gran desnivel. Desconozco si el PGOU es competencia del municipio y de sus concejales de urbanismo, o bien de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras o Territorios, o del Ministerio de Obras Públicas o el de la Vivienda. Pero está claro que la comunicación y la coordinación han hecho aguas, nunca mejor dicho.
Lo que tengo claro es que donde no han llegado a tiempo las instituciones, sí lo ha hecho ese pueblo solidario, unido y único que se llama la ciudadanía española. Un pueblo, que como el ilicitano, se ha volcado desde el minuto uno para atender a las víctimas, llevar alimentos, ropa y muchas dosis de humanidad. Hemos estado muy por encima de todos nuestros gobernantes, sin tener en cuenta el papeleo ni la dichosa burocracia. Sin ver colores ni ideologías políticas, sin rencillas ni miramientos. Ya lo dice el evangelista San Mateo en 25:30-40, “en verdad os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños,a mí lo hicisteis”. Siento un orgullo inmenso de ver como mi patria chica ha sido capaz de obtener 350 toneladas de humanidad ilicitana para aquella región devastada. De ver como distintas asociaciones como CARITAS, CRUZ ROJA, CONCIÉNCIATE, entes festeros, colegios e instituciones y empresas privadas , se han volcado para ayudar a los más necesitados. Hemos visto a miembros de la Corporación Municipal en Picanya colaborando con las labores de limpieza, al Jefe del Estado S. M. Felipe VI y Doña Letizia, dando ejemplo y cumpliendo con su labor institucional, es un honor sentirse representado por este monarca, por su proximidad y su dignidad en el cargo.
Transportistas, Policía Local, Protección Civil y voluntarios (gracias,sobrino Ramón Pastor, sí, el biznieto del alcalde) han desempeñado una labor fundamental en esta catástrofe medio ambiental.
En memoria de todas las víctimas, familiares y amigos que han visto destruidas sus vidas y van a tener que empezar de nuevo a reconstruir sus casas y su futuro, esperando que las autoridades consigan estar a la altura de las circunstancias y demuestren ser competentes en las funciones que les han asignado sus votantes.